En la carrera contra la inflación hay ganadores y perdedores y parecería
ser que sólo algunos pueden incrementar sus precios. Los costos de los
insumos vitivinícolas aumentan entre un 40% y un 60%, la uva (materia
primaria) y el producto final (botella de vino-bodega), crece entre un
10% y un 30%. Los sustitutos (coca-cola y cerveza), lo hacen entre un
40% y 50%. Los números hablan por sí solos.
La inflación le gana la pulseada a bodegueros y productores primarios.
Datos brindados por el ingeniero agrónomo Christian Tsallis, comparando
mayo 2013 versus mayo 2014, dejan reflejada la cruda realidad para el
sector vitivinícola -principalmente para los establecimientos
productores de vino de gama media y alta-.
El informe que elaboró el ingeniero, destaca cuáles fueron los precios que se pagaron el año pasado y cuáles son los precios hoy de insumos, vinos y espumantes de gama media y alta (para tener referencia), sustitutos del vino (Coca-Cola y Cerveza), y el de la materia prima del vino (uva blanca y tinta).
En este sentido, los números reflejan que el productor primario de la cadena vitivinícola así como las bodegas que venden el producto final son los más perjudicados, yendo siempre detrás de la inflación; mientras que los proveedores de la industria no sólo se les asemejan sino le ganan a ese número.
Recordemos que la inflación en año terminado en abril de 2014 fue del 45%, según estimación de Área del Vino en base a IPC provincia de San Luis. Lo que determina que aquellos que aumentaron sobre ese valor han podido sobrellevar el año, mientras que otros han tenido que absorberla para poder seguir compitiendo en el mercado, tanto interno como externo. La pregunta que aquí aparece es cómo seguirá esto, ya que sólo una bodega o un productor grande o con espalda financiera podrá seguir en la carrera, mientras que este año como el próximo, se vislumbra la desaparición de muchos de ellos.
Por otro lado, no hay dejar de analizar los sustitos del vino. En este sentido, indudablemente queda más que claro, que así como el vino aumenta entre un 10% y un 30%, la cerveza lo hace en un 50%, mientras que la Coca-Cola un 41%.
No obstante, otro dato relevante que aparece es que los aumentos de precios de los insumos están sumamente pegados al dólar y euro -los cuales tuvieron un incremento en su cotización del 53% y 59.9%-. En este sentido, Tsallis comentó que "con esto queda claro que nadie gana plata o se deja plata, simplemente, queda reflejado que sólo dos actores de la industria absorben la inflación, son el sólo objetivo de seguir siendo competitivos y no perder el terreno ganado durante todos estos años".
Frente a los datos analizamos, es que Tsallis manifestó que aquellos productores de menos de 15 hectáreas se van a caer. En relación al mal año del productor primario, contó que no sólo se da por un precio bajo, sino también por una mala cosecha (por las contingencias climáticas y sobre todo las blancas). "Esta ecuación va a dejar afuera a más de uno, así como también se pone al descubierto una problemática "la falta de trabajos en las viñas por no contar con el dinero y en consecuencia baja calidad en las próximas cosechas"".
A pesar de la devaluación de meses atrás, el ingeniero sentenció que la única forma de sobrellevar esta tendencia alcista de los precios "es parar con la maquina-con la inflación-, porque estamos matando también las inversiones nuevas, así como los proyectos existentes, las cuales seguramente este año van a ser cero".
En este sentido, "es que tendríamos que trabajar todos juntos, desde las empresas proveedoras hasta el productor y la bodega".
Finalmente, comentó que esto sucede también porque la vitivinicultura es una industria que a nivel nacional no representa un gran porcentaje en la actividad económica nacional (alrededor del 3%), por lo que no puede hacer gran presión a diferencia de la soja o el maíz, sin embargo, remarcó que "a nivel provincial es la industria madre, por lo que es importante que las autoridades nacionales haga acuse de esta situación".
El informe que elaboró el ingeniero, destaca cuáles fueron los precios que se pagaron el año pasado y cuáles son los precios hoy de insumos, vinos y espumantes de gama media y alta (para tener referencia), sustitutos del vino (Coca-Cola y Cerveza), y el de la materia prima del vino (uva blanca y tinta).
En este sentido, los números reflejan que el productor primario de la cadena vitivinícola así como las bodegas que venden el producto final son los más perjudicados, yendo siempre detrás de la inflación; mientras que los proveedores de la industria no sólo se les asemejan sino le ganan a ese número.
Recordemos que la inflación en año terminado en abril de 2014 fue del 45%, según estimación de Área del Vino en base a IPC provincia de San Luis. Lo que determina que aquellos que aumentaron sobre ese valor han podido sobrellevar el año, mientras que otros han tenido que absorberla para poder seguir compitiendo en el mercado, tanto interno como externo. La pregunta que aquí aparece es cómo seguirá esto, ya que sólo una bodega o un productor grande o con espalda financiera podrá seguir en la carrera, mientras que este año como el próximo, se vislumbra la desaparición de muchos de ellos.
Por otro lado, no hay dejar de analizar los sustitos del vino. En este sentido, indudablemente queda más que claro, que así como el vino aumenta entre un 10% y un 30%, la cerveza lo hace en un 50%, mientras que la Coca-Cola un 41%.
No obstante, otro dato relevante que aparece es que los aumentos de precios de los insumos están sumamente pegados al dólar y euro -los cuales tuvieron un incremento en su cotización del 53% y 59.9%-. En este sentido, Tsallis comentó que "con esto queda claro que nadie gana plata o se deja plata, simplemente, queda reflejado que sólo dos actores de la industria absorben la inflación, son el sólo objetivo de seguir siendo competitivos y no perder el terreno ganado durante todos estos años".
Frente a los datos analizamos, es que Tsallis manifestó que aquellos productores de menos de 15 hectáreas se van a caer. En relación al mal año del productor primario, contó que no sólo se da por un precio bajo, sino también por una mala cosecha (por las contingencias climáticas y sobre todo las blancas). "Esta ecuación va a dejar afuera a más de uno, así como también se pone al descubierto una problemática "la falta de trabajos en las viñas por no contar con el dinero y en consecuencia baja calidad en las próximas cosechas"".
A pesar de la devaluación de meses atrás, el ingeniero sentenció que la única forma de sobrellevar esta tendencia alcista de los precios "es parar con la maquina-con la inflación-, porque estamos matando también las inversiones nuevas, así como los proyectos existentes, las cuales seguramente este año van a ser cero".
En este sentido, "es que tendríamos que trabajar todos juntos, desde las empresas proveedoras hasta el productor y la bodega".
Finalmente, comentó que esto sucede también porque la vitivinicultura es una industria que a nivel nacional no representa un gran porcentaje en la actividad económica nacional (alrededor del 3%), por lo que no puede hacer gran presión a diferencia de la soja o el maíz, sin embargo, remarcó que "a nivel provincial es la industria madre, por lo que es importante que las autoridades nacionales haga acuse de esta situación".
Fuente: Area del Vino
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