Sabemos que toda la grasa que almacenamos en nuestro cuerpo no es
igual ni tiene las mismas características. Dependiendo de su ubicación
podemos distinguir entre grasa visceral y grasa periférica, pero ¿cuál es más peligrosa?
La grasa corporal, se sitúe donde se sitúe, generalmente es
indicador de una mala alimentación y de falta de ejercicio físico. Estos
factores pueden hacernos más propensos a ciertas enfermedades, pero un tipo de grasa es más peligrosa que otra: ¿grasa visceral o grasa periférica?
La grasa visceral es aquella que se encuentra en la zona del abdomen y rodea los órganos internos
que allí se encuentran. Su situación hace que la barriga sea
prominente, y es más común por razones genéticas en hombres que en
mujeres (aunque a partir de los 60 años el riesgo es similar en ambos
sexos).
La grasa periférica, por el contrario, se almacena en piernas, caderas, glúteos y brazos, y es más común entre el género femenino.
¿Cuál de las dos es más peligrosa?
La más peligrosa de las dos es la grasa visceral, ya que genera una serie de sustancias tóxicas que dan lugar al conocido como síndrome metabólico o de resistencia a la insulina,
y que se encuentra relacionado con las enfermedades metabólicas
(hipertensión, diabetes), pero también con otras afecciones como
patologías osteoarticulares o problemas respiratorios.
¿Cómo sé si tengo grasa visceral?
La obesidad central (la acumulación de grasa visceral) se toma actualmente como un factor determinante e independiente del IMC (índice de masa corporal) para medir el evaluar el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas. El IMC no distingue entre tejido magro y tejido graso, por lo que no se puede utilizar como índice de riesgo cardiovascular.
Para saber si tenemos o no grasa visceral podemos utilizar
diferentes métodos, que además son buenos índices de riesgo
cardiovascular: la medida de la circunferencia de nuestra cintura, el índice cintura/cadera y el que se ha incorporado de forma más reciente, el índice cintura/altura (nuestra cintura debería tener el valor de la mitad de nuestra altura).
¿Qué hago para eliminar la grasa visceral?
Podemos minimizar los riesgos de almacenar grasa visceral haciendo ejercicio regularmente y, sobre todo, cuidando nuestra alimentación:
reducir el consumo de alcohol y de azúcar y controlar nuestro
colesterol, además de llevar una dieta rica en calcio y fibra son
pequeños gestos que nos reportarán grandes beneficios.
Hay que tener claro que no nos econtramos sólo ante una cuestión
estética: la grasa visceral y la obesidad en sí son factores de riesgo
para enfermedades mucho más serias. Por encima de todo es un problema de salud: la buena noticia es que está en nuestras manos solucionarlo.
Nuestro estilo de vida evoluciona hacia siempre hacia un mayor sedentarismo, por lo que es importante que el ejercicio y la alimentación saludable formen parte de nuestro día a día como un hábito.
No es necesario que seamos atletas de élite o que llevamos una dieta
estrictísima: simplemente con pequeños cambios podemos hacer grandes
cosas.
Alimentación sana y mucho movimiento: ¡vuestro cuerpo os lo agradecerá!
Fuente: vitonica.com
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