martes, 20 de mayo de 2014

Kirsch, un licor de origen alemán. Características

El kirsch puede ser definido como un tipo de aguardiente de cereza. Es decir, que el zumo de cereza se fermenta para que luego pueda ser destilado. En el caso particular de la cereza, a la hora de obtener el zumo de cereza se prensa, no sólo la fruta, sino también la cáscara y la pepita. En España, en la zona del Valle del Jerte, se elabora desde hace años una gran cantidad de kirsch, mientras es en Alemania donde se producen muchos ejemplares de este líquido.

Este aguardiente tiene 40 grados de alcohol y sus sabores recuerdan a los frutos rojos con notas de frutos secos, debido a los aromas procedentes de los huesos de las cerezas machacadas y maceradas.

El kirsch es un destilado único dentro de su clase, puesto que es el único aguardiente de un fruto rojo que se hace siguiendo la norma general de los aguardientes. El resto de los aguardientes de frutos rojos (fresas, frambuesas,...), se admiten como aguardientes aunque provienen de la destilación de frutos rojos macerados en lugar de fermentados, y se admite así porque es extremadamente difícil fermentar un fruto rojo.

El proceso de fermentación de la cereza es bastante particular ya que la cereza no es un fruto rojo sino una fruta roja, y, aunque su color nos engañe, no pertenece a la misma familia que las fresas, las moras o las frambuesas, que son frutos de arbusto y no de árbol.

El kirsch es presente en cualquier casa de Alemania, Austria o Bélgica e incluso de las zonas limítrofes francesas, donde se toma como aperitivo, después de comer como digestivo, o tradicionalmente acompañando a algunos platos como las fondues de queso o como ingrediente en la elaboración de bizcochos borrachos de arándanos o frambuesas.

Fuente: mailxmail.com

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