Seguimos en vitónica con la segunda entrega sobre las formas de alimentar tu cuerpo para optimizar resultados. Serie de artículos en la que os damos pequeñas recomendaciones para adaptarlas a vuestra nutrición y vuestros entrenamientos.
En el artículo anterior os hablábamos sobre el consumo de hidratos de carbono previo al entrenamiento, de la forma ideal de alimentarte antes de un entrenamiento intenso pero breve y también de la importancia de la hidratación para mantener nuestro rendimiento en óptimas condiciones.
No tengo tiempo para comer antes del entrenamiento
Si eres de los que nada más levantarte por la mañana sales a entrenar antes de comenzar el día tienes que saber un par de cosas. A nuestro cuerpo no le da tiempo a realizar la digestión de una comida en poco tiempo, es un proceso lento.
Si este es tu caso opta por alimentos con hidratos de carbono fácilmente digeribles y además con alto contenido en agua como el pan (con un contenido de agua de 35%) así como frutas con bajo contenido en fibra como el plátano o melón. Evita en este caso las comidas con alto contenido en proteínas y grasas ya que retardan mucho la digestión.
De igual forma trata de evitar frutas y verduras con alto contenido en fibra ya que además de enlentecer el proceso digestivo pueden provocar problemas gastrointestinales si se consumen previo a la realización de ejercicio extenuante.
No limites tu ingesta de sal
Existe demasiado bombo publicitario sobre los peligros de la sal y la gente lo toma como un extremo. Las recomendaciones y la concienciación que se realiza hoy en día se centra en personas sedentarias o personas con sobrepeso, obesas o hipertensas, con malos hábitos nutricionales que efectivamente deben limitar su ingesta de sal.
Pero una persona sana que realiza un considerable volumen de entrenamiento con intensidades moderadas, especialmente cuando hace calor o se entrena en ambiente húmedo, no puede limitar su consumo de sal. Lo que es más importante, debe aumentarlo para que exista un adecuado equilibrio en el organismo.
Bebe zumo de color rojo oscuro para proteger tus músculos
Un estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón ha comprobado que aquellos corredores que bebían zumo de cerezas ácidas durante una semana antes de una competición de ultraresistencia tuvieron menos dolor muscular después de la carrera.
Las cerezas agrias, las uvas rojas y las granadas, que están disponibles en zumos, están cargadas de antocianinas, un tipo de antioxidante que ayuda a reducir la inflamación muscular y el daño producido por el ejercicio intenso.
Así que ya sabéis, si apenas tenemos tiempo de hacer la digestión, optar por hidratos de carbono de fácil absorción y con alto contenido en agua, evitar las grasas, las proteínas y los vegetales y frutas y ricos en fibra.
Fuente: vitonica.com
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