El hacedor de vinos sostuvo que si la paridad cambiaria no se revierte,
el 2013 será un año complicado. Además, reconoce que el granel es un
"negocio del momento".
Mariano Di Paola, enólogo de Bodega La Rural - Rutini Wines, dialogó con
Fincas, luego de una degustación que propició este winemaker para
presentar todos los vinos 2012.
En este encuentro, Di Paola se mostró muy preocupado, ya que sostuvo que la rentabilidad de las bodegas en algunas franjas de precios está siendo cada vez menor. En este sentido, destacó que si la situación económica no cambia, el 2013 será un año duro.
-¿Cómo evalúa la situación actual de los vinos argentinos en el mercado externo?
-La situación en el mercado externo está llegando a un punto crítico. Si la situación económica del país no mejora, creo que vamos a estar en serios problemas. La caja de u$s 24 FOB las 12 botellas ha llegado a la cresta, ya no hay más ganancia. Mientras que la de u$s 36 está llegando al límite de la rentabilidad. En este segmento es en donde Argentina mejor puede competir. Si bien aún tenemos una brecha de ganancia, si el tipo de cambio no mejora no vamos a poder sostenerlo más.
Además, este es el valor histórico de un vino (10 o 12 dólares en góndola en Estados Unidos), donde Argentina tiene una gran ventaja por su relación precio-calidad. En las demás categorías tenemos mayor competencia.
En los rangos más altos observamos un crecimiento pero muy leve y aún el porcentaje de la torta es muy pequeño. Nosotros tenemos que lograr tener rentabilidad con la caja de los u$s 36 y hacer volumen en las góndolas para poder luego sostener los vinos de más alto valor.
-¿Cómo analiza el mercado interno?
-Nosotros corremos con la ventaja de que el 70% de nuestra producción se destina acá. Hemos logrado una trayectoria y prestigio en todos estos años. De este modo, además de crecer, la ventaja es que los precios se pueden ir acomodando a la situación inflacionaria del país, cosa que no sucede con en el mercado externo, donde no podemos trasladar los aumentos a los precios.
-¿Cree que el malbec ha llegado a su techo?
-El malbec para mí no ha llegado a ningún techo, ni en el consumo, ni en la producción, ni siquiera para los enólogos. A muchos aún nos sigue sorprendiendo el potencial que tiene, los clones que encontramos, las implantaciones nuevas, todavía tiene mucho para dar. Este vino se ha instalado como vino argentino y como emblema, pero hay mucho para investigar. Una vez que la paridad peso argentino-dólar deje de estar, las ventas del malbec van a volver a explotar.
-¿Hay algún otro varietal que pueda seguir sus pasos y ser reconocido en el mundo?
-Hay muchas varietales donde nos estamos posicionando, como es el caso del merlot, la apertura que está teniendo la bonarda y descubrimientos que nos han sorprendido, como es el caso del cabernet franc, que está resurgiendo con perfiles muy diferentes.
En relación a la bonarda, lo que creo es que durante muchos años fue plantada en zonas muy cálidas y con el objetivo de obtener altos rendimientos. Hoy, se la está trabajando en zonas más frías y rendimientos bajos, logrando así que la uva madure completamente diferente, dando vinos con color, buenos aromas y estructura. Es un excelente compañero del malbec.
-Usted se proclama un gran defensor del merlot, ¿cuáles son las fortalezas de este vino?
-Es una variedad que da vinos potencialmente únicos; los ejemplares más importantes del mundo son de esta cepa. En Mendoza hemos encontrado el clon y el rendimiento justo, para hacer vinos a nivel mundial. En cortes, esta cepa le agrega al vino elegancia, concentración, fruta madura, con un toque de piracina, mentolado.
En 2009 nosotros experimentamos una caída en las exportaciones, sin embargo, en 2011 y 2012 evaluamos un repunte muy marcado. Frente a esto, desde Rutini por ejemplo nos estamos replanteando la posibilidad de aumentar nuestra producción de merlot para el próximo año.
-¿Cree que Argentina debería hacer más foco en el terroir?
-La combinación de sol-suelo-clima es el terroir. Nosotros tenemos todo esto, sumado a excelentes enólogos y gente que trabaja en la viña. Argentina tiene un terroir excelente que debemos explotar. Pero no hay que apurarse, primero debemos seguir con la comunicación de Malbec argentino y más adelante seguir con la división por provincia, después por zonas y finalmente las microzonas como Altamira, Vistalba o Gualtallary.
Más allá de que tenemos que ir despacio, sí creo que hay que poner en la etiqueta la indicación geográfica.
-Desde la bodega, ¿han experimentado crecimiento en las ventas?
-En exportaciones nos hemos mantenido en el mismo nivel que el año pasado. Esto se ha dado principalmente por el tipo de cambio. Mientras que en el mercado interno, estamos 17% arriba en valor, y aproximadamente lo mismo en volumen. Actualmente, tenemos una producción de 3 millones de cajas de 6.
-La exportación de vino a granel de Argentina ha crecido considerablemente en el último tiempo, ¿cómo evalúa este fenómeno?
-El granel es un negocio del momento. Cuando los productores de granel, que son competencia de Argentina han tenido un mal año, es cuando el país levanta cabeza y aprovecha esta oportunidad. Estos negocios salen solos y en nuestro caso en particular sabemos que no es para hacer marca ni historia, sino simplemente aprovechar la oportunidad, sobre todo en un momento donde el embotellado corre mucho riesgo.
Actualmente, nosotros exportamos este commodity a algunos mercados europeos, y ha hecho que el negocio se vea impulsado. Sin embargo, sabemos que no hay que aferrarse, ya que el margen de ganancia es muy poco.
-¿Cuáles han sido los costos que más le ha afectado a la bodega?
-La mano de obra es uno de los factores que más nos ha afectado, representa el 25% del costo de un vino. Esto viene acompañado de todos los otros costos, como son los insumos, servicios, etc. Si seguimos con alta inflación, la utilidad con la que estaremos trabajando en algunos vinos será a pérdida.
Frente a esto, desde la bodega tenemos la política de austeridad, la mayoría de las inversiones las hemos frenado, exceptuando las que tienen relación directa con la calidad de un vino.
En este encuentro, Di Paola se mostró muy preocupado, ya que sostuvo que la rentabilidad de las bodegas en algunas franjas de precios está siendo cada vez menor. En este sentido, destacó que si la situación económica no cambia, el 2013 será un año duro.
-¿Cómo evalúa la situación actual de los vinos argentinos en el mercado externo?
-La situación en el mercado externo está llegando a un punto crítico. Si la situación económica del país no mejora, creo que vamos a estar en serios problemas. La caja de u$s 24 FOB las 12 botellas ha llegado a la cresta, ya no hay más ganancia. Mientras que la de u$s 36 está llegando al límite de la rentabilidad. En este segmento es en donde Argentina mejor puede competir. Si bien aún tenemos una brecha de ganancia, si el tipo de cambio no mejora no vamos a poder sostenerlo más.
Además, este es el valor histórico de un vino (10 o 12 dólares en góndola en Estados Unidos), donde Argentina tiene una gran ventaja por su relación precio-calidad. En las demás categorías tenemos mayor competencia.
En los rangos más altos observamos un crecimiento pero muy leve y aún el porcentaje de la torta es muy pequeño. Nosotros tenemos que lograr tener rentabilidad con la caja de los u$s 36 y hacer volumen en las góndolas para poder luego sostener los vinos de más alto valor.
-¿Cómo analiza el mercado interno?
-Nosotros corremos con la ventaja de que el 70% de nuestra producción se destina acá. Hemos logrado una trayectoria y prestigio en todos estos años. De este modo, además de crecer, la ventaja es que los precios se pueden ir acomodando a la situación inflacionaria del país, cosa que no sucede con en el mercado externo, donde no podemos trasladar los aumentos a los precios.
-¿Cree que el malbec ha llegado a su techo?
-El malbec para mí no ha llegado a ningún techo, ni en el consumo, ni en la producción, ni siquiera para los enólogos. A muchos aún nos sigue sorprendiendo el potencial que tiene, los clones que encontramos, las implantaciones nuevas, todavía tiene mucho para dar. Este vino se ha instalado como vino argentino y como emblema, pero hay mucho para investigar. Una vez que la paridad peso argentino-dólar deje de estar, las ventas del malbec van a volver a explotar.
-¿Hay algún otro varietal que pueda seguir sus pasos y ser reconocido en el mundo?
-Hay muchas varietales donde nos estamos posicionando, como es el caso del merlot, la apertura que está teniendo la bonarda y descubrimientos que nos han sorprendido, como es el caso del cabernet franc, que está resurgiendo con perfiles muy diferentes.
En relación a la bonarda, lo que creo es que durante muchos años fue plantada en zonas muy cálidas y con el objetivo de obtener altos rendimientos. Hoy, se la está trabajando en zonas más frías y rendimientos bajos, logrando así que la uva madure completamente diferente, dando vinos con color, buenos aromas y estructura. Es un excelente compañero del malbec.
-Usted se proclama un gran defensor del merlot, ¿cuáles son las fortalezas de este vino?
-Es una variedad que da vinos potencialmente únicos; los ejemplares más importantes del mundo son de esta cepa. En Mendoza hemos encontrado el clon y el rendimiento justo, para hacer vinos a nivel mundial. En cortes, esta cepa le agrega al vino elegancia, concentración, fruta madura, con un toque de piracina, mentolado.
En 2009 nosotros experimentamos una caída en las exportaciones, sin embargo, en 2011 y 2012 evaluamos un repunte muy marcado. Frente a esto, desde Rutini por ejemplo nos estamos replanteando la posibilidad de aumentar nuestra producción de merlot para el próximo año.
-¿Cree que Argentina debería hacer más foco en el terroir?
-La combinación de sol-suelo-clima es el terroir. Nosotros tenemos todo esto, sumado a excelentes enólogos y gente que trabaja en la viña. Argentina tiene un terroir excelente que debemos explotar. Pero no hay que apurarse, primero debemos seguir con la comunicación de Malbec argentino y más adelante seguir con la división por provincia, después por zonas y finalmente las microzonas como Altamira, Vistalba o Gualtallary.
Más allá de que tenemos que ir despacio, sí creo que hay que poner en la etiqueta la indicación geográfica.
-Desde la bodega, ¿han experimentado crecimiento en las ventas?
-En exportaciones nos hemos mantenido en el mismo nivel que el año pasado. Esto se ha dado principalmente por el tipo de cambio. Mientras que en el mercado interno, estamos 17% arriba en valor, y aproximadamente lo mismo en volumen. Actualmente, tenemos una producción de 3 millones de cajas de 6.
-La exportación de vino a granel de Argentina ha crecido considerablemente en el último tiempo, ¿cómo evalúa este fenómeno?
-El granel es un negocio del momento. Cuando los productores de granel, que son competencia de Argentina han tenido un mal año, es cuando el país levanta cabeza y aprovecha esta oportunidad. Estos negocios salen solos y en nuestro caso en particular sabemos que no es para hacer marca ni historia, sino simplemente aprovechar la oportunidad, sobre todo en un momento donde el embotellado corre mucho riesgo.
Actualmente, nosotros exportamos este commodity a algunos mercados europeos, y ha hecho que el negocio se vea impulsado. Sin embargo, sabemos que no hay que aferrarse, ya que el margen de ganancia es muy poco.
-¿Cuáles han sido los costos que más le ha afectado a la bodega?
-La mano de obra es uno de los factores que más nos ha afectado, representa el 25% del costo de un vino. Esto viene acompañado de todos los otros costos, como son los insumos, servicios, etc. Si seguimos con alta inflación, la utilidad con la que estaremos trabajando en algunos vinos será a pérdida.
Frente a esto, desde la bodega tenemos la política de austeridad, la mayoría de las inversiones las hemos frenado, exceptuando las que tienen relación directa con la calidad de un vino.
Cosecha 2013
Según destacó el Mariano Di
Paola, que este año se presenta diferente en relación a la calidad. "El
año pasado tuvimos una merma muy grande que superó en algunos casos el
50%. Esto se dio, por un viento Zonda fuerte que afectó al viñedo en el
momento de floración y cuaje. Sin embargo, este año ya pasamos este
riesgo, así como el de heladas tempranas. Creo vislumbrar que estamos
frente a un cuaje perfecto, por lo menos lo que hemos visto en el
llano".
En base a esto, "creo tanto en cantidad como en sanidad, creo que el 2013 será una excelente cosecha".
En base a esto, "creo tanto en cantidad como en sanidad, creo que el 2013 será una excelente cosecha".
Fuente: Area del Vino
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