La higiene es fundamental a la hora de manipular alimentos, por ello es esencial que siempre nos lavemos las manos en profundidad antes de comenzar a manipular lo que después vamos a comer. Este mismo gesto debemos hacerlo cada vez que cambiemos de tipo de alimento, ya que así no contagiaremos a unos ni a otros si están infectados de bacterias. Lo mismo sucede con los utensilios de cocina que vamos a utilizar, que debemos lavarlos a conciencia para que no sean un foco de bacterias. Es importante que no utilicemos los mismos recipientes para manipular alimentos crudos o preparados.
Con el aumento de las temperaturas es muy fácil que los microorganismos proliferen. Algunos de los alimentos que son una fuente de bacterias que se agudiza más con el buen tiempo son las frutas y verduras. Para evitar que estos nos pasen factura es necesario que lavemos cuidadosamente cada ejemplar para evitar que podemos enfermarnos. Lo recomendable es limpiarlas a fondo mediante la utilización de agua. Por lo menos debemos colocar la pieza entorno a veinte segundos debajo del grifo. Otros alimentos fáciles de estropear con el calor son los pescados y las carnes, que debemos mantener siempre en el frigorífico, pero nunca por más de veinticuatro horas. Si van a estar más tiempo lo recomendable es congelarlos.
Un punto a tener en cuenta a la hora de manipular alimentos, y aún más en el tiempo bueno, es tener una enfermedad. Estar enfermo pensamos que solamente nos afecta a nosotros y nunca a lo que nos rodea. Esto no es así, ya que si tenemos alguna enfermedad los alimentos que manipulemos pueden verse estropeados y contaminados por ésta. Es necesario que sepamos el tipo de enfermedad que tenemos y consultemos con nuestro médico los efectos de manipular alimentos con ella. Seguir esto nos ayudará a la hora de evitar contaminaciones alimenticias en verano, mes en el que los casos de diarrea y gastroenteritis se disparan.
Fuente: vitonica.com
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