lunes, 22 de noviembre de 2010

Breve historia del vino

La historia del vino.

Existe una historia en la Biblia sobre Noé plantando una vid (Génesis IX, 23). Y que después de comer el fruto prohibido, Adán arrancó algunas hojas de parra para cubrir la vergüenza de su desnudez. Moisés y sus seguidores atravesaron muchos viñedos en su camino a la tierra prometida de Canáan. O el más famoso caso; la última cena donde se le llama al vino "la sangre de cristo". El vino también era una bebida divina para los antiguos fenicios, los griegos y los romanos. Dionicios y su homólogo romano, Baco, eran grandes amantes del vino. Y el vino fue también un aspecto intrínseco en ceremonias religiosas y paganas del mundo antiguo.

La prueba más antigua de que las uvas ya se comían como un tipo de fruta data de la Era Neolítica, periodo en el que los hombres vivieron a menudo en las orillas de los grandes ríos y lagos. Por ejemplo en los antiguos alrededores del lago de Ginebra (Leman) en el 12000 a. C. los historiadores consideran que los hombres ya estuvieran bebiendo en aquélla época el "mosto" fermentado de las uvas (es decir el vino).

Recientes descubrimientos arqueológicos en Irán confirman que el hombre ya hacía cerveza y vino en lo que antiguamente era Transcaucacia y la antigua Mesopotamia al menos quinientos años antes de Cristo.

Egipto:

Se producía vino en Egipto incluso antes de los tiempos de los griegos. Los historiadores han establecido que Egipto tenía un comercio floreciente con los países de Oriente Medio. Así fue como probablemente llegaron los primeros vinos a Egipto vía Palestina. Se han descubierto jeroglíficos sobre la naturaleza y origen de los vinos en jarras oblongas egipcias que datan del tercer milenio a. C. según los historiadores, estos jeroglíficos son las primeras versiones conocidas de los vinos modernos.

Resulta sorprendente que los antiguos egipcios no parecían considerar al vino una bebida popular: preferían beber cerveza en su vida cotidiana. El vino satisfacía una doble función: por untado era muy apreciado por los faraones y los altos sacerdotes y es empleaba en los sacrificios a los dioses, luego el vino era una bebida popular en la otra vida. El patrón del cultivo de la vid era el Dios Osirirs y fue la inspiración para el dios griego Dionicios y posteriormente el dios romano Baco.

Grecia:

Los griegos fueron quienes alcanzaron el nivel de producción y sobre todo, elevaron el acto de beber vino a una forma de arte. El vino y todo aquello relacionado con él constituyeron una fructuosa fuente de inspiración para los historiadores, filósofos, pintores, escultores y poetas griegos. También era una gran fuente de placer entre la clase alta. Y también quedo claro que los griegos ya tenían contactos con los celtas desde más de 600 años a. C., y también tenían y ellos también tenían conocimientos sobre la producción vinícola.

Celtas:

En está cultura los sacerdotes de los dioses celtas poseían amplios conocimientos sobre las fuerzas cósmicas y las fuerzas magnéticas terrestres, y sabían cómo determinar los lugares, que a menudo, eran árboles altos de roble que crecían en esos lugares. Hace 2500 años, los druidas recogían las bayas de las plantas trepadoras -la Vitis labrusca- que crecían en esos robles sagrados. Los diurnas producían un tónico de estas uvas recién cogidas junto con las hierbas y miel. Y usaban recipientes de madera y barriles para la fermentación y el almacenamiento del vino.

Roma:

Roma se convirtió en la metrópoli del comercio vinícola. Aunque los celtas y los griegos tuvieron un papel muy importante en el desarrollo de la viticultura europea, tenemos una gran deuda sobre todo con la insaciable sed de las legiones romanas. La producción y el consumo del vino nunca fueron promocionados tanto como lo fue en al época romana.

De la antigüedad hasta nuestras fechas:

En la antigüedad la tecnología no había logrado un alto nivel de desarrollo y los vinos de la época no estaban tratados o apenas tratados: después de un proceso espontáneo de fermentación, eran almacenados en grandes ánforas o vasijas y después consumidos rápidamente.

Cuando se derrumbó el imperio romano casi desaparece la viticultura europea. Apenas quedaron unos viñedos intactos. Un clima incierto y hostil prevaleció en Europa. Las fuertes guerras provocaban hambre y pobreza y nadie se intereso en el comercio del vino. Fue la iglesia católica la que honró la tradición de la última cena, salvando al viticultura europea de al completa extinción. Los sacerdotes y monjes replantaron las vides en toda Europa.

A finales de la edad media, cuando los últimos barulantes de los gobernantes moros se retiraron del sur de Europa, la viticultura comenzó a desarrollarse de nuevo muy de prisa, gracias al trabajo realizado por los monjes.

La champaña fue descubierta en la edad del renacimiento por el equipo de la abadía del monje Don Perignon pues se había dado una clase de los llamados "vinos locos", que se volvían muy burbujeantes en el vaso. Pero los monjes; al no conseguir que las burbujas desaparezcan por la fermentación espontánea en la botella a pesar de todos sus intentos dejaron de tratar de eliminar las burbujas y así nació este vino tan preciado y costoso.

En el Siglo XX, la producción de vino experimentó una evolución técnica y científica de proporciones gigantescas, en parte por la mecanización y nuevos procesos científicos que mejoraron la salud de los viñedos. Nace la pasteurización.

Ahora lo viticultores están más que nunca preparados para adoptar un enfoque hacia la calidad y cantidad de los buenos vinos.

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