Llegamos al apartado gastronómico de nuestro recorrido por Singapur. Aquí veremos platos que para los occidentales pueden parecer muy extraños o incluso hasta de mal gusto, pero recuerden que están en un país extranjero y deben mostrar respeto y guardarse todos sus prejuicios, por tanto si algo no les gusta o no les apetece probarlo, rechácenlo con una sonrisa, esto les sentará mejor que cualquier gesto negativo.
La gastronomía es uno de los grandes alicientes del país, es una mezcla de varias influencias lo que convierten a sus platos en un auténtico festival de olores y sabores que estallarán en nuestro paladar. Influencias chinas, malayas, indias, inglesa y de gran parte del sureste asiático son algunas de la referencias culinarias de Singapur.
El plato nacional es el Hokkien, un plato de fideos fritos, aunque en la cocina local siempre están muy presentes las influencias citadas anteriormente. Hay una gran variedad de especialidades gastronómicas e infinidad de restaurantes y lugares donde poder degustarlas.
Los platos chinos son básicamente fritos en una sartén con una combinación deliciosa de vegetales y carnes preparadas en pocos minutos. Destaca su sabor agridulce para muchos de sus platos como la sopa won ton o los conocidos mundialmente rollitos de primavera.
La comida hindú de Singapur mezcla las costumbres del norte y sur de la India y podremos encontrar platos vegetarianos o basados en carnes muy condimentadas. Otro de los platos más conocidos es el dhal, una sopa de lentejas y como bebida destacamos el lassi, una mezcla de yogur con agua.
Como pueden ver en la cocina singapurense encontrarán el sabor que más les guste y a unos precios realmente baratos que contrastan con la calidad de sus productos, así que ya sabe, si usted es amante de la buena mesa, aquí encontrará su lugar.
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