Aceite de oliva:
Son ricas en vitaminas, especialmente la C, minerales, fibra, tienen pocas calorías y un alto contenido en agua. Por ser fuente de vitaminas antioxidantes protegen frente a enfermedades degenerativas. Se recomiendan cinco raciones diarias.
Son ricas en vitaminas, especialmente la C, minerales, fibra, tienen pocas calorías y un alto contenido en agua. Por ser fuente de vitaminas antioxidantes protegen frente a enfermedades degenerativas. Se recomiendan cinco raciones diarias.
Legumbres:
Su principal aportación son las proteínas, que aunque no son de alto valor biológico, pueden complementarse con cereales o con una ración moderada de carne, pescado o huevos para obtener una proteína de mejor calidad.
Un plato de lentejas, por ejemplo, nos aporta el 25% de las necesidades diarias de proteínas. Fuente de carbohidratos complejos, aportan una parte importante de energía para nuestras actividades diarias. Contienen vitaminas, minerales y fibra. Y a diferencia de los cereales, conservan prácticamente todo su contenido original en fibra, muy necesaria para el buen tránsito intestinal y reductora del riesgo de cáncer de colon.
Frutos secos:
Contienen grasas insaturadas, que favorecen la circulación sanguínea y reducen el colesterol de la sangre. Por su elevado contenido calórico es recomendable tomar un puñadito como sustitución de otros alimentos a media mañana o en la merienda. Las nueces son unos de los más sanos.
Su principal aportación son las proteínas, que aunque no son de alto valor biológico, pueden complementarse con cereales o con una ración moderada de carne, pescado o huevos para obtener una proteína de mejor calidad.
Un plato de lentejas, por ejemplo, nos aporta el 25% de las necesidades diarias de proteínas. Fuente de carbohidratos complejos, aportan una parte importante de energía para nuestras actividades diarias. Contienen vitaminas, minerales y fibra. Y a diferencia de los cereales, conservan prácticamente todo su contenido original en fibra, muy necesaria para el buen tránsito intestinal y reductora del riesgo de cáncer de colon.
Frutos secos:
Contienen grasas insaturadas, que favorecen la circulación sanguínea y reducen el colesterol de la sangre. Por su elevado contenido calórico es recomendable tomar un puñadito como sustitución de otros alimentos a media mañana o en la merienda. Las nueces son unos de los más sanos.
Cereales:
Representan la principal fuente de carbohidratos complejos (pasta, pan, arroz...), que suministran energía al organismo. Su consumo habitual permite una liberación paulatina de la glucosa en la sangre, a diferencia de los carbohidratos simples o de absorción rápida (azúcar, dulces, frutas...). Aportan fibra y protegen frente a las enfermedades cardiovasculares.
Representan la principal fuente de carbohidratos complejos (pasta, pan, arroz...), que suministran energía al organismo. Su consumo habitual permite una liberación paulatina de la glucosa en la sangre, a diferencia de los carbohidratos simples o de absorción rápida (azúcar, dulces, frutas...). Aportan fibra y protegen frente a las enfermedades cardiovasculares.
Lacteos:
Se trata de proteínas de alto vale lógico (principalmente caseína aportan magnesio y potasio, además de calcio. Este último es un mineral imprescindible para la formación de los huesos. También contiene fósfor laminas A, D, Bj y B2. Tomando cada día medio litro de y dos porciones de queso tenem biertas prácticamente nuestras sidades de calcio.
Se trata de proteínas de alto vale lógico (principalmente caseína aportan magnesio y potasio, además de calcio. Este último es un mineral imprescindible para la formación de los huesos. También contiene fósfor laminas A, D, Bj y B2. Tomando cada día medio litro de y dos porciones de queso tenem biertas prácticamente nuestras sidades de calcio.
Vino:
Debe consumirse con la comida y siempre en el contexto de una dieta equilibrada. Algunos estudios han asociado su ingesta moderada (una o dos copas al día) a una reducción en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, especialmente el vino tinto.
Debe consumirse con la comida y siempre en el contexto de una dieta equilibrada. Algunos estudios han asociado su ingesta moderada (una o dos copas al día) a una reducción en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, especialmente el vino tinto.
Pescado azul:
Es una excelente fuente de proteína y sus grasas poliinsaturadas disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Su consumo reduce la presión arterial, los niveles de triglicéridos y el riesgo de trombosis. Aporta minerales, en especial yodo y fósforo, y vitaminas (A, E y ácido fólico). Asimismo es rico en ácidos grasos Omega 3, magnesio, potasio y hierro.
La cantidad recomendada a la semana es de dos raciones, y otras dos de pescado blanco, y en personas con enfermedades cardiovasculares, cuatro de pescado azul.
Las sardinas, la caballa, el atún y el salmón son sólo algunos ejemplos de los pescados azules que puedes consumir.
Es una excelente fuente de proteína y sus grasas poliinsaturadas disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Su consumo reduce la presión arterial, los niveles de triglicéridos y el riesgo de trombosis. Aporta minerales, en especial yodo y fósforo, y vitaminas (A, E y ácido fólico). Asimismo es rico en ácidos grasos Omega 3, magnesio, potasio y hierro.
La cantidad recomendada a la semana es de dos raciones, y otras dos de pescado blanco, y en personas con enfermedades cardiovasculares, cuatro de pescado azul.
Las sardinas, la caballa, el atún y el salmón son sólo algunos ejemplos de los pescados azules que puedes consumir.
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