lunes, 2 de junio de 2014

Control del peso corporal: teoría del punto fijo o "set point"

A poco que nos interesemos y leamos cosas sobre el control del peso corporal, nos daremos cuenta de la cantidad de factores que intervienen. Una persona no adelgaza o engorda debido a tres o cuatro factores, hay de por medio factores ambientales, genéticos, culturales, a corto plazo, largo plazo...Hoy nos vamos a centrar en una "teoría" del control de peso a largo plazo llamada teoría del punto fijo o set point.

¿En qué consiste la teoría del punto fijo o set point?


Según esta teoría, el cuerpo está programado o tiene cierta predisposición a tener un peso corporal más o menos fijo. Si en algún momento el peso corporal se desvía de este punto fijo, el cuerpo despliega mecanismos metabólicos para volver al teórico punto. Esto es algo parecido, salvando las distancias, a lo que sucede con nuestra temperatura corporal, que a lo largo de nuestra vida suele mantenerse constante.


Esta adaptación de los procesos metabólicos para mantener un peso constante se denomina termogénesis adaptativa, de forma que el organismo aumenta o disminuya la producción de energía para ganar o perder peso, de forma que este se mantenga cercano al teórico set point o punto fijo. Es púramente un mecanismo de retroalimentación, algo parecido a un termostato.


El set point es el peso corporal al que suele tender nuestro organismo, regulándose para no desviarse mucho de él.


Siempre teniendo en cuenta que esto es una teoría y que se desarrolló en torno a experimentos con ratas, os estaréis preguntando qué es lo que decide cuál es nuestro set point o peso fijo. Sería una suerte que nuestro set point fuera un peso considerado saludable y, en cambio, un fastidio si nuestro set point se metiera en el sobrepeso o delgadez. Parece ser que es el hipotálamo es la zona del cerebro que juega el papel principal a la hora de establecer el punto fijo para el peso corporal.



En el hipotálamo se regulan funciones importantes como la temperatura corporal o la sensación de hambre. La capacidad de esta glándula de percibir los niveles de glucosa o leptina, la hacen fundamental a la hora de regular el metabolismo alrededor de ese teórico punto fijo. En Vitónica ya hemos hablado de la leptina, una hormona que juega un papel importante en el control del peso corporal a largo plazo.

El papel de la leptina en el control del peso corporal


Una modificación significativa de nuestro peso corporal suele estar condicionada por ganancia o pérdida de grasa. A mayores depósitos de grasa, mayor cantidad de leptina se va a producir y viceversa. La leptina circula en sangre y al llegar al hipotálamo inhibe neuropéptido que estimula la ingesta de alimentos. Es decir, la leptina nos quita las ganas de comer y también hace que aumente el gasto energético en reposo al activar la termogénesis.


Pongamos un ejemplo práctico de una persona que habitualmente pesa 75 kilos, por tanto podemos decir que su punto fijo o set point es de 75 kilos. En una época donde comieza a comer más y a acumular más grasa, según la teoría del punto fijo, aumentarían los niveles de leptina, lo que haría que en el hipotálamo se inhibieran las señales que nos inducen a comer alimentos y, al mismo tiempo, se aumentaría la termogénesis para aumentar el gasto energético en reposo. En definitiva, menos apetito y más gasto de energía, con la intención de volver a este set point.


Los niveles de leptina dependen de la grasa corporal y se encarga de regular el apetito y el metabolismo basal.


Por el contrario, si esa misma persona comienza a disminuir sus depósitos de grasa, disminuirían los niveles de leptina, haciendo entonces que aumentara la sensación de hambre y que disminuyera la termogénesis. Estas medidas irían encaminadas a aumentar el peso corporal para reestablecerlo al set point.

La obesidad y el desajuste del punto fijo



Si todo fuera tan bonito como lo que hemos explicado, el cuerpo se regularía solo y no habría problemas de obesidad. Pero sabemos que eso no es así, hay personas que ganando masa grasa siguen teniendo apetito y su termogénesis no es lo suficiente como para hacer frente a ese aumento de peso. Entonces, algo falla, ¿el qué? Como hemos dicho antes, la obesidad no es algo simple, es un proceso multifactorial y aunque el cuerpo tiene mecanismos para frenarla, no es suficiente.


En los últimos 40 años las cifras de obesidad van en aumento, algo que podemos intuir que va paralelo al desarrollo de nuestra sociedad y el cambio en los hábitos alimenticios y físicos (sobrealimentación y sedentarismo). Comer mal y movernos poco, afecta a los mecanismos de regulación del apetito, que se vuelven menos eficaces en la lucha por establecer nuestro punto fijo e incluso elevan ese punto fijo a un peso superior.


Antes hemos explicado el papel de la leptina en la regulación del peso. ¿Y si nos hiciéramos resistentes a la leptina? Es decir, ¿y si por mucha leptina que segregara nuestro organismo, los receptores del hipotálamo no funcionaran? Simplemente este mecanismo quedaría anulado. Incluso al ganar peso, el cuerpo entendería que se ha establecido otro punto fijo mayor, con lo que es más difícil bajar peso.

Conclusiones personales sobre la teoría del punto fijo



Siendo una teoría, personalmente me parece una aproximación muy acertada dentro de una de las perspectivas de la obesidad. En algún estudio, se ha sobrealimentado a varios sujetos para hacerles ganar peso y luego devolverlos a su hábitos de vida normales. El resultado ha sido la vuelta a un peso cercano a su "punto fijo". El cuerso siempre tiende a la homeostasis y el peso no es una excepción.


Yo, que soy ectomorfo, muchas veces me he preguntado: ¿por qué por mucho que coma siempre suelo pesar lo mismo? Llevo unos 10 años moviéndome alrededor del mismo peso, 3 kilos arriba o abajo y me cuesta horrores ganar más peso. O en épocas de más entreno, pierdo 2-3 kilos, pero me normalizo pronto. Siempre he pensado y creído en ese punto fijo, al menos en mi experiencia.


La obesidad es multifactorial y su solución es a largo plazo mediante un cambio á hábitos saludables.


De todas formas, con los niveles que hay de obesidad, está claro como hemos hablado antes que algo falla y que la teoría se puede ir al traste cuando tenemos unos malos hábitos alimenticios. No queda otra que cambiar de hábitos alimenticios y físicos durante mucho tiempo para que el peso se normalice y se salga de la obesidad o el sobrepeso. A una persona obesa no le va a bastar con una dieta de dos meses y luego vuelta a las andandas. Tiene que haber un cambio duradero en el tiempo: hablamos de años.


No se a vosotros, pero a mí me encantan estas teorías que intentan explicar cómo nuestro organismo controla el peso corporal y los niveles de grasa. Desde luego no es la teoría definitiva, pero sí una vía para seguir investigando y puede que una de las muchas explicaciones a la obesidad. 


Bibliografía consultada | Melvin H. Williams: Nutrición para la salud, condición física y deporte (387-388). 



Imágenes | Thinkstock

Fuente: vitonica.com

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