Lo primero que hay que decir es que la comida turca resulta deliciosa. Es una de las más sanas y elaboradas del mundo. De hecho, Estambul ha sido proclamada capital mundial gatronómica en el año 2008.
Al pescado más fresco hay que unirles productos mediterraneos como el queso, los vegetales, las aceitunas... No hay que olvidarse del yogourt, muchos afirman que el mejor del mundo se hace en este país. Pizzas vegetales, los mejores kebabs, berengenas y pimientos rellenos, pescado marinado, sus "mezes" -entremeses-, su sabrosa sopa de lentejas... Las opciones son muchas y todas deliciosas y muy sanas.... ¡Hasta que llegamos a los postres!
No es que los postres no estén deliciosos -de hecho, son también de los mejores del mundo- sino que son el paraíso de los dentistas! Hay tanta variedad, tan sabrosa, de tantos colores y texturas que uno no puede dejar de probar y comprar, comprar y probar algunos de estas suculentas delicias.
Especialemente uno no puede irse de Estambul sin probar sus famosos "Baklavas", unos pastelitos de hojaldre con miel y frutos secos absolutamente deliciosos. Especialmente el de pistacho es un manjar indiscutible, distinto a todo, que provoca una verdadera adicción.
Cuenta el señor Çagdas, el más importante productor de "baklavas" del mundo que, para saber si uno de estos pastelilos está recién hecho tiene que hacer "ksshhh" en la boca... La que escribe sintió ese "ksshhh" y ¡ahora no puede dejar de hacerse la boca agua! Una vez que se ha probado esta delicia, sólo se quiere volver a Turquía para repetir.
Además de este "milagro culinario" hay que probar también las "rahat lokum" o delicias turcas, pequeños cuadrados de caramelo blando de distintos sabores y texturas también riquísimos.
Un surtido de "baklavas" de un kilo puede costar unos 8-10 euros y creo que es uno de los mejores regalos que uno puede llevar de Estambul.
Fuente: minube.com
Al pescado más fresco hay que unirles productos mediterraneos como el queso, los vegetales, las aceitunas... No hay que olvidarse del yogourt, muchos afirman que el mejor del mundo se hace en este país. Pizzas vegetales, los mejores kebabs, berengenas y pimientos rellenos, pescado marinado, sus "mezes" -entremeses-, su sabrosa sopa de lentejas... Las opciones son muchas y todas deliciosas y muy sanas.... ¡Hasta que llegamos a los postres!
No es que los postres no estén deliciosos -de hecho, son también de los mejores del mundo- sino que son el paraíso de los dentistas! Hay tanta variedad, tan sabrosa, de tantos colores y texturas que uno no puede dejar de probar y comprar, comprar y probar algunos de estas suculentas delicias.
Especialemente uno no puede irse de Estambul sin probar sus famosos "Baklavas", unos pastelitos de hojaldre con miel y frutos secos absolutamente deliciosos. Especialmente el de pistacho es un manjar indiscutible, distinto a todo, que provoca una verdadera adicción.
Cuenta el señor Çagdas, el más importante productor de "baklavas" del mundo que, para saber si uno de estos pastelilos está recién hecho tiene que hacer "ksshhh" en la boca... La que escribe sintió ese "ksshhh" y ¡ahora no puede dejar de hacerse la boca agua! Una vez que se ha probado esta delicia, sólo se quiere volver a Turquía para repetir.
Además de este "milagro culinario" hay que probar también las "rahat lokum" o delicias turcas, pequeños cuadrados de caramelo blando de distintos sabores y texturas también riquísimos.
Un surtido de "baklavas" de un kilo puede costar unos 8-10 euros y creo que es uno de los mejores regalos que uno puede llevar de Estambul.
Fuente: minube.com
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