Según explicó Alfonso Larraín, presidente de la compañía ligada a la familia Guilisasti, el dinero se utilizará, principalmente, para incrementar la capacidad de bodegas, reparar los daños producidos por el terremoto e invertir en nuevas plantaciones, que actualmente, llegan a las 6.266 hectáreas en Chile y 1.973 en Argentina.
Sin embargo, esta inversión es la más baja de los últimos tres años, donde se destinaron cifras superiores a los U$S 60 millones. En cincos años, la compañía ha desembolsado U$S 297 millones, fundamentalmente, para compras de terrenos.
Respecto de los efectos que ocasionó el terremoto en la viña, Larraín comentó que las pérdidas, entre vino a granel más producto terminado, alcanzaron los 22,8 millones de litros, equivalentes al 10% del inventario que la empresa tenía al momento del sismo. Para ellos existen seguros comprometidos.
Fuente: Area del Vino
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