Por otro lado, si comparamos el pavo con la carne de pollo, podemos apreciar una notable diferencia en la cantidad de grasas así como en el colesterol total que poseen y si seleccionamos la pechuga de pavo, tendremos casi un 25% de proteínas de excelente calidad, potasio, fósforo, magnesio y selenio, con menos de un 1% de grasa.
La carne de pavo es una de las más consumidas en la cena de Navidad y conociendo estas valiosas propiedades, podemos reivindicar su presencia con fundamento, pues además de ser muy sabrosa, es especialmente magra y nutritiva, ideal para una comida elegante que no descuida la alimentación saludable.
No posee cantidades apreciables de purinas, por lo que también es una carne apta para quienes tienen ácido úrico en sangre, además de ser muy buena si tenemos colesterol alto en sangre o si deseamos llevar una dieta pobre en grasas.
Fuente: vitonica.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario