Bodega Alfredo Roca celebra el fin de la vendimia del 2013, con óptimos
resultados y la satisfacción de cumplir con esta cosecha, la Vendimia N°
100 desde que desembarcaron en San Rafael, sur de Mendoza, los abuelos
de Alfredo Roca. La calidad extraordinaria en las uvas cosechadas se
refleja fielmente en la excelencia de sus vinos varietales.
Los abuelos Roca arribaron desde España e Italia con sus bagajes llenos de ilusiones y anhelos de progreso. Se encontraron con una tierra virgen, fértil, grandiosa, a la cual le entregaron su vida, trabajando de sol a sol y enfrentando las adversidades de la naturaleza como vientos, heladas y tormentas implacables. No se amedrentaron, siguieron adelante y con mucho esmero cuidaron de sus vides, en especial el Malbec, sin suponer que con los años se convertiría en la cepa emblemática argentina.
A pesar de las penurias siguieron siendo una familia muy alegre, sobre todo al lograr los primeros vinos en su pequeña bodega. Así se gestó este entusiasmo por la industria vitivinícola que trasmitieron a sus hijos y en especial a su nieto Alfredo Roca quien estudió la carrera de Enólogo en el Colegio Don Bosco y se recibió en el 1957. Alfredo, inició su actividad en bodegas de terceros y con el tiempo, en 1976, logró adquirir una propia (aunque en sociedad) y desde entonces se esmeró en la elaboración de vinos de calidad.
Su entusiasmo por la excelencia de los vinos siempre lo desbordó y constantemente quiso salir a competir al mundo, lo que ocurrió en el año 1987, cuando obtuvo en el concurso de VINEXPO, Bordeaux, Francia, dos medallas de oro y una de bronce. Su pasión por la producción de vinos de calidad se multiplicó y como tantas veces en su vida, con mucho esfuerzo, pudo adquirir la totalidad de las acciones en 1989 de la actual Bodega Roca S.A.
Desde entonces y hasta el día de hoy, sigue su trabajo infatigable todos los días, aunque hay quienes lo secundan: sus tres hijos Graciela, Alejandro y Carolina. Cada uno de ellos con sus carreras universitarias. Alejandro, que es Licenciado en Enología de Don Bosco también, es hoy el presidente de la empresa.
Ellos han heredado esa "sublime pasión" por el trabajo, por el respeto al vino, por la veneración de su calidad, por la admiración de sus ancestros, sobre todo a su padre Alfredo Roca, al que tienen como guía y ejemplo a seguir.
"El presente es promisorio para el vino argentino, a pesar de algunas contrariedades coyunturales", opinan los Roca, porque ponen mucha vehemencia en el quehacer diario: la dedicación familiar en la elaboración de VINOS CON ALMA.
Los abuelos Roca arribaron desde España e Italia con sus bagajes llenos de ilusiones y anhelos de progreso. Se encontraron con una tierra virgen, fértil, grandiosa, a la cual le entregaron su vida, trabajando de sol a sol y enfrentando las adversidades de la naturaleza como vientos, heladas y tormentas implacables. No se amedrentaron, siguieron adelante y con mucho esmero cuidaron de sus vides, en especial el Malbec, sin suponer que con los años se convertiría en la cepa emblemática argentina.
A pesar de las penurias siguieron siendo una familia muy alegre, sobre todo al lograr los primeros vinos en su pequeña bodega. Así se gestó este entusiasmo por la industria vitivinícola que trasmitieron a sus hijos y en especial a su nieto Alfredo Roca quien estudió la carrera de Enólogo en el Colegio Don Bosco y se recibió en el 1957. Alfredo, inició su actividad en bodegas de terceros y con el tiempo, en 1976, logró adquirir una propia (aunque en sociedad) y desde entonces se esmeró en la elaboración de vinos de calidad.
Su entusiasmo por la excelencia de los vinos siempre lo desbordó y constantemente quiso salir a competir al mundo, lo que ocurrió en el año 1987, cuando obtuvo en el concurso de VINEXPO, Bordeaux, Francia, dos medallas de oro y una de bronce. Su pasión por la producción de vinos de calidad se multiplicó y como tantas veces en su vida, con mucho esfuerzo, pudo adquirir la totalidad de las acciones en 1989 de la actual Bodega Roca S.A.
Desde entonces y hasta el día de hoy, sigue su trabajo infatigable todos los días, aunque hay quienes lo secundan: sus tres hijos Graciela, Alejandro y Carolina. Cada uno de ellos con sus carreras universitarias. Alejandro, que es Licenciado en Enología de Don Bosco también, es hoy el presidente de la empresa.
Ellos han heredado esa "sublime pasión" por el trabajo, por el respeto al vino, por la veneración de su calidad, por la admiración de sus ancestros, sobre todo a su padre Alfredo Roca, al que tienen como guía y ejemplo a seguir.
"El presente es promisorio para el vino argentino, a pesar de algunas contrariedades coyunturales", opinan los Roca, porque ponen mucha vehemencia en el quehacer diario: la dedicación familiar en la elaboración de VINOS CON ALMA.
Fuente: Area del Vino
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