domingo, 4 de octubre de 2009

Cien Años de Historia Familiar

Pionera de la vitivinicultura patagónica, Humberto Canale celebra su primer centenario. Emocionados, Guillermo Barzi y su hijo Guillo hablan del pasado, presente y futuro de la tradicional bodega del Alto Valle de Río Negro.

Humberto Canale plantó las primeras 100 hectáreas de viñas, traídas desde Francia por él mismo, hace cien años. Bodega Humberto Canale prepara una fiesta que -parece- dará que hablar. Este festejo centenario motivó un entretenido almuerzo entre este cronista y el ingeniero Guillermo Barzi, presidente de la Bodega y Guillo Barzi, su hijo, a cargo de la dirección comercial del establecimiento.

No es fácil encontrar una bodega familiar con tantas generaciones a cuestas, y, menos aún, hablar con sus protagonistas actuales, dueños de un discurso tan afín, tan unificado en todo aspecto, basado en convicciones muy fuertes y compartidas por ambos. Ellos se complementan. Cada concepto o frase es redondeado por el otro; forman un verdadero equipo, sin fisuras. Sus capacidades están a la vista. Hoy, Humberto Canale vende todas las botellas que produce (1.200.000 al año) y es una empresa sólida con un mercado que año a año la viene acompañando. Será por esta solidez que Wines of Argentina tiene a Guillo Barzi (GB) como Tesorero, o que la Cámara de Bodegas Patagónicas es presidida por el ingeniero Gullermo Barzi (IB). Sin dudas, dos talentos, dos diferentes generaciones, un mismo modo de entender el vino.

Entre platos de entraña, papas fritas y ensaladas en la parrilla Don Julio, probamos dos novedades de la bodega. Un Rosé de Malbec Estate 2008, y un íntimo Family Reserve, corte de Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc próximo a salir a la venta, a $65, una partida especial que homenajea al ya clásico Intimo.

Pocos vinos de la franja del Intimo cuentan con el tiempo de crianza que éste tiene y en esa franja de precios.

IB: El Intimo tiene 3 años de tonel y dos de botella antes de salir al mercado y cuesta $25. Nunca nos subimos a la moda de la concentración. Siempre buscamos más la elegancia. Ese es nuestro estilo de vinos, no los “tinta china”.
GB: La prensa internacional no tomó en cuenta al consumidor, que es quien dijo basta a los vinos superconcentrados y recién ahora la prensa acusó recibo de esto.
IB: Durante diez años, don Raúl de la Mota fue el asesor de la bodega. Ya durante la década 80-90 le decía a Marcelo Miras: “Marcelo, no hay que hacer caso a estas cosas, los vinos hay que hacerlos, esperarlos unos tres años y tomarlos”. Los vinos bien hechos, maduros, son otra cosa, tienen otros matices, otra elegancia.
Ahora trabajan con Susana Balbo y Pedro Marchevsky. ¿Qué cambió con la llegada de ellos?
GB: Buscábamos un desarrollo más en conjunto de la parte agronómica (el viñedo). La ida de Hans, instalando su propia bodega (Noemia), nos pone frente a un nuevo desafío. Con Pedro en los viñedos y Susana en los vinos, ha sido un cambio altamente positivo. Susana también tiene una gran visión comercial.
IB: Hasta hace muy pocos años éramos los únicos en la zona, estratégicamente una consultoría tiene que ser de primer nivel, el negocio tiene que crecer, estamos haciendo vinos muy tomables, modernos.
GB: Vinos del año, frescos y modernos, todo lo que producimos lo vendemos.

En su haber poseen otro pergamino; elaboraron el primer vino con crianza en barrica de la Patagonia: Marcus Gran Reserva 1999, momento en el que los cambios se van produciendo más vertiginosamente.

¿En qué los beneficia todo este movimiento que hay ahora en la Patagonia?
GB: ¡En todo! Desde el punto de vista logístico, se solucionó prácticamente todo. Antes estábamos solos en cuanto a si alguien quería venir a visitar bodegas. Ahora, el circuito es mucho más atractivo, está todo muy bien armado y eso nos favoreció.
IB: Durante muchísimos años tuvimos una fortísima distribución Canale -empresa de galletitas mediante- pero no era una distribución en los lugares más adecuados. Eran vinos que estaban en todas las panaderias de Buenos Aires.
El Cabernet Franc de ustedes es, a mi entender, el vino que los distingue. ¿Cómo decidieron plantar y vinificar esta variedad?
IB: ¿Sabés quien tiene la culpa de eso? Raul de La Mota. Empezó a trabajar con nosotros en 1990. Un día, después de 4 o 5 años me dice, con mucha prudencia, “Ingeniero, ¿le puedo hacer una recomendación? El Cabernet Franc puede andar muy bien”. Es así que me fui a Burdeos y traje clones de allá, también de Pinot Noir, en 1996. La primera cosecha fue en 2000. Todavía estaba Don Raúl y se quedó maravillado. Salió tan bueno que lo sacamos como varietal.
Cuando se habla de Humberto Canale, el imaginario remite a una de las bodegas “grandes” de Argentina…
GB: Canale tiene imagen de bodega grande pero la realidad es que hacemos 1.200.000 botellas por año. Cualquiera de nuestros vinos de $45 tiene una producción de 25 mil botellas, no más.
IB: Hicimos durante años un esfuerzo descomunal, comunicando que somos Humberto Canale, despegándonos de esa asociación muy fuerte que tuvimos durante muchos años como “vinos de panadería”.
¿Cómo ven a Argentina en el escenario mundial?
IB: El modelo vitivinícola argentino es un ejemplo para el empresariado, por la manera que se está trabajando y la unidad que hay entre todos los bodegueros. En 16 años se pasa de U$5.000.000 a U$ 600.000.000 en la actualidad, con tasas de crecimiento permanentes.
¿Cómo lograron el posicionamiento del Marcus Merlot?
IB: A raíz del Marcus Merlot salen después las marcas paraguas: el Malbec, los genéricos de Marcus. Junto con el Sauvignon Blanc, creemos que son dos vinos imbatibles en sus franjas de precios. La respuesta es calidad.

¿Cuáles son los cimientos, hoy, de la bodega? ¿Dónde se pone más énfasis?
IB: Después de 45 años en esto (mi abuelo fue el creador del bizcochito Canale y el Pan Dulce), cuando empecé a desarrollar el negocio del vino arranqué con el mismo concepto: calidad superior, productos honestos, tener la mejor relación precio producto, siendo la mejor comunicación el producto en sí. Marcus Merlot $15, Intimo a $25, la línea Estate a $45, son todos productos honestos y con gran precio por su calidad.

Con esta crisis, ¿puede haber un sinceramiento de precios en los vinos argentinos?
GB: Está pasando. Fijate las ofertas que hay en las vinotecas, es un sinceramiento encubierto. El problema hoy es la gran cantidad de marcas y bodegas que hay, 2300 bodegas activas y salen 130 etiquetas nuevas por mes; otro problema es que los proyectos son muy a corto plazo y en el vino hay una frase que dice: “Es fácil tener una bodega, ¡tenés que aguantar sólo los primeros cien años!”. Con suerte, sólo el 10% de las bodegas familiares pasa de la tercera generación. Los proyectos nuevos se olvidaron de la pata más importante: ¡la comercial! Respondiendo a tu pregunta, más que bajar los precios, creo que va a haber una depuración del mercado.

Son los únicos exportadores de membrillo fresco del país, 250 mil kilos este año. Junto con otras 8 empresas, forman un consorcio de exportadoras de frutas frescas, siendo las peras su principal negocio. Los Barzi son los continuadores del proyecto que empezó su ancestro Humberto Canale con su maestro el Ingeniero Huergo, en tiempos en los que en el Alto Valle de Río Negro no había nada, sólo la visión y la pasión de hacer historia en un lugar aún virgen. Dos hechos cruciales marcaron el desarrollo de la Patagonia: uno es el dique y el otro el ferrocarril. Dos grandes obras que iniciaron el proceso de desarrollo y señalaron el origen de una época que, hoy, sigue escribiendo su historia.

Destacados
La filosofía y espíritu de liderazgo de Humberto Canale han transformado a la bodega no solo en pionera en la zona sino en un referente modelo de la Patagonia.

Humberto Canale: generó una corriente vinícola profesional. Así el Alto Valle adquirió categoría de terroir específico y fueron reconocidos en los celajes allí cultivados, las singulares cualidades otorgadas por la ubicación geográfica de la región.

Fuente: Cuisine & vins

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