El explorador portugués Fernando de Magallanes fue el primer europeo en visitar el actual Chile desembarcando en la isla Chiloé en su periplo en 1520, después de haber atravezado el estrecho que llevó en adelante su nombre. La región fue llamada entonces Tchili, nombre de los indígenas que la poblaban y que significa en indio "nieve". En esta época, toda la zona al sur del río Rapel estaba habitada por los mapuches (que pertenecían al grupo de los araucanos), pueblo indio dotado de una rara habilidad en el combate. Las tribus del norte de Chile estaban sometidas desde el siglo XV a los Incas del Perú.
Fue a partir de 1535, fin de la conquista española del Perú por Francisco Pizarro, que uno de sus capitanes, Diego de Almagro, emprendió la conquista de las tierras situadas al sur de Cuzco. Después de tres años de búsquedas en vano sobre el territorio chileno, la expedición que no había encontrado oro y que se había topado con los temibles mapuches volvió al Perú.
Pedro de Valdivia, enviado por Carlos Quinto, condujo una segunda expedición por el sur de Chile en 1540. A pesar de una feroz resistencia de los mapuches, Valdivia logró establecer varias colonias, entre ellas Santiago de la Nueva Estremadura en 1541, Concepción en 1550 y Valdivia en 1552. Pero en 1554, los mapuches organizaron un levantamiento general, masacrando a Valdivia y muchos de sus compañeros; devastaron todas las ciudades, excepto Concepción y La Serena. Los mapuches fueron la única gran tribu india que se resistió a los asaltos de los españoles. Los combates continuaron de forma intermitente durante y después del período de colonización emprendido por España y no cesaron sino hasta el fin del siglo XIX.
En 1557, España, por intermedio de un gobernador, tomó posesión del territorio chileno. En el seno de este imperio colonial, Chile fue primero una dependencia del virreinato del Perú, antes de tener su propio gobierno, dirigido por un gobernador y un Tribunal real. El desarrollo del país fue lento, particularmente en razón a la ausencia de minas de oro o plata susceptibles de atraer a los españoles. Por otro lado, Chile estaba alejado de los grandes centros peruanos de colonización y era de difícil acceso. La agricultura en el valle central era la principal actividad, permitiendo proveer productos alimentarios al Perú, particularmente trigo.
La independencia de Chile
Fue a partir de 1535, fin de la conquista española del Perú por Francisco Pizarro, que uno de sus capitanes, Diego de Almagro, emprendió la conquista de las tierras situadas al sur de Cuzco. Después de tres años de búsquedas en vano sobre el territorio chileno, la expedición que no había encontrado oro y que se había topado con los temibles mapuches volvió al Perú.
Pedro de Valdivia, enviado por Carlos Quinto, condujo una segunda expedición por el sur de Chile en 1540. A pesar de una feroz resistencia de los mapuches, Valdivia logró establecer varias colonias, entre ellas Santiago de la Nueva Estremadura en 1541, Concepción en 1550 y Valdivia en 1552. Pero en 1554, los mapuches organizaron un levantamiento general, masacrando a Valdivia y muchos de sus compañeros; devastaron todas las ciudades, excepto Concepción y La Serena. Los mapuches fueron la única gran tribu india que se resistió a los asaltos de los españoles. Los combates continuaron de forma intermitente durante y después del período de colonización emprendido por España y no cesaron sino hasta el fin del siglo XIX.
En 1557, España, por intermedio de un gobernador, tomó posesión del territorio chileno. En el seno de este imperio colonial, Chile fue primero una dependencia del virreinato del Perú, antes de tener su propio gobierno, dirigido por un gobernador y un Tribunal real. El desarrollo del país fue lento, particularmente en razón a la ausencia de minas de oro o plata susceptibles de atraer a los españoles. Por otro lado, Chile estaba alejado de los grandes centros peruanos de colonización y era de difícil acceso. La agricultura en el valle central era la principal actividad, permitiendo proveer productos alimentarios al Perú, particularmente trigo.
La independencia de Chile
Desde el 4 de julio de 1811, el primer Congreso nacional eligió una junta revolucionaria con Bernardo O'Higgins a la cabeza. Vencidas en primer lugar (en Rancagua, en octubre de 1814), las tropas chilenas se beneficiaron del apoyo del argentino José de San Martín, quien lanzó su ejército de los Andes al ataque en Chile. El 12 de febrero de 1817, la derrota del ejército realista en la batalla de Chacabuco puso término al control de los españoles en el norte de Chile.
San Martín rechazó el poder e hizo designar a O'Higgins como Director Supremo; un año más tarde, el 12 de febrero de 1818, Chile proclamó su independencia. Sin embargo, las fuerzas realistas conservaban el control de una gran parte del sur hasta la batalla de Maipú, en 1818. No fue sino hasta 1826 cuando fueron definitivamente expulsados del país.
O'Higgins dirigió el país como dictador hasta 1823, fecha en la que fue obligado a renunciar frente a la hostilidad popular. La república, instaurada en virtud de una constitución liberal, fue proclamada por instigación de Ramón Freire. Pero las rivalidades entre los numerosos partidos políticos sembraron la anarquía hasta 1830. El general Joaquín Prieto, a la cabeza de los conservadores, fomentó una revuelta que le permitió tomar el poder. En 1831, Prieto llegó a ser presidente pero el personaje destacado del gobierno era Diego Portales, quien ocupó varios ministerios. Una nueva Constitución, que otorgaba inmensos poderes al ejecutivo, fue adoptada en 1833. Varias veces, los liberales fracasaron en sus intentos por derrocar a los conservadores (1835, 1851 y 1859).
Bajo el gobierno conservador, la política exterior de Chile estuvo marcada por una serie de conflictos anteriores no resueltos con los paises vecinos, primero con Perú y Bolivia en 1839 (batalla de Yungay), después con Argentina en 1843. Este último conflicto llegó a su fin en 1881 después de haber estado a punto, varias veces, de degenerar en guerra abierta. Entonces se firmó un tratado y se acordó la mitad de la Tierra del Fuego a Chile.
A continuación, Chile emprendió la explotación de ricos yacimientos de nitrato en el desierto de Atacama. Rechazando las pretensiones de Bolivia sobre este territorio, en febrero de 1879, el ejército chileno invadió el puerto boliviano de Antofagasta. Dos meses más tarde, Perú, aliado de Bolivia, declaró la guerra a Chile, llevándola con él a la guerra del Pacífico. Vencedor en este conflicto en 1883, Chile agrandó considerablemente su territorio anexando la provincia boliviana de Antofagasta y la provincia peruana de Tarapacá. Perú le cedió también Tacna y Arica bajo condición de organizar un referendum diez años más tarde. Aunque no lograron ponerse de acuerdo sobre las condiciones del plebiscito, los dos paises firmaron no obtante las cláusulas que regirían el territorio en 1928: Tacna devino posesión de Perú y Arica regresó a Chile.
En 1891, una Alianza estrecha entre las fuerzas políticas y el clero católico se rebeló contra el gobierno del presidente José Manuel Balmaceda, jefe del Partido liberal. Bajo el mando del capitán Jorge Montt, oficial de marina, los rebeldes se apoderaron de la flota chilena y las ricas provincias del norte. En agosto, vencieron a un ejército gubernamental en proximidades de Valparaíso. La ciudad cayó en manos de los rebeldes, igual que Santiago. Esta caida marca prácticamente el fin de esta guerra civil que dejó más de diez mil víctimas y desgastes materiales considerables. Balmaceda se suicidó en septiembre. Una de las consecuencias de este conflicto fue la orientación del régimen hacia un sistema parlamentario, acordando más poderes al Congreso.
Poco después, Montt llegó a ser presidente. Chile entró entonces en un largo período de paz y reconstrucción. En agosto de 1906, un terrible terremoto destruyó prácticamente la ciudad de Valparaíso y devastó barrios de Santiago, matando más de 3000 personas y dejando cerca de 100.000 sin hogar.
Los liberales vencieron en las elecciones de 1920, poniendo a la cabeza del país a Arturo Alessandri Palma, antiguo Ministro del Interior. Este intentó hacer adoptar sus proyectos de reforma; pero en 1924, jefes militares derrocaron a Alessandri y restablecieron la dictadura. Sin embargo, el nuevo poder fue a su vez derrocado a comienzos de 1925.
Alessandri reencontró la presidencia, pero su mandato duró menos de un año. Después de más de un golpe de estado y cambios de gobierno, Alessandri fue reelegido presidente en 1932, gracias al apoyo de los partidos centristas y partidos de derecha. Conservó esta función hasta el fin legal de su mandato en 1938.
En 1936, se constituyó un nuevo partido político: el Frente Popular, comprendiendo a la vez radicales, socialistas y comunistas. Venció en las elecciones de 1938 y se constituyó un nuevo gobierno, presidido por el radical Pedro Aguirre Cerda. Su ambicioso programa, inspirado en el New Deal norteamericano, y poniendo el acento sobre la educación y la industrialización, fue quebrado por un terremoto devastador que mató 30.000 personas en 1939.
La elección presidencial de 1946 fue ganada por Gabriel González Videla, jefe del Partido Radical, sostenido por una coalición compuesta de radicales y comunistas. González Videla nombró, por primera vez en la historia del país, tres comunistas en su gabinete, pero la coalición no duró ni seis meses. A menudo en desacuerdo con los otros miembros del gobierno, los comunistas dejaron el poder en abril de 1947. Unos meses más tarde, Chile rompía sus relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.
La situación se endureció y, en 1948, centenas de comunistas fueron detenidos en virtud de la ley por la Defensa de la Democracia, que prohibía al Partido Comunista. Una revuelta militar dirigida por el antiguo presidente Ibáñez fue reprimida y el período que siguió fue turbado por una agitación social importante. En 1951, casi todos los sectores de la economía fueron tocados por las huelgas. Al año siguiente, el pueblo manifestó su hostilidad a los partidos tradicionales eligiendo al general Carlos Ibáñez, sostenido por el Partido agrario-trabajador.
En 1958, Jorge Alessandri Rodríguez, antiguo senador e hijo de Arturo Alessandri Palma, fue elegido presidente. A la cabeza de una coalisión que reagrupaba liberales y conservadores, pregonaba un programa en favor de la libre empresa y las inversiones extranjeras.
La elección presidencial de 1964 fue ganada por el candidato demócrata-cristiano y antiguo senador Eduardo Frei Montalva. El emprendió grandes reformas: la nacionalización parcial de las minas de cobre por la ley del 25 de julio de 1966 asociando el estado a la Kennecott Cooper y a la Anaconda Cooper; después, en 1967, una reforma agraria que preveía la expropiación de las explotaciones de más de 80 ha, mal explotadas o abandonadas. Pero éstas provocaron un descontento tanto en la izquierda como entre los conservadores y le valieron una violenta oposición política. Para la derecha conservadora, esta política reformadora era despojante, mientras que la izquierda juzgaba la acción de Frei demasiado tímida.
En cercanías de la elección presidencial de 1970, la oposición de izquierda se unió para formar la Unidad Popular y designó a Salvador Allende Gossens como candidato. Este condujo una campaña fundada sobre un programa que prometía la nacionalización de todas las industrias de base, los bancos y las comunicaciones. Recibió no solamente cerca del 37% de los votos, sino también el sostén incondicional del Congreso frente a su adversario de derecha, el antiguo presidente Alessandri. Allende fue entonces el primer presidente elegido bajo un programa socialista en un país no comunista.
Una vez en funciones, el presidente Allende puso pronto en aplicación las promesas hechas durante su campaña, transformando el país en estado socialista. Una parte importante de la economía pasó bajo el control del estado: minas (ley de julio de 1971 sobre el cobre), bancos extranjeros y empresas monopólicas fueron nacionalizadas. La reforma agraria se aceleró y fueron instituidos consejos paisanos. Además, Allende emprendió la redistribución del ingreso nacional, aumentó los salarios e instituyó un control de precios. Sin embargo, la oposición no quedó inactiva y, desde 1972, difundió rumores para asustar a la población. Las condiciones se deterioraron en 1973: la inflación galopante, la penuria alimentaria debida a la vez a la restricción de los créditos extranjeros y a la política de ventas al por menor y pequeños industriales que hacían stocks de mercaderías, las huelgas y la violencia política llevaron a Chile al borde del caos. Además de esta oposición interna, los Estados Unidos, desconfiados con respecto al nuevo poder chileno, practicaron un bloqueo financiero al país.
La dictadura del general Pinochet
El 11 de septiembre de 1973, los militares tomaron el poder, y el presidente Allende encontró la muerte durante el asalto del ejército al palacio presidencial.
Fue el general Augusto Pinochet Ugarte quien tomó la cabeza de la junta y adoptó, en julio de 1974, el título de "Jefe Supremo de la Nación". Enseguida, suspendió la Constitución, disolvió el Parlamento, impuso la censura absoluta y prohibió todos los partidos políticos. Por otra parte, lanzó al país en una campaña de terror contra la izquierda y de represión sangrienta. Miles de personas fueron detenidas. Muchas fueron ejecutadas, torturadas o debieron exiliarse, mientras que otras fueron largamente encarceladas o "desaparecieron".
El 5 de octubre del mismo año, Pinochet organizó un plebiscito con miras a reconducir su mandato, después de marzo de 1989, hasta 1997.Mientras que el "no" ganó con cerca del 55% de los votos, Pinochet anunció que prolongaría su mandato hasta marzo de 1990. No obstante, en diciembre de 1989, Chile tuvo el primer escrutinio presidencial organizado después de 19 años. La elección dio la mayoría al candidato demócrata-cristiano Patricio Aylwin.
Mientras que Pinochet permanecía a la cabeza de las Fuerzas Armadas, el presidente Aylwin nombró, en abril de 1990, una "comisión de investigación por la verdad y la reconciliación" sobre las violaciones a los derechos humanos bajo el régimen precedente. Sus reformas económicas tendían a mantener una tasa de crecimiento elevada y a instaurar una integración social. El país se abrió al exterior multiplicando las exportaciones, en particular hacia los Estados Unidos, gracias a un acuerdo bilateral de comercio e inversiones. Las elecciones municipales de junio de 1992 reforzaron la victoria de los demócrata-cristianos.
Retorno a la democracia
En la elección presidencial de 1993, el candidato demócrata-cristiano de la Concertación Nacional por la Democracia, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del antiguo presidente Eduardo Frei Montalva, venció sobre Arturo Alessandri, candidato del centro- derecha.
El gobierno chileno debió hacer frente a un desarrollo de la pobreza en ciertas clases de la población, y un aumento de la violencia y la inseguridad en las ciudades. El 25 de junio de 1996, el país devino miembro asociado del Mercosur.
La coalición en el poder (demócrata-cristianos y social-demócratas) reunió la mayoría de los sufragios expresados en las elecciones municipales de octubre de 1996. Venció también en las elecciones legislativas del 11 de diciembre de 1997.
El 10 de marzo de 1998, el general Pinochet dejó el mando de las Fuerzas Armadas para entrar en un clima hostil en el Senado y ocupar una banca de por vida.
Una grave crisis interna fue provocada por la detención del general Pinochet por la policía británica, el 16 de octubre de 1998. El juez español Baltasar Garzón reclamó la extradición a España del antiguo jefe de la Junta Militar, a fin de juzgarlo por los delitos de «genocidio», «torturas» y «desapariciones» cometidos durante la dictadura. Las revelaciones fueron hechas a propósito del plan «Cóndor», que coordinaba, durante las dictaduras, la acción represiva contra los opositores en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Diecisiete meses más tarde, el ministro británico del Interior Jack Straw rechazó la demanda de extradición del general Pinochet hacia España; éste último pudo así retornar a su país, donde la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile votó, el 23 de mayo de 2000, el levantamiento de su inmunidad parlamentaria.
El 16 de enero de 2000, Ricardo Lagos, candidato de la Concertación Democrática, coalición de centro-izquierda en el poder desde hacía diez años, fue elegido presidente de Chile con el 51,3% de los sufragios. Fue el primer presidente socialista de Chile después de Salvador Allende. Se comprometió a hacer de los derechos humanos una prioridad de su gobierno y se pronunció en favor de un juicio a Augusto Pinochet a su retorno a Chile.
Fuente:americas-fr.com
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