Era hora de que una bodega se animara y le aportara una nueva vuelta de tuerca al marketing de la industria vitivinícola, que usualmente suele perderse en lugares comunes.
Y la responsable fue Ojo de Vino, la bodega emplazada en Luján de Cuyo, Mendoza, y propiedad del artista suizo conceptual, Dieter Meier.
¿Qué hizo en concreto? Está lanzando en los próximos días un nuevo vino, al cual decidió bautizar con un nombre simple, contundente, divertido y controvertido: Malo.
Como si esto no fuese suficiente, para 2014 ya planea otro lanzamiento, aun más ambicioso en términos marketineros: un vino que se ubicará en un segmento superior y que redoblará la apuesta dado que llevará el llamativo nombre "Super Malo".
"¿Cuál es el próximo? ¿Malísimo?", preguntó alguien durante un almuerzo de prensa, generando risas cómplices.
Lo cierto es que, más allá de los lugares comunes, es interesante ver lo que todavía puede generar un nombre, incluso entre los que llevan varios kilómetros de recorrido en la industria vitivinícola.
Pero a no confundirse: estos vinos no son una cáscara marketinera vacía que apunta a diferenciarse a base de fuegos de artificio. Por el contrario, son vinos modernos, de excelente factura, con materia prima de primera y que fueron alumbrados bajo el asesoramiento del "hombre de los 100 puntos": Marcelo Pelleriti.
Su sola firma podría habilitar un cheque en blanco en materia de calidad, pero no es necesario confiar ciegamente: los vinos fueron degustados y lo cierto es que se defienden muy bien, tal como pudo comprobar Vinos & Bodegas iProfesional en un almuerzo organizado para la prensa especializada.
"Dieter tiene un concepto muy claro. Aspiramos a que, en el corto plazo, Ojo de Vino se convierta en un referente de la alta calidad", aseguró Pelleriti durante el encuentro.
"Malo" es una etiqueta que está llegando a vinotecas en menos de 15 días a un precio sugerido que irá entre los $220 y los $250.
Se trata de un ejemplar cosecha 2011 con paso de 18 meses por barrica francesa y del cual se elaboraron unas 12.000 botellas.
Es un vino microvinificado que conjuga 60% de Malbec con 40% de Cabernet Sauvignon, procedentes de viñedos orgánicos certificados emplazados en Luján de Cuyo, y que se destaca por una aromática intensa, que arremete desde la copa con notas de frutas rojas y negras maduras. La paleta se completa con toques mentolados y aromas a hierbas aromáticas que suman complejidad. En tanto, la madera, bien integrada, suma toques de caramelo y tenues tostados. En boca ataca caudaloso,
con un fluir amplio y envolvente, con taninos pulidos y sin aristas. La
acidez es marcada y estira el final, durante el cual reviven los aromas
frutados, balsámicos y aquellos propios de la crianza.
Es un ejemplar que refleja claramente el estilo de Pelleriti: vinos con buen medio de boca, intensos, pero a la vez que conserven la elegancia.
También hubo oportunidad de degustar Super Malo, un vino que, como el nombre lo indica, se ubicará por encima de Malo pero que todavía no tiene fecha de lanzamiento.
Es un ejemplar que aún no está redondeado y que debe ganar en complejidad, por eso nos limitaremos a contar que "la materia prima está".
Incluso, otras bodegas podrían hacerse un festín lanzando este vino hoy en día. Y mal no les iría. No defraudaría. Pero escuchando el futuro promisorio que Pelleriti augura para el proyecto Ojo de Vino, es atinado que opten por ir paso a paso y darle el tiempo necesario a cada ejemplar.
Según el gerente general de la bodega, Patricio Eppinger, estos lanzamientos forman parte de una estrategia bien pensada.
El directivo destacó que "la visión de Dieter Meier fue muy clara. El no quería tirar al aire vinos de muy alta gama porque sí. Estaba convencido de que había que arrancar con vinos Premium, de calidad, a precios razonables, para que el público conociera el proyecto y confiara en la marca, y recién ahí subir escalones".
Y ese momento, según Eppinger, llegó: "Ahora estamos largando una nueva etapa, la de producir vinos de más alta gama. Por eso es que estamos presentando Malo, nuestro nuevo vino".
En el marco de este proceso también se pudo conocer un adelanto de lo que será otra nueva etiqueta: Puro Grape Selection 2012, un Malbec que verá la luz en abril de 2014 y que tendrá un precio que rondará el equivalente a unos $190 actuales.
Se trata de un vino de base Malbec pero que suma un aporte de Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon. El resultado de este vino, que todavía está en pleno proceso de evolución, es un abanico complejo que entremezcla notas de fruta roja y negra madura,
con pinceladas mentoladas y trazos de cuero. Al paladar se presenta
jugoso, con el tanino dulzón propio del Malbec y un final largo, apoyado
en una sólida columna vertebral formada por ambos Cab. Antes de
extinguirse, su paso a lo largo de 18 meses por barricas suma una cuota amigable de chocolate.
Es un vino sabroso y, sobre todo, moderno, porque no es de los que se cortan con cuchillo, en tanto que la madera no pretende llevarse el papel principal. Además, premia con buena frescura.
A modo de epílogo y al referirse a la esencia de Ojo de Vino,
Eppinger destacó un punto de inflexión en el proyecto: "Cuando Dieter
probó los vinos que Marcelo venía haciendo en la Argentina y Francia, no
lo dudó. Y apenas se conocieron la química entre ambos fue inmediata".
Los resultados están a la vista.
Fuente: iprofesional.com
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