Se remonta a la época del Imperio Romano, donde era llamado tyropatina, se volvió muy popular durante la Edad Media, ya que era degustado en época de Cuaresma.
Fue alrededor del siglo VII que se popularizó el término flan para nombrar a este platillo, proveniente de la palabra francesa flan derivada a su vez de la altoalemana flado, que significaba torta u objeto plano, y también fue por esa época que se dejó de espolvorear pimienta en su superficie, como acostumbraban los romanos, y se sustituyó por azúcar.
El ingrediente principal es el huevo, ya que, al cocinarse al baño María, sus yemas se cuajan y toman la forma del molde, adquiriendo una textura ligera y gelatinosa.
El ingrediente principal es el huevo, ya que, al cocinarse al baño María, sus yemas se cuajan y toman la forma del molde, adquiriendo una textura ligera y gelatinosa.
Junto a los huevos, son necesarios otros ingredientes que le aporten sabor: generalmente, se trata de leche cocida con vainilla, canela o cáscara de limón; aunque también existen recetas que utilizan jugos y compotas de frutas, chocolate fundido, café, queso cremoso o yogurt.
Existen muchas otras variaciones que incluyen almendras, pistacho, cajeta, limón y otras variedades de frutas; antiguamente habia recetas con pimienta y miel, así como otro muy peculiar elaborado con azúcar, queso, almendra, pescado, canela, espinaca y crema pastelera.
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