martes, 13 de octubre de 2009

El malbec argentino se impone como vino favorito en Nueva York

Nueva York. Antes de partir a Southampton, Paul Schaye, director gerente de Chestnut Hill Partners, con sede en la Gran Manzana, guarda una o dos botellas. “Me gusta el sabor y el rico color. Y su precio no es exagerado. Amo el malbec” dice.
Fuente: larepublica.com.co

Estos días, la gente en los Hamptons, un balneario de Long Island adonde acuden financistas y celebridades, no están consintiendo, como solían hacerlo, marcas caras como Opus One, dice Schaye.

La bodega Opus One vende su mezcla estilo bordeaux cosecha del 2005 a 190 dólares por botella, mientras Schaye dice que paga entre 18 dólares y 22 dólares por un malbec.

El consumo de vinos argentinos en Estados Unidos está aumentando según la recesión global incita a los ricos a salir a la caza de gangas.

Los primeros seis meses de 2009, las importaciones procedentes del país sudamericano aumentaron 34 por ciento frente a un año antes a 103 millones de dólares, en tanto los principales exportadores como Italia, Australia y Francia registraron desplomes en las ventas en Estados Unidos de hasta 30 por ciento.

“Los vinos argentinos tienen en su mayor parte muy buenos precios, y en estos tiempos de aprietos eso tiene mucho atractivo”, dice Juliette Pope, director de vinos de Gramercy Tavern, de Nueva York, quien dice que el malbec es “exuberante y accesible”.

La mezcla de Opus One, una mezcla de vinos incluso cabernet sauvignon, merlot y petit verdot, no es realmente comparable con un malbec que depende de un solo varietal, dice Roger Asleson, director de relaciones públicas de la bodega de Oakville, estado de California.

Si bien lento, el mercado ha estado resistente este año en Opus One, y casi todos los compradores tomaron su partida plena de botellas, dice Asleson.

En general en Estados Unidos, el consumo está plano, según Frank Walters, director de investigación de M. Shanken Communications Inc., una compañía de consultoría con sede en Nueva York que publica la revista Wine Spectator.

El merlot es el varietal más popular en Estados Unidos después del chardonnay, dice Walters, citando el informe de vinos Impact Databank de 2009 de Shanken.

Las ventas anuales de merlot son de casi 2.500 millones de dólares y dos tercios de lo que los estadounidenses beben proviene del estado de California, según Walters.

El estado produce más de 90 por ciento de todos los vinos de Estados Unidos, incluso 546 millones de galones en 2008, según el Wine Institute en San Francisco, que representa el sector.

En Argentina, el malbec, una uva de origen francés, ha florecido bajo la luz solar intensa, el clima árido y el suelo pobre en nutrientes al pie de los Andes, dice Nicolás Catena, cuya familia es dueña de Bodega Catena Zapata, de un siglo de antigüedad, en la provincia de Mendoza, en el oeste del país.

“Los sabores de la fruta son densos y aun así los taninos son muy suaves”, dice Catena, de 69 años, durante un almuerzo en Piegari Vitelli e Dolce, un restaurante de Buenos Aires. “Es una rara combinación para un nuevo vino mundial; por eso es popular en Estados Unidos”.

En los primeros seis meses, las importaciones estadounidenses de vino argentino por volumen treparon 39 por ciento a 25 millones de litros, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Las compras a Chile subieron 22 por ciento a 31 millones de litros.

Argentina es el quinto exportador más grande de vino embotellado a Estados Unidos, frente a séptimo en 2004, cuando estaba rezagado de España y Alemania. Chile es el número cuatro, detrás de Italia, Australia y Francia.

Estados Unidos es el principal mercado de exportación de vino de Argentina, con casi un tercio de todos los envíos en el primer semestre de 2009, según el grupo de investigación Caucasia Wine Thinking en Mendoza.

Los productores de Mendoza y otras regiones están avanzando porque, a diferencia de competidores en Australia y Chile, no han inundado Estados Unidos con mezclas a granel a precios de descuento, dice Jay Miller, catador de The Wine Advocate, un boletín publicado por el crítico de vinos estadounidense Robert Parker.

La productora vitivinícola argentina Susana Balbo compara su mezcla Brioso de cabernet sauvignon, cabernet franc, petit verdot y malbec (que se vende por unos 45 dólares al por menor en Estados Unidos) con una botella de bordeaux francés de 200 dólares – 250 dólares.

La tasa de inflación de Argentina, que la economista Carola Sandy de Credit Suisse Group AG calcula fue de hasta 15 por ciento durante los últimos 12 meses, está perjudicando los beneficios de los productores vitivinícolas, dice Balbo.

El peso caerá 15 por ciento este año a 4,07 por dólar, mientras el Gobierno articula una devaluación controlada para apuntalar los márgenes de ganancias de los exportadores, según una encuesta de Bloomberg News entre 12 economistas.

Ello convertiría la moneda en la de peor desempeño entre los principales países productores de vino, ayudando a los exportadores del país a competir. Se prevé que el peso de Chile aumente 16 por ciento este año a 550 por dólar, muestra una encuesta de Bloomberg entre 14 economistas.

El principal impulsor de los vinos argentinos es la enorme calidad que tiene el vino relativo al precio”, dice Jon Fredrikson, quien encabeza Gomberg, Fredrikson & Associates, una firma de investigación de vinos en Woodside, estado de California.

“El malbec tiene el potencial de subir a niveles de volúmenes enormes” y es posible que las ventas se quintupliquen durante los próximos cinco a ocho años, dice Fredrikson.

Schaye dice que comenzó a beber malbec hace unos cuatro años, y que el varietal ha conquistado a muchos de sus amigos.“Esa es lo bello”, dice. “Uno puede beber bien a un buen precio”.

Fuente: Malbec Argentino

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