Con sólo cuatro años en el mercado vitivinícola, Finca 8 ha logrado posicionarse en Estados Unidos. La empresa de Paul Hobbs se encarga de la comercialización de los vinos en ese mercado.
Luego de viajar a Mendoza en 2006, Hernán Fragueiro Frías se enamoró de este lugar y decidió comenzar con su proyecto vitivinícola. "La iniciativa surgió a partir de evaluar el crecimiento y el posicionamiento que estaba teniendo el vino en el mercado externo", explicó Hernán.
Finca 8 es una bodega que cuenta con el asesoramiento de Roberto de la Mota como enólogo y Marcelo Casazza como agrónomo. Sus vinos se destinan en un 90% al mercado estadounidense y son comercializados por Paul Hobbs Imports, compañía del reconocido enólogo.
"Haber conocido a Paul y que le hayan gustado nuestros vinos es un halago. Además de ser nuestro distribuidor exclusivo en Estados Unidos nos ha abierto la puerta, logrando posicionar nuestro productos en este mercado tan competitivo y atomizado", señaló el propietario.
El proyecto de Finca 8 contempla tres vinos y un espumantes. Se trata de Finca 8 Malbec, Finca 8 Reserva Malbec y Finca 8 Humano, un blend de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot. Actualmente, esta bodega exporta casi la totalidad de sus vinos a Estados Unidos y Canadá. La empresa tiene una facturación anual de U$S 5 0.000, de los cuales exporta aproximadamente U$S 35.000.
Los viñedos
Finca 8 cuenta con dos viñedos. Uno de ellos está ubicado en el departamento de Luján de Cuyo, a una altura de 950 msm. En este suelo aluvial, franco arenoso y medio profundo, es donde están cultivadas 5 hectáreas de Malbec y Bonarda, en espaldero alto y parral. El otro se encuentra en La Consulta, San Carlos. Allí, a 1000 msm, nacen en 28 hectáreas variedades tales como el Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot Noir. El suelo de esta propiedad se caracteriza por ser franco arenoso, canto rodado y profundo.
"Lo apasionante de elaborar jamón es que tiene un parecido al vino de alta gama, ya que la espera, la guarda, el añejamiento, la oscuridad para evitar la oxidación, la humedad controlada, el silencio y la ausencia de vibraciones, van de la mano y se deben cumplir en ambos procesos. Luego está la tecnología, donde el acero inoxidable, ya sea de la bodega o del frigorífico, tienen una importancia superlativa y por último, la mano del hombre, que en definitiva es el artesano, el creador y responsable de llegar a buen puerto", finalizó.
Fuente: Area del Vino
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