jueves, 22 de noviembre de 2012

Cot francés y Malbec argentino, nada tienen en común

Aquellos hombres, como Raúl de La Mota en Weinert, Pancho Giménez en Norton, Ángel Mendoza en Peñaflor, Pedro Marchesky en Esmeralda, Eduardo Barrera en Escorihuela, Oscar Zambudio en Tittarelli, y otros más, vieron que las posibilidades de la variedad Malbec eran muy superiores a lo que se hacía entonces con la que se conocía como "la francesa": usarla en cortes de variedades bordelesas pero con estilo italiano.

Recuerdo las visitas mutuas que se hacían Pancho y Raúl, grandes amigos desde su juventud trabajando en la vieja bodega Arizu, para compartir sus logros o buscar soluciones a los problemas que se les presentaban. El Malbec 1971 que Pancho hizo en Norton fue el primer Malbec que, como varietal, se exportó desde Mendoza a los Estados Unidos en 1972. ¡Hace cuarenta años de esto!

Todos estos enólogos fueron los que buscaron las características de la variedad hasta que las encontraron, observando con placer que no era un aislado e individual producto de cada uno de ellos, era esa uva la que se definía con personalidad.
Las bodegas comenzaron a sacar, hasta con cierta timidez, los vinos resultantes al mundo, donde llegaron a bodegas y enólogos (esta vez ya winemakers!) que vinieron a la Argentina a compartir lo que ya estaba en carrera. Recuerdo que uno de los dos primeros en venir, Steve Rasmussen, dijo, casi en el aeropuerto, que él venía a trabajar sobre lo que él hacía en California: Cabernet Sauvignon. En su primera comida en Mendoza probó por primera vez un Malbec. Lo volvió a tomar antes de decir: "¿Esto es Malbec?", y al recibir la confirmación dijo: "Entonces voy a trabajar con Malbec!". Los enólogos que llegaron enseñaron técnicas de producción de uva y de elaboración de vino, especialmente a llegar a la mentalidad necesaria para mejorar los vinos que hacíamos, incluyendo higiene y movimientos de los vinos dentro de las bodegas.

Las bodegas extranjeras que se sumaron al esfuerzo que ya se había hecho ayudaron a la difusión del Malbec en el mundo, fundamentalmente porque sus canales de distribución ya estaban hechos.

Los comentarios profesionales sobre el Malbec invariablemente empiezan mencionando su origen francés pero, sin entrar a estudiar las modificaciones naturales que la cepa tuvo en la Argentina, no tenemos más que probar un Cot francés y nuestro Malbec argentino para reconocer que no tienen nada en común. Es evidente que 160 años de adaptación a un clima y suelo que le son propicios generaron diferencias notables con su antecesor.

Fuente: Area del Vino

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