viernes, 7 de enero de 2011

Por qué se subastó un atún a U$S 400.000


Un cable de AP informó ayer que se había vendido en el mercado Tsukiji de Tokyo un atún rojo al precio record de U$S 396.000.
La noticia apareció publicada en casi todos los medios del mundo en sus secciones dedicadas a noticias de economía (ABC.es, Lanacion.com, CNN Business 360) . Pero ¿por qué un pescado puede llegar a costar tanto? ¿Es el precio de la subasta una noticia de economía, de gastronomía o corresponde a “medio ambiente”?

El sashimi y el sushi de atún rojo del Atlántico , es uno de los platos preferidos de Japón, el país que consume más del 80% de la producción de este pez que está en la lista roja entre las especies marinas según Greenpeace, la organización que impulsa su protección a través de medidas internacionales.
Según esa lista, el atún rojo forma parte de los alimentos que el mundo debería dejar de comprar y comer de forma inmediata. La supervivencia del atún rojo está tan amenazada, que ocupa la categoría “Peligro Crítico” según la la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Solo existen dos categorías más graves que “Peligro Crítico”, una es “Extintos en Estado Silvestre” , la otra es, simplemente, “Extinguido”.

Este pez que vive en el Océano Atlántico forma parte de manera involuntaria de una red compleja en la que se mezclan la sofisticada cultura culinaria de Japón, la globalización en el consumo de sushi, el dinero, la pesca ilegal, y también, la búsqueda de publicidad.

En efecto, ayer Trevor Corson, una autoridad mundial sobre comida japonesa, autor de “La Historia del Sushi” y “La vida secreta de las langostas”, explicó a propósito de este nuevo record, que el precio que se pagó por el atún rojo responde principalmente a intereses publicitarios y no simplemente a la puja del mercado por un producto escaso.
Según Trevor el precio del atún se utiliza muchas veces para publicitar a un nuevo restaurante o a un distribuidor. La noticia de los valores astronómicos (queda demostrado) produce una catarata de comunicación que es capitalizada posteriormente en la reputación de un restaurante. Visto de esa manera, invertir U$S 400.000 en un atún resulta una pequeña inversión publicitaria comparada con los logros globales que se obtienen.

Lo inquietante para aquellos que desean proteger a los atunes, es que justamente la escasez de atunes y el permanente aumento de precios produce una tensión en el mercado que impulsa aún más el interés por este pez único, capaz de sumergirse a 900 metros de profundidad y realizar migraciones de miles de kilómetros.

Sashimi

El marzo del año pasado, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción, con el apoyo de Pew Environment Group, impulsó que el atún rojo sea incluido como especie en emergencia.

¿Cuáles son las razones que llevan al atún rojo del Atlántico a esta situación? Según palabras de Pew EG:

Impulsado por los lucrativos mercados del sushi y el sashimi alrededor del mundo, el increíble valor de esta especie crea un extraordinario incentivo para ignorar las cuotas, realizar pescas ilegales y presionar a los organismos reguladores para que hagan caso omiso a las recomendaciones científicas. La mejor ciencia demuestra que las poblaciones del atún rojo del Atlántico están al borde del colapso.

O sea, aún un consumidor inocente tiene que reconocer que existe una vinculación directa entre la venta y el consumo de sushi y sashimi de atún rojo y su riesgo creciente de extinción. No todos los atunes rojos provienen de la pesca. Existen una pequeña parte de atunes criados de criaderos semi-silvestres que integran el circuito comercial que provee carne de este pescado. Pero esta participación no logra atenuar la presión sobre el atún que estaría llevándolo a su extinción

Eliminar el atún rojo del menú

Un creciente número de chefs que buscan modelos sustentables lo hace, entre otras maneras, eliminado el atún rojo de sus menús. Por ejemplo, en el restaurante Sushi Miya en New Haven, Estados Unidos (top 10 restaurante sustentable 2010) eliminó todos los platos con atún rojo. En una entrevista realizada por el diario Boston Globe, su chef, Pan Lai dice “No echo de menos el atún rojo. Esto me obliga a ser mucho más creativo y impulsa la búsqueda de otros ingredientes”

Consumo irracional
Según el antropólogo Marvin Harris en su libro “Bueno para comer”, a lo largo de la historia puede detectarse una base racional en las preferencias y en las prohibiciones alimentarias de los grupos humanos.
En esa racionalidad se encuadran los tabúes alimentarios, como las vacas sagradas de la India, la prohibición del Levítico, la alimentación con insectos, el consumo de carne de caballo, y también, en distintas partes del mundo, las preferencias por la cría de cerdos y aves de corral, el consumo de huevos, arroz, moluscos, vegetales y harinas.
Esa base racional, según el autor, siempre prefiere aquello que suministra más fácilmente lo que la alimentación humana requiere, sin poner en peligro ni su economía, ni su ecosistema. O sea, bajo determinados entornos, no se crían animales que se alimenten con lo mismo que los seres humanos, porque entrarían en competencia por los mismos alimentos. No se mata para comer a los animales que dan leche y ayudan a arar el campo, porque complementan la dieta y ayudan con el trabajo. No se comen los caballos, porque son la fuerza de la caballería, los caballos son (fueron) armas.

No lo dice de esta manera el autor, pero es posible interpretar que existe una negociación racional entre lo que se recibe y lo que se da. Desde ese punto de vista, capturar y consumir una especie como el atún rojo hasta extinguirlo, es completamente irracional.

Fuente: cukmi.com

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