En todos hubo fenómenos o causas parecidas:
condiciones macroeconómicas favorables como el incentivo a la llegada de
inversiones extranjeras, un buen tipo de cambio o varietales que se
adaptaron a las nuevas tendencias de los consumidores mundiales. Estas
conclusiones aparecen en el Argentina Wine Report del mes de marzo cuya circulación es exclusiva para miembros de la Sociedad Argentina del Vino.
La evolución exportadora de la última década para Argentina puede ser dividida en sub períodos: la primera parte que va desde 2002 hasta 2007 mostró un sector con un buen tipo de cambio; una consolidación del proceso inversor de bodegas existentes y la llegada de nuevas bodegas; y la expansión acelerada del Malbec en los mercados mundiales, especialmente Estados Unidos.
La segunda etapa comienza con cierto aletargamiento en 2008 pues ya las condiciones, aunque buenas, no eran tan favorables y culmina con los impactos positivos de la crisis internacional en la demanda de vinos argentinos a fines de 2010. Aquí comienza la última etapa donde el tipo de cambio en valor real vale casi la mitad del de 2006, la recuperación de la economía mundial regresa al comportamiento favorable de los consumidores hacia vinos de otros países, especialmente los europeos y la rentabilidad exportadora se revierte a valores muy bajos, especialmente en las franjas de menor precio.
Ante este panorama se verifica un fuerte aletargamiento de la inversión que puede observarse por una menor llegada de bodegas al sector exportador y por la salida de varias de las existentes.
La reacción inversora puede verse en el hecho que en la primera mitad de la década la tasa de ingresos netos de bodegas al sector era del 17% anual mientras que en la segunda mitad este indicador pasó al 7%.
La pérdida de eficiencia exportadora se puede ver en el hecho de que en 2010 en promedio las bodegas exportaban casi 60 mil cajas mientras que en 2012 no alcanzaron las 50 mil, casi un 20% menor. Esto implica distribuir costos fijos, que son además más abultados, entre menos cajas.
Comienza así en 2010 un proceso que ha situado a las empresas exportadoras en una posición de menor rentabilidad con indicadores físicos de eficiencia que obligan a replanteos profundos. Las opciones que hoy se discuten alcanzan extremos terminales como permanecer o no en el sector. Otras son más moderadas y trabajan en un mejor enfoque de mercados y productos hacia aquellos espacios con índices de contribución que hagan sustentable el negocio en el largo plazo o por lo menos el tiempo suficiente como para que las condiciones macroeconómicas cambien en un horizonte que se visualiza por lo menos en los tres años.
La evolución exportadora de la última década para Argentina puede ser dividida en sub períodos: la primera parte que va desde 2002 hasta 2007 mostró un sector con un buen tipo de cambio; una consolidación del proceso inversor de bodegas existentes y la llegada de nuevas bodegas; y la expansión acelerada del Malbec en los mercados mundiales, especialmente Estados Unidos.
La segunda etapa comienza con cierto aletargamiento en 2008 pues ya las condiciones, aunque buenas, no eran tan favorables y culmina con los impactos positivos de la crisis internacional en la demanda de vinos argentinos a fines de 2010. Aquí comienza la última etapa donde el tipo de cambio en valor real vale casi la mitad del de 2006, la recuperación de la economía mundial regresa al comportamiento favorable de los consumidores hacia vinos de otros países, especialmente los europeos y la rentabilidad exportadora se revierte a valores muy bajos, especialmente en las franjas de menor precio.
Ante este panorama se verifica un fuerte aletargamiento de la inversión que puede observarse por una menor llegada de bodegas al sector exportador y por la salida de varias de las existentes.
La reacción inversora puede verse en el hecho que en la primera mitad de la década la tasa de ingresos netos de bodegas al sector era del 17% anual mientras que en la segunda mitad este indicador pasó al 7%.
La pérdida de eficiencia exportadora se puede ver en el hecho de que en 2010 en promedio las bodegas exportaban casi 60 mil cajas mientras que en 2012 no alcanzaron las 50 mil, casi un 20% menor. Esto implica distribuir costos fijos, que son además más abultados, entre menos cajas.
Comienza así en 2010 un proceso que ha situado a las empresas exportadoras en una posición de menor rentabilidad con indicadores físicos de eficiencia que obligan a replanteos profundos. Las opciones que hoy se discuten alcanzan extremos terminales como permanecer o no en el sector. Otras son más moderadas y trabajan en un mejor enfoque de mercados y productos hacia aquellos espacios con índices de contribución que hagan sustentable el negocio en el largo plazo o por lo menos el tiempo suficiente como para que las condiciones macroeconómicas cambien en un horizonte que se visualiza por lo menos en los tres años.
Qué es el Argentina Wine Report
Argentina Wine Report es
un informe exclusivo periódico de análisis de la realidad vitivinícola
que Area del Vino desarrolla para miembros de la Sociedad Argentina del
Vino (SAV). Cuenta con alrededor de 30 páginas y mensualmente repasa
temas o tendencias actuales que sirven a las decisiones estratégicas de
las empresas del sector con una compilación de estadísticas clave para
la toma de decisiones.
Este estudio es elaborado en base a fuentes de información como Euromonitor, World Trade Map, ICEX, Fondo Monetario Internacional, Central de Inteligencia de Estados Unidos, Banco Mundial, INV, Bolsa de Comercio de Mendoza y estadísticas oficiales de varios países. Informes: 261 - 4234852 / 4258
Fuente: vitonica.com
Este estudio es elaborado en base a fuentes de información como Euromonitor, World Trade Map, ICEX, Fondo Monetario Internacional, Central de Inteligencia de Estados Unidos, Banco Mundial, INV, Bolsa de Comercio de Mendoza y estadísticas oficiales de varios países. Informes: 261 - 4234852 / 4258
Fuente: vitonica.com
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