Las personas de edad avanzada que caminan habitualmente (unos 10 kilómetros a la semana) tienen un cerebro más grande, mejor memoria y mayor capacidad cognitiva. Lo asegura una investigación realizada dentro del Estudio de Salud Cardiovascular, llevado a cabo en Estados Unidos por los Institutos Nacionales de Salud. En el mundo hay unos 35 millones de personas con demencia.
El estudio siguió a más de 400 ancianos durante más de 20 años. Entre los participantes, con una edad promedio de 80 años, 300 eran sanos y 127 mostraban deterioro cognitivo leve (DCL) -una etapa previa a la demencia- y síntomas de Alzheimer.
Los científicos encontraron que los ancianos con DCL y Alzheimer que caminaban al menos 20 minutos diarios durante toda la semana mostraron un deterioro mental más lento y menos pérdida de memoria que quienes no caminaban. Y también se encontraron esos mismos resultados entre los participantes sanos.
Un paciente con DCL muestra problemas cognitivos o de memoria que van más allá de los típicos problemas de pérdida de memoria asociada a la vejez, pero no tanto como los que se presentan con el Alzheimer. Los estudios demuestran que cerca de la mitad de las personas que presentan DCL desarrollan Alzheimer.
La investigación halló que en las personas que ya tienen Alzheimer y DCL el ritmo de deterioro cognitivo y degeneración cerebral logró reducirse tras caminar unos diez kilómetros a la semana en el curso de 10 años.
Los paseos deben ser regulares
En el 2050 habrá en el mundo 115 millones de personas con demencia. Caminando con asiduidad, las personas que ya tenían Alzheimer no sólo lograron mantener su volumen cerebral, sino también reducir en más de un 50 por ciento su pérdida de memoria en un curso de 10 años. Las caminatas, dicen los investigadores, deben ser regulares y cuanto antes se empiece mayor será el efecto que se obtendrá con el tiempo.
Se estima que en el mundo hay unos 35 millones de personas con demencia. Se estima que esa cifra se duplicará cada 20 años; de modo que en el 2050 habrá 115 millones de personas con demencia.
El estudio siguió a más de 400 ancianos durante más de 20 años. Entre los participantes, con una edad promedio de 80 años, 300 eran sanos y 127 mostraban deterioro cognitivo leve (DCL) -una etapa previa a la demencia- y síntomas de Alzheimer.
Los científicos encontraron que los ancianos con DCL y Alzheimer que caminaban al menos 20 minutos diarios durante toda la semana mostraron un deterioro mental más lento y menos pérdida de memoria que quienes no caminaban. Y también se encontraron esos mismos resultados entre los participantes sanos.
Un paciente con DCL muestra problemas cognitivos o de memoria que van más allá de los típicos problemas de pérdida de memoria asociada a la vejez, pero no tanto como los que se presentan con el Alzheimer. Los estudios demuestran que cerca de la mitad de las personas que presentan DCL desarrollan Alzheimer.
La investigación halló que en las personas que ya tienen Alzheimer y DCL el ritmo de deterioro cognitivo y degeneración cerebral logró reducirse tras caminar unos diez kilómetros a la semana en el curso de 10 años.
Los paseos deben ser regulares
En el 2050 habrá en el mundo 115 millones de personas con demencia. Caminando con asiduidad, las personas que ya tenían Alzheimer no sólo lograron mantener su volumen cerebral, sino también reducir en más de un 50 por ciento su pérdida de memoria en un curso de 10 años. Las caminatas, dicen los investigadores, deben ser regulares y cuanto antes se empiece mayor será el efecto que se obtendrá con el tiempo.
Se estima que en el mundo hay unos 35 millones de personas con demencia. Se estima que esa cifra se duplicará cada 20 años; de modo que en el 2050 habrá 115 millones de personas con demencia.
Fuente: 20minutos.es
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