Aunque es sabido que la alimentación no es causal de infertilidad, es cada vez más evidente la huella que deja una dieta deficiente en la salud reproductiva de hombres y mujeres. Qué incorporar y qué descartar en la alimentación diaria.
Recientemente, especialistas reunidos en el Congreso de la Sociedad
Americana de Medicina Reproductiva, celebrado en San Diego, debatieron
sobre el papel de la nutrición en la fertilidad, puntualmente sobre las dietas ricas en grasas y carbohidratos y su impacto en la calidad del semen.
Entre otros trabajos que fueron presentados en este encuentro
científico, investigadores de la escuela de Salud Pública de Harvard,
demostraron que los productos lácteos enteros afectan negativamente al semen.
La investigación sostiene que los hombres que consumen tres porciones
de productos lácteos enteros (sin reducción de grasas) al día tienen una
calidad 25% menor que los que no lo hacen.
Del mismo modo, el consumo aumentado de cafeína y carbohidratos refinados
y la ausencia de hierro, antioxidantes y vitaminas en la dieta de las
mujeres, disminuye las chances de embarazo, especialmente en los casos
de sobrepeso u obesidad.
Esto se debe a que en “el 60 a 70% de las mujeres con sobrepeso u obesidad presenta una entidad denominada síndrome de ovarios poliquísticos
que provoca un trastorno del ciclo menstrual como resultado del mal
funcionamiento hormonal”, explicó Gabriel Fiszbajn, jefe de medicina
reproductiva del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción
(CEGyR).
Este síndrome es responsable de “la presencia de abundantes folículos
que rodean en forma de corona a los ovarios, formando quistes y
provocando alteraciones en el ciclo menstrual como
ausencia de menstruación o ciclos prolongados. Esto provoca ovulaciones
esporádicas, a veces cada 3 o 4 meses, con óvulos de una calidad
deficiente, lo que disminuye las posibilidades de lograr un embarazo”,
continuó el especialista.
Por otra parte, el sobrepeso incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes gestacional o hipertensión.
Es por ello que se recomienda “una consulta pregestacional para
planificar el embarazo, una instancia en la que se pueda trazar un plan
para reducir el exceso de peso con una dieta adecuada y actividad física
organizada. Muchas veces, con solo esto se regularizan los ciclos y se
logra el embarazo, y de no ser así, se utiliza medicación específica y
se implementan técnicas de reproducción asistida“, sostuvo Fiszbajn.
Peso adecuado y estabilidad hormonal son dos factores que contribuyen al cuidado del desarrollo gestacional y a la seguridad en el momento del parto.
Fuente: saludable.infobae.com
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