viernes, 30 de mayo de 2014

El "boom" de lo orgánico

Según el último informe "Producción Orgánica del año 2013", elaborado por Senasa este año y en base a información de las entidades certificadoras, durante el año pasado se produjo 244.251 Kg de vino orgánico en el país, de un total de 55 bodegas. Mendoza, es además, la provincia con mayor superficie cultivada, con un total de 2.300 hectáreas de viñedos orgánicos.

Según el trabajo, presentado a Área del Vino, se destaca que los principales destinos de los productos orgánicos en general siguen siendo los EEUU y la Unión Europea. Lo interesante, resultó el crecimiento que están teniendo los envíos al primer país, con una evolución del 22% con respecto al año anterior.



En consecuencia, el vino mostró el mismo comportamiento que los demás alimentos durante el 2013. En el total de las exportaciones se observa que el 75% de los envíos son realizados a la Unión Europea, el 8.7% a Estados Unidos, el 3.4% a Suiza y el 3% a Japón. Además, en comparación con el año anterior, se puede observar una evolución en las exportaciones del 12%.



Con respecto al mercado interno, no hay datos oficiales, sin embargo, según las empresas vitivinícolas consultadas, de a poco el consumo ha ido creciendo, y cada año los consumidores buscan y valoran más este estilo de productos.
En relación a este último destino de la producción Pablo Dessel, propietario de Vinecol, mencionó que se ve una evolución en el consumo de vino orgánico en la Argentina en los últimos tres años. Sin embargo, sentenció que "sigue siendo un nicho de mercado, pero para bodegas chicas como la nuestra el volumen es atractivo". La bodega produce 250 mil botellas al año, y destinan el 50% al mercado interno.

Según señaló el empresario, antes la relación era más despareja, y el mercado externo representaba un porcentaje mayor de las ventas de la bodega. Sin embargo, a razón de los problemas inflacionarios del país, el tipo de cambio que no ayuda y aumento de costos es que la bodega apostó más al mercado interno; y dentro de este, las provincias que mejor responden a la movida orgánica es Córdoba, Santa Fe, Patagonia y Buenos Aires. A pesar de esto, aclaró, que "cada año el mercado externo se consolida y los consumidores son mucho más maduro que en Argentina".

 
A los comentarios, Gustavo Caligiore, propietario y enólogo de la bodega homónima, uno de los establecimientos dedicado a la producción y comercialización de vinos orgánicos Premium, añadió: "Estoy convencido que los consumidores argentinos reconocen cada vez el valor de los productos orgánicos, y en general todos aquellos bienes o servicios obtenidos en forma sustentable, que no agreden ni comprometen el ambiente. Esto se traduce en que desde hace unos dos o tres años vemos un creciente interés por el sector gastronómico y vinotecas respecto de incluir en su oferta vinos orgánicos, en nuestro caso particular, cuando hace tres años, el mercado interno representaba tan sólo el 5%, hoy esa participación asciende a más del 30% de nuestra facturación".

Miguel Lenin Martinez, enólogo de Domaine Bousquet, mencionó que aún ve algo tímido al mercado, pero no sólo en el caso de los vinos, también en hortalizas y otros productos.Igualmente, destacó que observa una tendencia alcista. "De hecho ya se está notando un interés por parte de ciertos consumidores de productos orgánicos, quienes transmiten las cualidades y bondades de estos vinos animando a otros a probarlos".

Con respecto al crecimiento experimentado en el país, Dessel explicó que se debe principalmente a que cada vez abren más locales y negocios ofreciendo productos exclusivos orgánicos. Asimismo, "las ferias con productos naturales son una tendencia, no sólo en Buenos Aires, sino también en Mendoza, como es el caso de Mendoza Market, del cual somos parte y hemos tenido una excelente aceptación por parte del público que se anima a probar y se da cuenta que la calidad lo sorprende", sentenció. Con respecto a esto último, añadió que "antes el consumidor pensaba que consumir un vino orgánico implicaba tomar un vino con menos cuerpo, de menor calidad y consistencia. Sin embargo, esa mentalidad que estaba en la cabeza la hemos ido sacando de la cabeza de los consumidores, ya que cada vez se ven más vinos de excelente calidad".  

Alberto Cecchin, propietario de la bodega homónima, remarcó: "Por suerte el consumo de vinos y productos organicos va en crecimiento en el mercado interno. El consumo es creciente ya que la gente  cada dia quiere cuidar su salud y la del medioambiente, también favorece este efecto el mayor conocimiento del consumidor hacia los productos que lleva a su mesa".

Sin embargo, Caligiore, comentó que "probablemente no haya un crecimiento explosivo en Argentina, pero el nicho de mercado de productos orgánicos en general, tiene sus seguidores y continuará en ascenso. Creo que cada día hay más gente comprometida con los sistemas sustentables de producción y dentro de ellos, la producción orgánica, ocupa un lugar muy importante y en especial Argentina, tiene muy buena imagen como país con baja carga de agroquímicos y con un sistema de certificación muy confiable".

Por otro lado, el propietario de Vinecol indicó que otra de las oportunidades, es que el consumidor puede comprar un excelente vino orgánico a un precio muy competitivo. En este sentido, la empresa cuenta con valores que están en góndola, que van de los $ 30 a los $ 90.

Finalmente, el empresario señaló que todo el trabajo desde el viñedo hasta el producto final está certificado y auditado por el SENASA, lo que refleja la calidad y transparencia del vino. Caligiore agregó también, que en el caso particular de la bodega están certificados bajo diversas normas, además de la norma Argentina, también tenemos certificación para Estados Unidos  y Canadá (Norma USDA-NOP y equivalencia para Canadá), Europa y Norma JAS (Japón); lo que ayuda a impulsar las ventas en el mercado externo.

Frente a esto, añadió que "el diferencial de producción orgánica ha sido y continúa siendo muy importante en el exterior, pero creo que como todos los sectores agroindustriales locales, estamos sufriendo severos problemas de competitividad que han afectado notablemente nuestra capacidad para mantener las tasas de crecimiento que experimentábamos unos años atrás. Los costos de producción y logísticos en dólares vienen sufriendo incrementos fuertes y sostenidos. Con mucho esfuerzo y muy atentos a la eficiencia en la producción para bajar costos apuntamos a sostener la calidad de los vinos y mantener nuestros precios en niveles muy razonables para no perjudicar nuestra cadena comercial que nos llevó muchos años construir".

Contrario a lo que sucede en el interno, Lenin subrayó, que "en el caso del mercado externo, sobre todo en Europa, Canadá y EE.UU. los consumidores a la hora de comprar no dudan n elegir vinos orgánicos, y donde las ventas se mantuvieron e inclusive aumentaron en los últimos años".

El propietario de Cecchin, añadió finalmente que un vino orgánivo "desde la producción la diferencia es que no se utilizan químicos en los suelos -herbisidas, abonos químicos, etc.- que perjudican la vida natural que existe en el suelo y el futuro de ese terreno. en cuanto a la procucion, tampoco se agregan químicos, por lo que podremos obtener una materia prima -uva- de mayor calidad enológica y mejor equilibrio natural, con lo que verdaderamente podremos representar un Terroir. En la bodega se respetan los mismos conceptos por lo que verdaderamente obtendremos un vino genuino sin las alteraciones que los químicos puedan hacerles al producto y las personas que lo consuman, disfrutando del placer de Baco como este lo hiciera en sus tiempos. Por lo que podemos resumir que la diferencia es muy grande si la vemos desde el lado de nuestra salud, y el medioambiente también sensorialmente no es lo mismo degustar químicos a disfrutar un producto genuino que proviene  de la naturaleza".

Diferencias entre el vino orgánico y vino tradicional

Por: Gustavo Caligiore

En el viñedo apuntamos a labores dirigidas a restablecer los equilibrios naturales que mantienen o incrementen la fertilidad de los suelos y preservan la biodiversidad del sistema agrícola, así, nuestras vides crecen en convivencia con otras especies tanto vegetales (vegetación espontánea y/o especies sembradas buscando objetivos específicos) como animales (insectos básicamente). Los principales objetivos que nos interesan son  aportes de materia orgánica, fijación y movilización de nutrientes, mejorar infiltración,  establecimiento de hospederos para poblaciones de control, monitoreo, etc.

Otro concepto fundamental, es la prevención. En producciones orgánicas hay que apuntar a prevenir enfermedades y plagas, logrando que naturalmente los viñedos alcancen las características agronómicas y  enológicas que nos interesan para cada de línea de vinos. Las herramientas para corregir problemas ex-post son mínimas. Nuestros rendimientos son naturalmente regulados y moderados, hablamos de 10.000 a 5.000 kg/ha. Esto nos asegura la calidad que necesitamos para nuestros vinos.

En la bodega, hacemos una enología de mínima intervención, preservando la calidad y respetando las características enológicas que nos brindan las uvas de nuestros viñedos propios.

Es importante destacar que no se permite el uso de productos de síntesis química, como herbicidas, fertilizantes químicos, etc. Las dosis de anhídrido sulfuroso son muy acotadas y dependen del mercado destino, está prohibido el uso de antibióticos que se utilizan regularmente en enología así como los OGM (organismos genéticamente modificados). Como nuestros vinos son además aptos para veganos no usamos ningún tipo de producto de origen animal, que generalmente se utilizan en el afinamiento y estabilización de los vinos en general.

La producción ecológica es fundamentalmente  sustentable, porque preserva el ambiente y los recursos naturales;  segura, ya que evita cualquier posible contaminación y los efectos dañinos para la salud  que pudiera implicar y además socialmente responsable ya que tiene un fuerte compromiso  con la comunidad directa o indirectamente involucrada. 
 
Fuente: Area del Vino

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