El Nilo, Alma del Nilo:
Este río, uno de los más grandes de todos los conocidos en el mundo antiguo, tiene sus fuentes en el corazón de Africa, en la región de los grandes lagos Alberto y Victoria y luego de bañar toda la zona ecuatorial africana, formando numerosos saltos y cataratas, penetra en Egipto.
Allí corre encajonado entre dos cadenas de montañas, la Líbica y la Arábiga: es el Alto Egipto.
Luego, al llegar el Nilo cerca de la ciudad de Menfis, se divide en 7 brazos principales formando su famoso Delta, de unos 100 Km. de largo y 500 de ancho: es el Balo Egipto, región muy fértil, de clima cálido y húmedo, y surcada de innumerables canales.
Finalmente, y tras haber recorrido más de 6.500 Km., el Nilo vuelca su voluminoso caudal de unos 13.000 ma por segundo en el Mar Mediterráneo.
Herodoto, famoso historiador griego del siglo y antes de Cristo afirmaba: “Egipto es un regalo del Nilo.” En efecto, si hay vida y riquezas en este país, ello se debe al extraordinario sistema de las crecientes periódicas de su río.
Cada año, apenas comienzan las grandes lluvias del verano en el centro del Africa, y el deshielo en los montes de Abisinia, el Nilo comienza a elevar rápidamente su nivel arrastrando consigo un manto de humus y de sustancias fertilizantes formadas por restos de plantas en descomposición. Al aumentar la creciente, el Nilo se desborda y. cubre todo el valle durante los meses de julio y agosto. Luego en los tres meses siguientes las aguas se van retirando poco a poco, dejando toda la región cubierta de una riquísima capa de limo negro.
Inmediatamente se procede a la siembra, y cuatro meses después se cosecha. Si la creciente ha sido muy buena, puede efectuarse una segunda siembra.
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