Esta planta ayurvédica repara y reafirma la piel dañada por heridas y quemaduras.
La centella asiática o hidrocotile asiático (Hydrocotile asiatica), conocida en hindi como gotu kola, constituye un remedio ayurvédico de primer orden, y se ha usado desde muy antiguo para tratar dolencias tan diversas como la tuberculosis, las hemorroides y la lepra.
Es una planta modesta, trepadora o postrada, con hojas peltadas, márgenes crenados y flores diminutas, de pétalos blancos o rosados. Es originaria del sur de la India, propia de ambientes pantanosos.
Hojas y flores contienen un aceite esencial, saponinas triterpénicas (asiaticósido, brahmósido), alcaloides (hidrocotilina), taninos, fitosteroles, vitamina K y sales minerales (magnesio, calcio y sodio). Destacan sus virtudes astringentes, antisépticas, antiinflamatorias y dermoprotectoras.
Los derivados triterpénicos estimulan la formación de fibroblastos, células indispensables para reparar los tejidos dañados por heridas o desgarros. Además, regulan la incorporación de colágeno a la piel y estimulan el crecimiento de pelo y uñas.
Bálsamo para las heridas
Todo esto explica la eficacia de los preparados de centella para proteger, reparar y reafirmar el tejido de la piel, en la curación y alivio de quemaduras, escaldaduras, eccemas, arrugas, estrías, granos, arañazos, heridas, llagas y úlceras.
Existe una excelente fórmula astringente y reepitelizante para lavar y desinfectar heridas que asocia las hojas de centella a milenrama, marrubio blanco y tomillo. Se hierven dos cucharadas de la mezcla por medio litro de agua entre uno y dos minutos, se deja reposar otros diez y se cuela. Se moja la herida directamente o se aplican unas compresas empapadas en la infusión.
Los preparados con centella asiática se indican también sobre úlceras bucales y corneales, en parondopatías, conjuntivitis y queratitis o inflamación de la córnea, y forman parte de la formulación de varios colutorios y colirios.
La centella, como tónico venoso, es muy activa en caso de insuficiencia venosa, para el tratamiento de varices, flebitis, hemorroides, adormecimiento de manos y pies, hormigueos, calambres, etc.
Tónico para la circulación
La centella asiática, como tónico venoso, mejora las varices, las hemorroides, la flebitis y el hormigueo.
Para mejorar la mala circulación y estimular el retorno venoso se puede preparar una infusión mixta de centella asiática, vid roja, ginkgo y hamamelis, a partes iguales. Se añade una cucharada sopera de la mezcla por cada vaso de agua, se hierve durante uno o dos minutos, se deja que repose y se cuela. Esta infusión se toma dos veces al día, en ayunas.
Estudios más recientes, basados en los conocimientos de la medicina ayurvédica, le atribuyen propiedades como estimulante nervioso, útil para favorecer la memoria y la capacidad de concentración.
Presentación. Se presenta en planta seca para infusión, pero con mayor frecuencia en extracto líquido, tintura, polvos y la infusión para uso externo en cataplasmas.
La centella asiática o hidrocotile asiático (Hydrocotile asiatica), conocida en hindi como gotu kola, constituye un remedio ayurvédico de primer orden, y se ha usado desde muy antiguo para tratar dolencias tan diversas como la tuberculosis, las hemorroides y la lepra.
Es una planta modesta, trepadora o postrada, con hojas peltadas, márgenes crenados y flores diminutas, de pétalos blancos o rosados. Es originaria del sur de la India, propia de ambientes pantanosos.
Hojas y flores contienen un aceite esencial, saponinas triterpénicas (asiaticósido, brahmósido), alcaloides (hidrocotilina), taninos, fitosteroles, vitamina K y sales minerales (magnesio, calcio y sodio). Destacan sus virtudes astringentes, antisépticas, antiinflamatorias y dermoprotectoras.
Los derivados triterpénicos estimulan la formación de fibroblastos, células indispensables para reparar los tejidos dañados por heridas o desgarros. Además, regulan la incorporación de colágeno a la piel y estimulan el crecimiento de pelo y uñas.
Bálsamo para las heridas
Todo esto explica la eficacia de los preparados de centella para proteger, reparar y reafirmar el tejido de la piel, en la curación y alivio de quemaduras, escaldaduras, eccemas, arrugas, estrías, granos, arañazos, heridas, llagas y úlceras.
Existe una excelente fórmula astringente y reepitelizante para lavar y desinfectar heridas que asocia las hojas de centella a milenrama, marrubio blanco y tomillo. Se hierven dos cucharadas de la mezcla por medio litro de agua entre uno y dos minutos, se deja reposar otros diez y se cuela. Se moja la herida directamente o se aplican unas compresas empapadas en la infusión.
Los preparados con centella asiática se indican también sobre úlceras bucales y corneales, en parondopatías, conjuntivitis y queratitis o inflamación de la córnea, y forman parte de la formulación de varios colutorios y colirios.
La centella, como tónico venoso, es muy activa en caso de insuficiencia venosa, para el tratamiento de varices, flebitis, hemorroides, adormecimiento de manos y pies, hormigueos, calambres, etc.
Tónico para la circulación
La centella asiática, como tónico venoso, mejora las varices, las hemorroides, la flebitis y el hormigueo.
Para mejorar la mala circulación y estimular el retorno venoso se puede preparar una infusión mixta de centella asiática, vid roja, ginkgo y hamamelis, a partes iguales. Se añade una cucharada sopera de la mezcla por cada vaso de agua, se hierve durante uno o dos minutos, se deja que repose y se cuela. Esta infusión se toma dos veces al día, en ayunas.
Estudios más recientes, basados en los conocimientos de la medicina ayurvédica, le atribuyen propiedades como estimulante nervioso, útil para favorecer la memoria y la capacidad de concentración.
Presentación. Se presenta en planta seca para infusión, pero con mayor frecuencia en extracto líquido, tintura, polvos y la infusión para uso externo en cataplasmas.
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