Hasta qué punto la fructosa es responsable del sobrepeso y la
obesidad que vive el mundo occidental. Después de revisar los resultados
de 40 estudios, un grupo de expertos del hospital St Michael (Toronto,
Canadá), afirma que la cuestión no está en el tipo de azúcar sino en la
cantidad que se ingiere.
"En los últimos 30 años, numerosos estudios han asociado la fructosa
con la epidemia de obesidad en EEUU, sin embargo, otros muchos concluyen
que no ejerce ningún efecto sobre el peso", argumentan los autores en
el artículo, publicado en 'Annals of Internal Medicine'.
Ante tales discrepancias, agregan, "queríamos revisar los datos y
comprobar el efecto que realmente tiene este azúcar en la báscula".
Seleccionaron 41 ensayos. En 31 de ellos, los participantes (637)
seguían una dieta isocalórica, es decir, ingerían las calorías
proporcionales a su peso. Estaban divididos en dos grupos: unos
consumían fructosa y otros hidratos de carbono. Ninguno de ellos
experimentó subida de peso.
En los 10 ensayos restantes (119 personas en total), los integrantes
llevaban una dieta hipercalórica, unos a través de fructosa y otros con
hidratos de carbono. El resultado: todos engordaron, lo que indica que "el exceso de calorías podría ser la razón del aumento de peso", no el hecho de que provengan de la fructosa, señalan los responsables de la revisión.
Sin embargo, aunque su efecto en el peso no parece ser muy
determinante, cabe subrayar que las calorías ingeridas en fructosa
producen otros daños. "Es un azúcar muy tóxico", apunta Susana Monereo,
responsable de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital
Universitario de Getafe de Madrid. "Sube mucho el ácido úrico, la
tensión, genera mucha grasa en el hígado, aumenta los triglicéridos y la
resistencia a la insulina".
Esto no significa que no se pueda o haya que restringir el consumo de
fruta, por ejemplo, donde la fructosa se encuentra de forma natural.
"Lo que sí hay que limitar es la ingesta de bebidas azucaradas y alimentos procesados,
donde cada vez más se incluyen añadidos de este tipo de azúcar",
explica Clotilde Vázquez, jefa de la Unidad de Nutrición y Dietética del
Hospital Universitario Ramón y Cajal. Sobre todo en EEUU, donde según
algunos estudios, se consume medio litro de bebidas calóricas al día.
Como apuntan las especialistas españolas y los responsables de la
revisión, la fructosa es un azúcar en entredicho del que se está
alertando en los últimos años por sus posibles efectos nocivos. Puede
que esta revisión no haya encontrado asociación con la subida de peso
porque, como reconocen los autores, los estudios disponibles son
pequeños y de corta duración, "sería conveniente investigar más". Sin
embargo, este trabajo sí confirma un importante papel en la epidemia de
las alteraciones metabólicas que existe en el mundo (el 80% de las
personas con estos problemas tiene obesidad, mientras que el 40% tiene
un peso normal).
Fuente: elmundo.es
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