Hay muchos criterios de clasificación del vino francés. Como en todos lados distinguimos en vino tinto, blanco y rosado. Pero también podemos tener en cuenta los azúcares naturales (según la proporción que el vino contiene de estos azúcares puede ser seco, semiseco, meloso o licoroso) o dependiendo si contiene o no gases (tranquilo o efervescente). Finalmente hay una clasificación por regiones. Cada región, según nos cuentan los franceses, hace que la vid tenga características únicas que hacen a la particularidad de un vino.
En general podemos catalogar a los vinos franceses en cuatro categorías:
Vin de table (vino de mesa): es la categoría mas general. No es particular de una región, aunque el 75% se produce en la zona mediterránea. La calidad es muy variada, podemos encontrar algunos buenos, especialmente tintos, y algunos muy malos, en general blancos.
Vin de pays (Vino de país): este es el vino que proviene de una región específica de Francia. Son los vinos que combinan mejor calidad y precio más bajo. Hay dos tipos diferentes: aquellos que se producen con vides locales (pero sin origen controlado –AOC-), y aquellos que se producen con vides no locales (y por ende quedan fuera de la regulación de AOC).
Vin délimité de qualité supérieur (VDQS) (Vinos delimitados de calidad superior): es una categoría intermedia entre los vinos de país y los vinos de AOC.
Appellation d’origine contrôlée (AOC) (Apelación de origen controlado): es el vino de grado más alto de rendimiento por terreno de producción. Los vinos más conocidos producen botellas de esta clase (como Bordeaux, Champagne, etc.). Para poder ser parte de esta categoría es necesario llevar un registro de los viñedos, la cepa, hectáreas, color, contenido de alcohol, etc. Dentro de esta clasificación encontramos una enorme variedad de calidades y precios.
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