
Este aguardiente tiene 40 grados de alcohol y sus
sabores recuerdan a los frutos rojos con notas de frutos secos, debido a
los aromas procedentes de los huesos de las cerezas machacadas y
maceradas.
El kirsch es un destilado único dentro de su clase, puesto que es el único aguardiente de un fruto rojo que se hace siguiendo la norma general de los aguardientes. El resto de los aguardientes de frutos rojos (fresas, frambuesas,...), se admiten como aguardientes aunque provienen de la destilación de frutos rojos macerados en lugar de fermentados, y se admite así porque es extremadamente difícil fermentar un fruto rojo.
El proceso de fermentación de la cereza es bastante particular ya que la cereza no es un fruto rojo sino una fruta roja, y, aunque su color nos engañe, no pertenece a la misma familia que las fresas, las moras o las frambuesas, que son frutos de arbusto y no de árbol.
El kirsch es un destilado único dentro de su clase, puesto que es el único aguardiente de un fruto rojo que se hace siguiendo la norma general de los aguardientes. El resto de los aguardientes de frutos rojos (fresas, frambuesas,...), se admiten como aguardientes aunque provienen de la destilación de frutos rojos macerados en lugar de fermentados, y se admite así porque es extremadamente difícil fermentar un fruto rojo.
El proceso de fermentación de la cereza es bastante particular ya que la cereza no es un fruto rojo sino una fruta roja, y, aunque su color nos engañe, no pertenece a la misma familia que las fresas, las moras o las frambuesas, que son frutos de arbusto y no de árbol.
El kirsch es presente en cualquier casa de Alemania, Austria o Bélgica e incluso de las zonas limítrofes francesas,
donde se toma como aperitivo, después de comer como digestivo, o
tradicionalmente acompañando a algunos platos como las fondues de queso o
como ingrediente en la elaboración de bizcochos borrachos de arándanos o
frambuesas.
Fuente: mailxmail.com
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