El relanzamiento del Vino Turista en octubre del año pasado sedujo a
bodegueros y consumidores pero no tanto a los empresarios gastronómicos.
La idea fue poner en el mercado un producto que cubriera ciertos
estándares de calidad a un precio accesible.
Se trata de un vino que por Ley 20.860 todos los restoranes del país deben ofrecer. El precio aprobado es de $25 para el varietal y de $20 para el genérico.
Pero a cinco meses de su relanzamiento, en Mendoza hay restoranes que todavía no ofrecen el producto.
Basta realizar una breve recorrida por las casas de comida del centro para percatarse de que, en muchos casos, ni siquiera se exhibe el cartel promocional.
Ante esa situación, el Gobierno mendocino decidió sumar inspectores para la fiscalización. En noviembre del año pasado el Ministerio de Agroindustria y Tecnología anunciaba que pondría en la calle a 20 controladores que comenzarían sus tareas en diciembre.
A los 20 pioneros se sumaron 10 este año y, al menos, otros cinco lo harán desde junio. Los empleados controlarán a los comercios no sólo al mediodía, como lo venían haciendo, sino también de noche y durante los fines de semana.
El titular de la Dirección de Industria y Comercio, LucasPascual, explicó que existen tres etapas de fiscalización. En la primera, los inspectores recorren los comercios y, en caso de notar que el vino no se ofrece, le explican al comerciante que debe cumplir la ley.
En la segunda, denominada "de verificación", los fiscalizadores controlan si los comercios que ya fueron visitados están cumpliendo. Si no lo han hecho, reciben un apercibimiento de tipo "sancionatorio".
Recién en la tercera etapa, que intentarán iniciar en junio, los controles serán más rigurosos y, en caso de infracción, se aplicarán multas cuyo valor aún no ha sido fijado. "Es una multa a nivel nacional cuyo importe se está analizando y se va a consensuar en todo el país, pero todavía no está definido", reconoció Pascual.
Y agregó: "Los comerciantes tienen que tomar conciencia, pero es un proceso largo, sobre todo por la gran cantidad de lugares adonde tenemos que llegar".
Disconformidad empresarial
"Como fue pensado como un vino para competir con la cerveza en pizzerías, bodegones y en un promedio de cubierto bajo, es buena idea, porque se puede ampliar un mercado para el vino. Pero a los restoranes de cubierto alto es un producto que no les sirve, porque el cliente no lo busca", explicó Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Mendoza (AEHGA).
Se trata de un vino que por Ley 20.860 todos los restoranes del país deben ofrecer. El precio aprobado es de $25 para el varietal y de $20 para el genérico.
Pero a cinco meses de su relanzamiento, en Mendoza hay restoranes que todavía no ofrecen el producto.
Basta realizar una breve recorrida por las casas de comida del centro para percatarse de que, en muchos casos, ni siquiera se exhibe el cartel promocional.
Ante esa situación, el Gobierno mendocino decidió sumar inspectores para la fiscalización. En noviembre del año pasado el Ministerio de Agroindustria y Tecnología anunciaba que pondría en la calle a 20 controladores que comenzarían sus tareas en diciembre.
A los 20 pioneros se sumaron 10 este año y, al menos, otros cinco lo harán desde junio. Los empleados controlarán a los comercios no sólo al mediodía, como lo venían haciendo, sino también de noche y durante los fines de semana.
El titular de la Dirección de Industria y Comercio, LucasPascual, explicó que existen tres etapas de fiscalización. En la primera, los inspectores recorren los comercios y, en caso de notar que el vino no se ofrece, le explican al comerciante que debe cumplir la ley.
En la segunda, denominada "de verificación", los fiscalizadores controlan si los comercios que ya fueron visitados están cumpliendo. Si no lo han hecho, reciben un apercibimiento de tipo "sancionatorio".
Recién en la tercera etapa, que intentarán iniciar en junio, los controles serán más rigurosos y, en caso de infracción, se aplicarán multas cuyo valor aún no ha sido fijado. "Es una multa a nivel nacional cuyo importe se está analizando y se va a consensuar en todo el país, pero todavía no está definido", reconoció Pascual.
Y agregó: "Los comerciantes tienen que tomar conciencia, pero es un proceso largo, sobre todo por la gran cantidad de lugares adonde tenemos que llegar".
Disconformidad empresarial
"Como fue pensado como un vino para competir con la cerveza en pizzerías, bodegones y en un promedio de cubierto bajo, es buena idea, porque se puede ampliar un mercado para el vino. Pero a los restoranes de cubierto alto es un producto que no les sirve, porque el cliente no lo busca", explicó Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Mendoza (AEHGA).
Es que el Vino Turista funciona mejor en un segmento de algunos restoranes como parrillas y pizzerías, donde su consumo es indistinto entre mendocinos y turistas.
"Es una buena idea mal implementada o que habría que modificar. En mi restorán vendo dos botellas al mes con suerte. El empresario vende lo que quiere el cliente", añadió el representante del sector en la provincia.
Desde el INV admitieron el problema pero confían en que la "concientización" dará sus frutos. "Siempre de parte del empresario hay una resistencia pero está dentro de los parámetros normales. Es una cuestión de tiempo y, si se genera una demanda de parte del consumidor, eso les va a ayudar a los restoranes a sumarse mucho más al proyecto", confía, optimista, la encargada del programa nacional, Cristina Lafferriere.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Mas-control-para-el-Vino-Turista-20130526-0022.html
Fuente: Area del Vino
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