Desde botellas enfundadas en una
pelota de pato hasta vinos que se añejan en un ladrillo de adobe. El
envase es tan importante como su contenido y algunas bodegas tomaron
debida cuenta. 13 ejemplos paradigmáticos.
Las bodegas hacen lo imposible
para destacarse de su competencia y una forma de marcar la diferencia es
mediante sus envases. En esta nota te mostramos las botellas, etiquetas
y contra-etiquetas más raras y extravagantes: formatos distintos,
materiales no tradicionales y hasta elementos externos que buscan llamar
tu atención.
Tikal Locura
Como
su nombre lo indica, esta fue una loca idea de Ernesto Catena, quien
mandó enfundar dentro de una pelota de pato un litro y medio de un blend
de tres uvas de regiones diferentes: Malbec del sur, Bonarda del este y
Torrontés del norte. Un vino tan rico que los bebedores pugnarán para
obtenerlo tal cual lo hacen los jugadores de nuestro deporte nacional.
La botella cuesta 1.270 pesos.
Palo Domingo
Esta
partida limitada de un vino de corte de la bodega Domingo Hermanos fue
bautizado en homenaje a un importante familiar de los propietarios y
lleva un vestuario acorde a la región: su envoltorio evoca a un poncho,
con guardas típicas de Yacochuya,, región donde se produce este
ejemplar. Un consejo: no revolearlo como la Sole. Cuesta $485 la cosecha
2003.
Catena Zapata Estiba Reservada
Corte
de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot y Malbec. Como no
podía ser de otra manera, el vino más querido por la familia se viste de
gala con una elegante funda de paño. Según Alejandro Vigil, enólogo en
jefe de la bodega, a partir de los 10 años de guarda comienza su momento
de esplendor. Precio: desde $750, dependiendo la añada.
Cuyucha Mansa
A
muchos nos gustaría tener una obra firmada por el pintor argentino
Helmut Ditsch y, si bien no es una ganga, comparado con las naturalezas
de este artista que han batido récords por su precio, éste está al
alcance de nuestro bolsillo. El vino lleva su diseño y firma en la
botella. Aunque poco tenga de los fríos ventisqueros que pinta, sí
guarda la pasión. Se consigue a 70 pesos.
Siesta Adobe
También
de Ernesto Catena, esta botella viene metida dentro de un ladrillo de
adobe hecho de suelo mendocino, porque para asegurar la calidad de
guarda de su vino, sus creadores pensaron en su tierra. El ladrillo
funciona como cava individual para cada botella, tal como una casa de
adobe protegía del frío y del calor a las familias de la región. Es
cuestión de desgranar el bloque para después disfrutar del buen vino.
300 pesos.
Special Blend Del Fin del Mundo
Presenta
en la etiqueta su triangular logo pero en metal, como una chapa
identificatoria. Este blend de aroma y sabor frutal tiene un potencial
de guarda de 10 años y es el vino mimado de la bodega. Su valor es de
150 pesos.
Luigi Bosca Gala
En
esta ocasión, la distinción no se encuentra en la etiqueta sino en el
corcho: se trata de una arandela metálica grabada con el nombre de la
bodega. El agujero de la misma podría simular un blanco que invita a
acertar el sacacorchos para lograr un descorche impecable. De $150 a
$360, según la cepa y presentación.
Primogénito
Un
vino de Bodega Patritti que, en su pico, debajo de la cápsula, trae el
novedoso “Cork Tester", para verificar su estado. Se trata de una
bandita autoadhesiva que, al despegarla, permite seguir el estado del
corcho a través del tiempo y en base al estado del mismo determinar el
punto máximo de estiba. Se vende a $69 el Malbec y el Cabernet y a $79
el Merlot y el Pinot Noir.
Privado Jorge Rubio
La
bodega de autor diferencia estos cuatro varietales de alta gama con una
etiqueta hecha en cuero. Fue pionero en esta modalidad el Rodas
escondido, que cubría casi la totalidad de la botella con un estuche de
ese mismo material. En venta a 40 pesos.
Arte que encapsula
Marta
Minujín se juntó con Ernesto Catena Vineyards para lanzar esta edición
limitada de 100 botellas. Un blend de Malbec (60%), Cabernet Franc
(20%), Petit Verdot (10% ) y Syrah (10%), especialmente seleccionado por
el equipo de la bodega. El diseño estuvo a cargo de la artista
argentina, quien numeró y firmó cada uno de los ejemplares. La idea es
que uno deba decidir si quiere quedarse con la obra de Minujín, o bien
romperla para beber el vino.
Don Valentín Lacrado
El
clásico y legendario vino de Bodega Bianchi (que desde hace muchos años
marcó la tendencia de adornar con elementos no convencionales los
envases) no sería el Don Valentín Lacrado sino tuviera ese lacre
identificando el logo de la bodega y un pequeño librito donde destaca
sus virtudes. Cuesta 27 pesos.
San Felipe
El
vino de la bodega La Rural, otro clásico de hace años, con su botella
“caramañola” logra diferenciarse claramente, desde el vamos, con un
envase distinto a lo común que se identifica a simple vista. Se consigue
a 22 pesos.
Kripta
Para
terminar, un internacional donde “la base no está”, podría decir –con
sentido– el Bambino Veira. Se trata un cava español gran reserva
envasado en un una botella ovalada cuya base es redonda, lo cual no
permite pararla en la mesa. Buena forma de obligarnos a tenerla siempre
en una frapera para lograr su temperatura ideal. A 730 pesos.
Fuente: Por Daniel
Rosa/Planetajoy.com/
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