
Esto es así porque el desayuno, especialmente si es rico en carbohidratos, proporciona glucosa, que es el mejor carburante para el cerebro. Por este motivo, los expertos insisten que una correcta alimentación comienza por un desayuno adecuado y que la infancia es el mejor periodo para fomentar el hábito del desayuno correcto. Un hábito que no debe perderse después en la adolescencia ni en la etapa adulta. Los niños que prescinden del desayuno provocan un desequilibrio en su patrón alimentario. Entre otras cosas, por la ausencia de los nutrientes básicos que aportan la leche, la fruta y los cereales.
Además, el adecuado desarrollo intelectual y emocional del niño es un factor de protección contra la obesidad, y se ha demostrado que la menor estimulación cognitiva es uno de los principales factores implicados en el desarrollo de obesidad en niños
No hay comentarios:
Publicar un comentario