miércoles, 11 de agosto de 2010

Finca La Anita con Susana Balbo como asesora

La partida de Antonio Mas de la histórica empresa deja como único dueño a Manuel Mas. Los vinos ahora estarían bajo supervisión de la reconocida enóloga y bodeguera.

La histórica pequeña bodega de Agrelo, que supo construir una marca de vinos muy caros en Argentina, enfrenta hoy un cambio que podría traducirse - o no - en una modificación en el estilo de sus vinos. La novedad es la partida de Antonio Mas, ingeniero agrónomo, enólogo y socio-propietario de la empresa, y la incorporación como asesora enológica externa de Susana Balbo y de la ingeniera agrónoma Soledad Vargas. Manuel Mas, hoy único dueño de La Anita, continúa al frente de la comercialización de los vinos.

En un diálogo distendido con ADV, Manuel comentó que si bien se siente "huérfano" por la partida de su hermano con quien trabaja desde 1993, enfatizó que las relaciones con él son óptimas. "La decisión la tomó en función de concretar un proyecto propio con su hijo y socios inversionistas y me parece fantástico que él siga teniendo estas ganas y esta iniciativa"

Con esta partida, ¿cambiarán los vinos de Finca La Anita? le preguntamos a Mas. "Quizá le demos una pequeña modernización, pero de seguro no haré vinos sangrados, concentrados, ni voy a cambiar la etiqueta, ya que nuestra marca está muy consolidada".

Por "sangrados" Mas se refiere a los vinos que reciben buenas puntuaciones en revistas argentinas, como la de Fabricio Portelli, a quien se refirió en la nota, así como a su amigo, el periodista Miguel Brascó, que gusta por oposición más de los vinos "estilo clásico".

De esta forma ve Manuel Mas el tema de los estilos: "En el mundo del vino no hay objetividad, hay vinos buenos y malos, pero una vez que sacaste los malos y dejaste los buenos, el resto es subjetividad. Pasa lo mismo con los perfumes, los berretas son horribles para todo el mundo, pero una vez que es bueno, no importa si es de Dior o Ralph Laurent. Ahí existe solamente el gusto personal. Pasa lo mismo con el arte, no puedo decir que Goya es mejor que Velázquez, o que éste es mejor que Rembrandt. Lo mejor y lo peor forma parte de un pensamiento occidental regimentalista.

- Algunos hoy empiezan a relacionar la calidad con los puntajes, ¿qué opina de esto?

Que es algo que hacen sobre todo para los americanos que son muy ingenuos, ellos necesiten que una película gane un Oscar para que les guste. En cada camada de la facultad sale un medalla de oro, y muchas veces en la vida le va mucho mejor al que estaba en el montón, que al medalla de oro. El tener medallas no es sinónimo de bueno o calidad.

- ¿Nunca se metieron en puntajes con La Anita?

Nunca mandé vinos a exposiciones, ni ferias, ni puntajes, si me dicen alguna cata en particular sí mando, pero estas famosas catas a ciegas no me interesan. Si a mi importador le interesa mandar algún vino a estos concursos o a estos puntajes es cosa suya, pero yo no los envío.

- ¿La Anita exporta parte de su producción?

Sí, el 40% de la producción, unas 45.000 de las 120 - 140 mil botellas que elaboramos al año.

- ¿Cómo trabajan en el mercado interno?

En mercado interno trabajamos mucho, sobre todo en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y en áreas turísticas, Iguazú y zonas turísticas de la Patagonia, en hoteles y restaurantes cinco estrellas. Este vino es sólo satisfacción para nosotros. Empezamos con esto hace 18 años y nunca cambiamos la cantidad de elaboración, yo no quiero ampliar las viñas ni comprar otra bodega. Actualmente sólo usamos para nuestros vinos un 20 o 30% de la uva que hay en 70 hectáreas cultivadas, el resto lo vendemos a compradores habituales que se anotan para que le reservemos el Malbec, el Syrah o alguna otra variedad

- ¿Este año les fue mejor con la uva que con el vino?

No tan así porque tuvimos una merma de 20%, porque hubo un zonda importante en el mes de setiembre del año pasado. El año pasado cosechamos 700 quintales, este año 600 quintales.

- ¿Cuántos quintales por hectárea producen sus viñedos?

Según, tenemos cuarteles que producen 40 quintales por hectárea, las uvas para nuestros vinos. En el resto se pueden producir 80 o 90 quintales por hectárea dependiendo lo que pide el cliente. Por eso el vino es caro, tenemos un costo financiero importante, ahora estamos vendiendo vinos 2006, a los tintos los sacamos con un mínimo de guarda de 2 años.

- ¿Qué encuentra de especial un consumidor en Finca La Anita?

Le gusta el tipo de vinos, la calidad, se da cuenta que no son vinos masivos, que no apelamos a la publicidad invasora, que nos confiamos en el gusto del cliente y que si llegamos a tener un traspié como todo mundo tiene en la elaboración del vino, esa partida la sacamos del mercado inmediatamente. Yo tengo un cuerpo de gente que hace esto en los restaurantes, cuando encuentran un vino con algún defecto, lo remplazamos todo, o lo probamos y los vinos que están malos, los sacamos y remplazamos inmediatamente.

Por qué fue Finca cuando todo era Chateaux

El predio de 70 hectáreas de Agrelo donde está emplazada Finca La Anita fue adquirido por los Mas en setiembre de 1992. Manuel recuerda que por entonces las fincas de la zona no valían un peso. "Cuando compramos la finca, a los cuatro días en La Nación veo una nota que decía "parece reactivarse el mercado de fincas en Mendoza, se acaba de vender una finca en Mendoza en tantos miles de pesos...", la única compra era la que habíamos hecho nosotros. Acá no había nada, excepto por Navarro Correas, estos eran campos de los Baldini abandonados dados en muchos casos a gente que cultivaba tomate, o ajeros. Esta tierra entonces costaba 4000 dólares la hectárea, hoy vale 60.000 la hectárea".

- ¿No tiene planeado vender?

- Jamás, mientras yo pueda seguir disfrutando de esto lo voy a seguir disfrutando, porque la paso bien con el vino. Tato acá como en Buenos Aires, Londres, España, Estados Unidos, ya que todos nuestros representantes son amigos personales.

- ¿Con qué concepto asocia la marca?

- Cuando fallece mi madre, Anita Rodríguez, decidimos comprar la finca y antes de registrar la marca, fui a hablar con un tío que había sido administrador toda la vida de la finca de González Videla. Le planteé que le quería poner a la finca y a la bodega el nombre de La Anita y me dijo "!Ay Manuel! estos nombres criollos se asocian con vinos baratos, todos los vinos caros tienen nombres franceses o italianos.

En esa época el vino fino era Pont Levéque, Chateux Vieux, Luigi Bosca, todos tenían nombres extranjeros, y mi tío Domingo me advirtió sobre eso. Yo dije, no importa lo voy a hacer igual. A los dos años, como diría Brascó, se había venido todo el "finquerío", todo el mundo, Finca Los Maitenes, La Juanita, La Florentina, La Linda, cuando nosotros tuvimos un poco de éxito algunos nos copiaron y creyeron que el éxito estaba en la marca. Pero el éxito no está en la palabra, está en ser correcto, en hacer las cosas bien, en hacer porque te gusta. Qué se yo, al menos así lo hice yo y así me ha ido bien.

Fuente: Area del Vino

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