lunes, 7 de febrero de 2011

¿Es Turquía un país europeo?

La Unión Europea nace en 1951 después de la segunda guerra mundial de un acercamiento entre Francia y Alemania, que hoy en día constituyen dos pilares de esta organización internacional.

En primer momento la Unión Europea, llamada entonces Comunidad Europea de Carbón y Acero, contó con sólo seis países miembros. La historia de crecimiento de esta organización pasa por transformaciones de su mandato hacia una comunidad económica y el aumento sucesivo del número de sus miembros: nueve a partir del 1973, 10 a partir 1981, 12 a partir 1986 y 15 a partir de 1995. La última ampliación llevada a cabo en 2004-2007 aumenta el número de los países miembros a 27.

Turquía expresó su interés de ingresar a la Unión Europea en 1987. Las negociaciones oficiales de adhesión fueron abiertas en diciembre de 2004. Sin embargo existe una controversia en el seno de la misma organización a saber si Turquía es un país europeo.

Es una pregunta pertinente por varias razones. Geográficamente la mayor parte de Turquía se encuentra en Asia, mientras una pequeña parte del territorio turco se encuentra en el continente Europeo.

La bella y única ciudad de Istambul esta dividida en dos por el estrecho de Bósforo que separa los dos continentes. Pero no se trata sólo de la cuestión territorial. La separación más importante que existe en Turquía se refiere más que todo a la diferencia entre Turquía musulmana y Turquía laica.

Valery Giscard d’Estaing, antiguo presidente de Francia y presidente de un Convento Europeo que elaboró la fallida ‘constitucion europea’ es un declarado enemigo de recibir Turquía en Europa justamente por esta razón. El pretende que cristianismo hace parte de una identidad europea que se va a desequilibrar con el ingreso de los musulmanes turcos (60% de la población turca).

Existen otros argumentos en contra de la adhesión de Turquía a la Unión Europea y varios países miembros de la Unión están firmemente en contra. Francia y Alemania han expresado sus reservas. Ángela Merkel, la canciller alemán en visita en marzo a Ankara expresó de nuevo su oposición a la adhesión de Turquía esta vez debido a la posición discordante de los turcos respecto al Irán y sus ambiciones nucleares.

En lugar de una membresía plena Merkel prefiere para Turquía el estatus de un socio privilegiado. Las negociaciones de adhesión están estancadas, ya que solo 12 de los 35 capítulos han podido ser abiertos. Los otros 18 están bloqueados por Francia y Chipre. La reciente visita del primer ministro turco Erdogan en Francia (6-7 abril) no ayudó a arreglar las cosas.

Adicionalmente, el genocidio de 1.5 mln de armenios cometido en 1915 bajo el Imperio Otomano y que no es reconocido por Turquía trae una dificultad casi insuperable, pues el Parlamento Europeo y varios otros parlamentos nacionales votaron leyes condenatorias de este hecho.

Los gobiernos de algunos países miembros de la Unión Europea como Suecia y España apoyan las ambiciones turcas. El argumento a favor de adhesión de Turquía a la Unión Europea hace referencia a la existencia precisamente de los 41.3 mln musulmanes turcos que si no son recibidos dentro de la Unión Europea pueden fácilmente caer dentro de la influencia del integrismo islámico. En otras palabras, es mejor de recibir a los musulmanes turcos que tenerlos fuera de la Unión como potenciales enemigos en el futuro.

La excepcional posición geopolítica de Turquía, su membresía en la OTAN y actualmente en el Consejo de Seguridad de la ONU hace que su adhesión a la Unión Europea ofrece ventajas adicionales. El proceso de negociación sin embargo es suficientemente controversial para que la decisión sea tomada al nivel de los gobiernos. Se sugiere acudir a un referéndum.

Fuente: lostiempos.com

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