Las experimentaciones con el chocolate llevaron a muchos a pensar incluso en que en él residía la capacidad de paliar las digestiones difíciles y, muchos más allá, de curar enfermedades tan graves como la tuberculosis. También hubo quien atribuyó al chocolate el poder de aliviar las penas y superar depresiones, debido a la fenitelamina, una sustancia que provoca una sensación de alegría y energía. Igualmente, el chocolate estimula la memoria gracias al fosforo y al ácido fénico
El cacao:
Además de su sabor dulce y su aroma, como materia prima y exento de golosina, el cacao tiene propiedades naturales con beneficios terapéuticos. No en vano, los mayas lo denominaban alimento de los dioses. Cada fruto en forma de baya contiene entre 30 y 40 semillas.
Existen dos especies del árbol del cacao: el Forastero y el Criollo. Ambas especies contienen antocianinas, flavonoides con propiedades regeneradoras y reconstituyentes. Además su composición original contiene hidratos de carbono, proteínas, minerales como el potasio, el fósforo y el magnesio, y vitamina B1 y acido folico. Es por tanto un alimento excepcional que proporciona grandes dosis de energía nutritiva.
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