Si Cristobal Colón hubiese dado cualquier cosa por llegar a El Gato Negro,
el imperio de las especias en Buenos Aires. Ubicado en la tradicional
Av. Corrientes, este antiguo negocio mantiene un estilo de refinado
almacén donde se ofrecen especias de todos los rincones del mundo y múltiples mezclas de tés y cafés, que también se sirven en el lugar.
La tienda, creada en 1928 en Corrientes casi esquina Rodríguez Peña, atesora aromas y sabores y es un clásico y tradicional bar y restaurante de Buenos Aires, declarado Café Notable y Patrimonio Histórico.
La casa mantiene intacto el estilo de un almacén elegante: mostradores y vitrinas de roble y fresno Italiano, arañas holandesas de bronce, sillas Thonet, entendidos y amables vendedores.
En el interior de la tienda, invadida por un cautivante aroma, se
exhiben para la venta semillas y hierbas aromáticas, condimentos,
especias en frascos y especieros de porcelana, y una selección de
chocolates, salsas, frutas glaceadas y pescados envasados.
En cuanto a la variedad de tés del lugar, recomendamos probar el blend Especiado que contiene canela, cardamomo, clavo de olor y otras especias perfumadas, para acompañar la torta de frutas secas.
También se destacan los cafés exóticos que son tostados
artesanalmente en el local con la misma tostadora de la época de origen
del almacén y pueden ser tomados en cualquiera de sus pequeña mesas de
madera acompañados por la pastelería del lugar.
Todo tiene su historia, te contamos a continuación la de este lugar.
El Gato Negro es obra de apasionados que durante más de 80 años perfeccionaron su especialidad y buscaron la excelencia.
En 1927, el aventurero español Victoriano López
Robredo, que había contraído matrimonio con una argentina, abrió un
negocio de especias al que llamó La Martinica en la entonces angosta
calle Corrientes al 1600.
Al año siguiente decidió trasladarse a
un local más amplio al que llamó El Gato Negro en el nº 1669 de la misma
calle, entre las calles Montevideo y Rodríguez Peña, que es donde se
encuentra actualmente.
Victoriano había vivido a lo largo de cuarenta años en Ceylán, en
Singapur y las Filipinas, como empleado de una empresa británica que
viajaba por malasia y Manchuria, realizando aquella travesía de once
días en el Transiberiano Orient Express.
En uno esos viajes se le ocurrió utilizar el símbolo del gato sentado
con su moño rojo que estaba impreso en el menú del coche comedor.
En 1969, el hijo de Victoriano, Benigno
Andrés López Robredo, abandonó su carrera de ingeniero industrial y
dedicó gran parte de su tiempo al estudio de las especias y al
desarrollo de las diferentes combinaciones y mezclas cuyas fórmulas mantienen en secreto.
Actualmente, su dueño es Jorge Crespo,
nieto del mencionado fundador López Robredo, quien en 1997 decidió poner
mesas para los curiosos que iban a ver cómo se molía el café.
Fue declarado patrimonio histórico por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y pertenece al selecto grupo de “Bares Notables”
de Buenos Aires, por ser uno de los más representativos de la misma.
Por esta razón es apoyado por programas oficiales del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires.
Dónde queda: Av. Corrientes 1669
Tel: 4374-1730 / 4371-6942
Tel: 4374-1730 / 4371-6942
Fuente: blogs.infobae.com
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