Al alzarse con el premio máximo en la categoría "Vin Rouge" (vino
tinto) en el prestigioso concurso Vinalies Internationales 2014,
realizado en París por la Unión de Enólogos de Francia, el Famiglia
Bianchi Reserva Malbec 2012 se impuso por sobre 3500 vinos de 41 países.
Muchos de sus competidores ostentaban afamadas denominaciones de origen
(como Bordeaux o Ribera del Duero) y exhibían precios
significativamente más altos que los 96 pesos que cuesta el Famiglia en
cualquier supermercado, lo que lleva a preguntarse: ¿son tan buenos
nuestros vinos como para que 150 expertos prefieran a un malbec
argentino por sobre etiquetas de todo el mundo?, y ¿puede un vino de 96
pesos estar a la altura de uno de 300 euros?
"Hay muchos vinos muy buenos a precios lógicos, que incluso pueden superar en puntaje a vinos más caros. Ahí está la gracia del vino: no hace falta gastar dinero, sino que hay que saber elegir", afirma el periodista especializado en vinos Joaquín Hidalgo.
"A la hora de catar a ciegas, es posible que un vino de 80 pesos esté a la par de uno de 500, o uno de 40 con uno de 300. Todos pueden obtener buenos puntajes. Sólo que en la media, los vinos elaborados en gamas mayores de precios, y, por lo tanto, más cuidados, ofrecen mayor cantidad de matices y, por ende, suelen obtener puntajes más altos, porque se acercan más a la experiencia tope que busca un catador", agrega Hidalgo, creador de Vinómanos, la primera wine app de la Argentina.
¿Qué es entonces lo que los 150 jueces internacionales que en Vinalies premiaron al Famiglia encontraron en la copa? "Creo que lo que impactó ha sido la elegancia y la complejidad que tiene este vino, sin dejar de ser en esencia un buen malbec, con mucha fruta y mucha presencia", opina su responsable, Facundo Pereira, gerente de enología de Casa Bianchi, que, por otro lado, destaca la relación positiva precio-calidad del Famiglia y de los vinos argentinos en general. "En un mundo que dice: «No puedo gastar tanta plata», los vinos argentinos han demostrado una excelente relación precio-calidad, y eso es lo que ha abierto las puertas a que muchos quieran probar nuestros vinos".
Claro que la puerta que condujo a la premiación del concurso no la abrió el precio, ya que la evaluación fue a ciegas. "Al hacerse a ciegas, la cata despersonaliza al vino, se lo despoja de todas las preconcepciones y prejuicios que pueden asociarse a su etiqueta, y se lo juzga en su esencia", agrega Pereira.
El problema es que en la góndola del súper o de la vinoteca los vinos no se compran a ciegas (ni se catan previamente, o por lo menos no siempre, ya que algunas vinotecas ofrecen degustaciones). La etiqueta y el precio del vino son los únicos dos elementos con los que cuenta cualquier mortal para elegir entre la avalancha de productos que se le ofrecen. Muchos piensan: ¿cuánto más caro, mejor? Pero, en los vinos, ¿es directamente proporcional la relación precio-calidad?
"Hay muchos vinos muy buenos a precios lógicos, que incluso pueden superar en puntaje a vinos más caros. Ahí está la gracia del vino: no hace falta gastar dinero, sino que hay que saber elegir", afirma el periodista especializado en vinos Joaquín Hidalgo.
"A la hora de catar a ciegas, es posible que un vino de 80 pesos esté a la par de uno de 500, o uno de 40 con uno de 300. Todos pueden obtener buenos puntajes. Sólo que en la media, los vinos elaborados en gamas mayores de precios, y, por lo tanto, más cuidados, ofrecen mayor cantidad de matices y, por ende, suelen obtener puntajes más altos, porque se acercan más a la experiencia tope que busca un catador", agrega Hidalgo, creador de Vinómanos, la primera wine app de la Argentina.
¿Qué es entonces lo que los 150 jueces internacionales que en Vinalies premiaron al Famiglia encontraron en la copa? "Creo que lo que impactó ha sido la elegancia y la complejidad que tiene este vino, sin dejar de ser en esencia un buen malbec, con mucha fruta y mucha presencia", opina su responsable, Facundo Pereira, gerente de enología de Casa Bianchi, que, por otro lado, destaca la relación positiva precio-calidad del Famiglia y de los vinos argentinos en general. "En un mundo que dice: «No puedo gastar tanta plata», los vinos argentinos han demostrado una excelente relación precio-calidad, y eso es lo que ha abierto las puertas a que muchos quieran probar nuestros vinos".
Claro que la puerta que condujo a la premiación del concurso no la abrió el precio, ya que la evaluación fue a ciegas. "Al hacerse a ciegas, la cata despersonaliza al vino, se lo despoja de todas las preconcepciones y prejuicios que pueden asociarse a su etiqueta, y se lo juzga en su esencia", agrega Pereira.
El problema es que en la góndola del súper o de la vinoteca los vinos no se compran a ciegas (ni se catan previamente, o por lo menos no siempre, ya que algunas vinotecas ofrecen degustaciones). La etiqueta y el precio del vino son los únicos dos elementos con los que cuenta cualquier mortal para elegir entre la avalancha de productos que se le ofrecen. Muchos piensan: ¿cuánto más caro, mejor? Pero, en los vinos, ¿es directamente proporcional la relación precio-calidad?
Costo, calidad y fantasía
En principio, la respuesta es sí, pero no un sí absoluto; hasta cierto punto el precio del vino refleja el costo de elaboración y, a mayor costo, es de esperar mayor calidad.
"Hay una franja en la que el precio tiene justificación de costos: uvas más caras, barricas más caras, botellas más caras, enólogos y profesionales altamente remunerados, bodegas costosas. Esa cuenta se verifica siempre por debajo de los 50
60 pesos. Ahí, cada peso de aumento en los costos se traduce en un aumento del precio del vino. Esa brecha se estira hasta los 100/120 pesos hoy, aunque con la inflación es difícil establecer una barrera. De ahí en más, el precio no responde al costo, sino a un planteo comercial: si es más o menos exclusivo, a quién le habla la marca y quiénes son sus consumidores", explica Hidalgo.
"A partir de los 150 pesos, el precio de una botella se explica por una cuestión de marketing y de posicionamiento -coincide Fabricio Portelli, periodista especializado en vinos y sommelier-. El problema es que muchas bodegas miran a la de al lado para fijar sus estrategias de marketing y, entonces, si una sube el precio por alguna razón específica, las de al lado también lo suben. Por eso hay muchos vinos con precios inflados y consumidores que nunca llegan a terminar de enganchase con esas marcas."
"En la Argentina, hemos visto vinos de 700 pesos que pasaron a valer 1400 de un año al otro. Eso no lo explica la inflación ni otro factor que no sea que al vino le fue muy bien afuera y la demanda lo llevó a ese precio", recuerda Alejandro Iglesias, sommelier que se encuentra a cargo de seleccionar las etiquetas que ofrece a sus socios el club de vinos BonVivir.
"Entre una botella de 100 pesos y una de 200, uno quizá pueda apreciar una diferencia importante, pero cuando un vino supera los 300 o 400 nadie puede terminar de justificar el porqué. Como decía un bodeguero local: no existe la uva de 100 pesos el kilo, todos pagamos lo mismo por nuestros insumos -agrega Iglesias-. Un bodeguero francés me dijo algo que luego me confirmaron enólogos locales: no existe en el mundo un vino que justifique un costo total mayor a 12 euros."
Pero Iglesias advierte que la calidad del vino no es el único factor que orienta la elección del consumidor. "La mayoría de los consumidores cuando abren una botella buscan la imagen de determinada botella en la mesa o el saber que al regalar un vino van a quedar bien. Y a veces todos esos factores no te los cubre sólo la calidad del vino: te los cubre el peso de la etiqueta. Y creo que eso también es respetable."
"Cada uno sabe lo que puede invertir en una botella de vino -afirma Portelli-. En función de eso, deberá primar la ocasión de consumo y qué quiero lograr: quiero impactar, quiero quedar bien con un regalo, quiero cumplir o que todos hablen del vino. Para lograr este tipo de cosas, hay que hacer el mínimo esfuerzo de informarse un poco."
Como elemento orientador, de a poco comienza a cobrar peso en la Argentina el valor del periodismo especializado en vinos: "Cada vez más consumidores empiezan a guiarse por el puntaje o la recomendación que al respecto de un vino pueda hacer un conocedor", afirma Iglesias. La mencionada aplicación Vinómanos ofrece por ejemplo una sección en la que, por franja de precios, recomienda vinos de excelente relación precio-calidad.
Elige tu propia aventura
Pero, ¿hay algo que el precio como único indicador pueda decir sobre una etiqueta? "Un vino de hasta 50 pesos da fruta y algo de maderización. Un vino de $ 51
150 ya tiene valores agregados como uvas de origen específico, una firma reconocida o partida limitada -dice Portelli-. De ahí para arriba, se puede justificar el precio de un vino a partir de un viñedo único, de un paso por madera prolongado, de cierta originalidad y escasez y, sobre todo, por el prestigio de la marca o la bodega."
Pero en cuanto a la calidad, asegura Iglesias, "hoy en la Argentina se puede encontrar un buen vino por 30 pesos, por 50 y por 80". ¿Cómo encontrarlo? Para eso hay críticos y, también, la propia experiencia. "Bebiendo, uno se acostumbra a ponderar la relación entre calidad y precio -concluye Hidalgo-. Cuando se conoce algo de vinos, se aprende a gastar menos de lo que la vanidad y la billetera precisan justificar."
Seis best buy por debajo de los $ 100
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1674347-puede-un-vino-de-96-pesos-ser-el-mejor-del-mundo
En principio, la respuesta es sí, pero no un sí absoluto; hasta cierto punto el precio del vino refleja el costo de elaboración y, a mayor costo, es de esperar mayor calidad.
"Hay una franja en la que el precio tiene justificación de costos: uvas más caras, barricas más caras, botellas más caras, enólogos y profesionales altamente remunerados, bodegas costosas. Esa cuenta se verifica siempre por debajo de los 50
60 pesos. Ahí, cada peso de aumento en los costos se traduce en un aumento del precio del vino. Esa brecha se estira hasta los 100/120 pesos hoy, aunque con la inflación es difícil establecer una barrera. De ahí en más, el precio no responde al costo, sino a un planteo comercial: si es más o menos exclusivo, a quién le habla la marca y quiénes son sus consumidores", explica Hidalgo.
"A partir de los 150 pesos, el precio de una botella se explica por una cuestión de marketing y de posicionamiento -coincide Fabricio Portelli, periodista especializado en vinos y sommelier-. El problema es que muchas bodegas miran a la de al lado para fijar sus estrategias de marketing y, entonces, si una sube el precio por alguna razón específica, las de al lado también lo suben. Por eso hay muchos vinos con precios inflados y consumidores que nunca llegan a terminar de enganchase con esas marcas."
"En la Argentina, hemos visto vinos de 700 pesos que pasaron a valer 1400 de un año al otro. Eso no lo explica la inflación ni otro factor que no sea que al vino le fue muy bien afuera y la demanda lo llevó a ese precio", recuerda Alejandro Iglesias, sommelier que se encuentra a cargo de seleccionar las etiquetas que ofrece a sus socios el club de vinos BonVivir.
"Entre una botella de 100 pesos y una de 200, uno quizá pueda apreciar una diferencia importante, pero cuando un vino supera los 300 o 400 nadie puede terminar de justificar el porqué. Como decía un bodeguero local: no existe la uva de 100 pesos el kilo, todos pagamos lo mismo por nuestros insumos -agrega Iglesias-. Un bodeguero francés me dijo algo que luego me confirmaron enólogos locales: no existe en el mundo un vino que justifique un costo total mayor a 12 euros."
Pero Iglesias advierte que la calidad del vino no es el único factor que orienta la elección del consumidor. "La mayoría de los consumidores cuando abren una botella buscan la imagen de determinada botella en la mesa o el saber que al regalar un vino van a quedar bien. Y a veces todos esos factores no te los cubre sólo la calidad del vino: te los cubre el peso de la etiqueta. Y creo que eso también es respetable."
"Cada uno sabe lo que puede invertir en una botella de vino -afirma Portelli-. En función de eso, deberá primar la ocasión de consumo y qué quiero lograr: quiero impactar, quiero quedar bien con un regalo, quiero cumplir o que todos hablen del vino. Para lograr este tipo de cosas, hay que hacer el mínimo esfuerzo de informarse un poco."
Como elemento orientador, de a poco comienza a cobrar peso en la Argentina el valor del periodismo especializado en vinos: "Cada vez más consumidores empiezan a guiarse por el puntaje o la recomendación que al respecto de un vino pueda hacer un conocedor", afirma Iglesias. La mencionada aplicación Vinómanos ofrece por ejemplo una sección en la que, por franja de precios, recomienda vinos de excelente relación precio-calidad.
Elige tu propia aventura
Pero, ¿hay algo que el precio como único indicador pueda decir sobre una etiqueta? "Un vino de hasta 50 pesos da fruta y algo de maderización. Un vino de $ 51
150 ya tiene valores agregados como uvas de origen específico, una firma reconocida o partida limitada -dice Portelli-. De ahí para arriba, se puede justificar el precio de un vino a partir de un viñedo único, de un paso por madera prolongado, de cierta originalidad y escasez y, sobre todo, por el prestigio de la marca o la bodega."
Pero en cuanto a la calidad, asegura Iglesias, "hoy en la Argentina se puede encontrar un buen vino por 30 pesos, por 50 y por 80". ¿Cómo encontrarlo? Para eso hay críticos y, también, la propia experiencia. "Bebiendo, uno se acostumbra a ponderar la relación entre calidad y precio -concluye Hidalgo-. Cuando se conoce algo de vinos, se aprende a gastar menos de lo que la vanidad y la billetera precisan justificar."
Seis best buy por debajo de los $ 100
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1674347-puede-un-vino-de-96-pesos-ser-el-mejor-del-mundo
Para todos los gustos y fáciles de conseguir
Cafayate malbec
Bodegas Etchart
Precio: $ 35,40
Un tinto a prueba de balas. Buen malbec salteño, es una explosión de fruta a un precio irrisorio.
Durigutti clásico Moscatel
Familia Durigutti
Precio: $ 70
Un moscatel que ofrece una mirada moderna de una cepa emblemática.
PIrcas negras torrontés
La Riojana Coop.
Precio: $ 40
Floral y con una ácidez envidiable, se trata además de un vino orgánico.
505 vineyard rosado
Bodega Casarena
Precio: $ 64
Blend de malbec (70%) y cabernet franc (30%), un rosado intenso y con personalidad.
Malma finca la papay malbec
Bodega NQN
Precio: $ 65
Un malbec suave, pero con estructura, de los que sabe dar la Patagonia.
Pródigo Malbec/bonarda
El Hijo Pródigo Winery
Precio: $ 60
Gran corte de dos cepas que se llevan muy bien juntas.
Bodegas Etchart
Precio: $ 35,40
Un tinto a prueba de balas. Buen malbec salteño, es una explosión de fruta a un precio irrisorio.
Durigutti clásico Moscatel
Familia Durigutti
Precio: $ 70
Un moscatel que ofrece una mirada moderna de una cepa emblemática.
PIrcas negras torrontés
La Riojana Coop.
Precio: $ 40
Floral y con una ácidez envidiable, se trata además de un vino orgánico.
505 vineyard rosado
Bodega Casarena
Precio: $ 64
Blend de malbec (70%) y cabernet franc (30%), un rosado intenso y con personalidad.
Malma finca la papay malbec
Bodega NQN
Precio: $ 65
Un malbec suave, pero con estructura, de los que sabe dar la Patagonia.
Pródigo Malbec/bonarda
El Hijo Pródigo Winery
Precio: $ 60
Gran corte de dos cepas que se llevan muy bien juntas.
Fuente: Area del Vino
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