También es conocido que la obesidad, es decir, el exceso de grasa en el cuerpo, trae como consecuencia dificultades funcionales y algo semejante produce la sarcopenia o pérdida de músculo.
No obstante, si bien por separado se sabe que ambas condiciones se asocian a discapacidad y limitaciones funcionales, sobre todo entre adultos mayores, es probable que el exceso de grasa y el déficit de músculo confluyan para dar lugar a la obesidad sarcopénica, un problema cada vez más frecuente que puede causar graves inconvenientes.
Si bien la obesidad sarcopénica siempre es más frecuente en personas mayores, donde deteriora notablemente sus funcionalidades, es un problema cada vez mayor a edades tempranas dado el prevalente sedentarismo y las elevadas cifras de obesidad que se registran en todo el mundo y en diferentes edades.
Si el déficit de músculo que se denomina sarcopenia produce por sí mismo riesgos para la salud, imaginemos que la obesidad sarcopénica, en donde la primera se asocia a la obesidad, puede ser notablemente más peligrosa para el organismo.
Uno de los principales inconvenientes de la obesidad sarcopénica es que no se detecta fácilmente, ya que podemos tener un peso e IMC corporal normal asociado a baja masa muscular y exceso de grasa en el organismo, lo cual puede impedir que iniciemos medidas preventivas de sus consecuencias, tales como insulino resistencia, hipertensión, discapacidades motoras, entre otras.
Es claro que la mejor forma de evitar la obesidad sarcopénica es moviéndonos a pesar del paso de los años y comiendo sano en todas las etapas de nuestra vida.
Independientemente del peso que tengamos, siempre es fundamental mantenernos activos físicamente para evitar el exceso de grasa y sobre todo, prevenir la sarcopenia.
Fuente: vitonica.com
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