Así que nos liberamos de preocupaciones y comemos ya ni siquiera como auténticos animales, ¡comemos mucho más!. Pero al margen de las calorías, ¿alguna vez te has preguntado el esfuerzo que tiene que hacer el hígado para metabolizar toda esa avalancha de calorías y grasas?
Los médicos de todo el mundo están informando de un alarmante incremento de la incidencia de cirrosis del hígado en personas obesas que comen en exceso. La mayoría de estos pacientes no consumen alcohol, que es otra de las causas de cirrosis.
La obesidad está empezando a ser la causa principal de enfermedad del hígado. Desafortunadamente, la gente puede cursar la enfermedad sin síntomas hasta que está llegue a un nivel grave. Otros problemas que desencadenan esta enfermedad es el antes mencionado alcohol y la hepatitis, pero no con la gravedad que está ocasionando la obesidad.
Así que la próxima vez que os vayáis a comer una vaca entera, pensad en vuestro querido hígado. No consumáis cantidades ingentes de calorías de una sentada.
Fuente: vitonica.com
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