Si usted ha cultivado su mente a lo largo de la vida, y aún lo sigue
haciendo, sepa que tendrá su recompensa. Los datos de un nuevo estudio
realizado con pruebas de imagen cerebrales demuestran que la actividad
cognitiva (leer, escribir...) puede retrasar la aparición o, incluso,
prevenir la enfermedad de Alzheimer.
Susan Landau, de la Universidad de California (Berkeley, EEUU), es la
autora de la nueva investigación que ha visto la luz en el último 'Archives of Neurology'.
"Nuestro trabajo muestra que participar en actividades que exijan una actividad cognitiva se asocia con un menor riesgo de acumular en el cerebro proteína beta-amiloide", componente principal de las placas que conforman el Alzheimer, señala Landau a ELMUNDO.es.
Según sus palabras, su equipo ha conseguido demostrar que existe una
relación directa entre un hábito de vida -la actividad cognitiva
regular- y la acumulación de estas placas dañinas en el cerebro. Y lo
han conseguido gracias a los avances en técnicas de imagen.
Desde hace casi una década, el [11C] PiB, un radiofármaco que se
emplea en la prueba de imagen PET (Tomografía por Emisión de
Positrones), se está analizando extensamente en distintos estudios
debido a su validez diagnóstica para la detección de la placas características de la enfermedad de Alhzeimer. De hecho, tal y como explican los investigadores en la revista médica, su desarrollo ya ha hecho posible 'visualizar' la proteína beta-amiloide y su acumulación en el cerebro.
Partiendo de este logro, el equipo de Landau llevó a cabo un ensayo
con 65 voluntarios cuya edad media rondaba los 76 años, 10 pacientes con
Alzheimer (74 años de media) y 11 jóvenes sanos (24 años), que hicieron
de grupo control.
A todos ellos se les realizó una serie de cuestionarios sobre
actividad cognitiva (lectura, escritura o practicar juegos) y su
actividad física (dar paseos, montar en bici...) a lo largo de su vida
(a los 6, 12 18 y 40 años).
Además, todos realizaron pruebas neuropsicológicas que evaluaron su memoria; y finalmente cada uno de los participantes fue sometidos a un PET con el radiofármaco [11C] PiB para comprobar el estado de sus cerebros.
Los resultados de las pruebas pusieron de manifiesto que participar en actividades cognitivamente estimulantes se asociaba con una menor acumulación de proteína beta-amiloide.
Además, según explican los investigadores en la revista médica, esta
relación no se vio afectada por variables como la edad, los años de
educación, el sexo o la capacidad de memoria.
De hecho, según sus datos "las personas mayores con una mayor
actividad cognitiva tenían niveles de la proteína similares a los
jóvenes del estudio, mientras que las imágenes cerebrales de los de
menor actividad mental eran comparables a las de los pacientes de
Alzheimer".
"Esto sugiere que las personas que más trabajan su mente podrían reducir su riesgo de Alzheimer al prevenir la acumulación de proteína beta-amiloide en su cerebro", subraya Landau.
Aunque no han podido determinar los mecanismos que explican esta
relación, esta científica sugiere que la clave podría estar en que los cerebros 'activos' actúan de una forma mucho más eficaz.
"La gente que se mantiene activa a lo largo de su vida tendría procesos
neuronales mucho más eficientes, lo que conduciría a una menor
acumulación de placa amiloide", señala.
En su trabajo, los investigadores recuerdan, con todo, que "es poco
probable que nuestros resultados reflejen una única causa de la
Alzheimer, ya que es una enfermedad compleja con muchos posibles
procesos patogénicos involucrados".
"Llevar a cabo actividades de estimulación cognitiva probablemente esté relacionado con la participación en una variedad de prácticas de estilo de vida que han sido relacionadas en otros estudios con una reducción del riesgo de padecer Alzheimer", insisten.
Por eso, para la científica Landau y su equipo es "importante llevar a cabo más investigaciones en este campo".
Fuente: elmundo.es
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