jueves, 5 de junio de 2014

“Cafeomancia”: el secreto de nuestra vida, en un café

La lectura de la borra del café es un arte milenario de origen armenio que usa las manchas que deja el café para interpretar y conocer el alma de una persona.

La borra de café revela aquello que está oculto en el interior de la persona. La información está dentro de cada uno, quiere decir que todos tenemos una sabiduría, una voz interior que nos permite conocer si estamos en el camino correcto (o no) y si debemos realizar algún cambio. Lo que ocurre es que -a veces- no la escuchamos por las interferencias del afuera. 

La cafeomancia permite analizar en profundidad los conflictos que surgen en el camino de una persona y dar claridad para actuar en base a la fidelidad a uno mismo. El café habla de un tema situado en el presente o el futuro cercano. Siempre, en un comienzo, aparece el conflicto actual de la persona, sin que diga una sola palabra al respecto.

Al ser una técnica que explora en profundidad, invita al consultante a mirar hacia su interior, a ver sus propios errores, por eso, fundamentalmente, ayuda a ver por qué ocurre lo que ocurre y qué se debe hacer para evitarlo. Si aparecen escenas que tienen que ver con el pasado de la persona es para indicarle aquello que debe dejar atrás, que debe transmutar y desterrar de su interior. A veces lo que debe dejar atrás es una situación dolorosa, un vínculo nocivo o lo, más frecuente, una actitud que le hace mal.

Un poco de historia

Si bien hay varias opiniones acerca del origen de esta tradición (algunas de las cuales se le adjudican a los franceses) y no hay una certeza al respecto, la idea más arraigada dice que este arte proviene de Persia y Arabia y que se estableció en Armenia y zonas aledañas antes que en Europa. Viajeros, mercaderes y comerciantes europeos propagaron esta disciplina a otros países. La primera obra conocida que aborda el tema, corresponde a un adivino florentino llamada Tomás Tamponelli quién -en el siglo XVII- redactó un sencillo manual de cafeomancia. También existe información que prueba que en las cortes de los zares de Rusia y en los caravasares (lugar donde descansaban las caravanas) esta práctica tenía grandes adeptos.

En Armenia la lectura del café es un arte que forma parte de la cultura y la tradición, que se viene transmitiendo de generación en generación, es por ello que no existen documentos acerca de los métodos ni de los orígenes exactos de la práctica.

La preparación del café y de la persona

“Surch tarznel” (literalmente: “dar vuelta el café”) es en idioma armenio la manera de llamar esta tradición. Su preparación es todo un ritual ya que requiere de un cuidado especial. Se puede utilizar el tipo Moka o Colombia molido impalpable o una mezcla de ambos.

Los armenios llaman “Jezvé” al recipiente de cobre o bronce en el cual se realiza la preparación. Para hacerlo, se coloca sobre el fuego y hay que vigilarlo de cerca porque si rompe el hervor ya no sirve. Cada persona debe beberlo sin apuro, saboreando cada sorbo y concentrado en sus pensamientos. Cuando termina todo el líquido y llega a la borra depositada en el fondo del pocillo, se da vuelta hacia afuera y se deja apoyado sobre el plato esperando que la borra vaya cayendo y se formen las figuras que se interpretarán.

Imágenes recurrentes

Las imágenes hablan, cuentan una historia, un mensaje que vale la pena escuchar, no como un vaticinio sino como un aprendizaje. En este proceso es importante no sugestionarse, tomar lo que dice el café desde un punto de vista simbólico, simplemente como una información que la persona va a recibir, que le puede ser útil para modificar, profundizar o encontrar una orientación acerca de una situación que lo preocupa.

Más allá de las interpretaciones personalizadas, hay muchas imágenes que se repiten sucesivamente en varias sesiones y de diferentes maneras. Generalmente, no son un “leit motiv” pero se transforman en detalles muy aprovechables para desarrollar con el consultante. Esta información no pretende ser un código generalizado para interpretar la borra del café sino que es un código o un mapa que se conforma de diversos factores la mancha, la persona que bebió el café, la intuición y lo que fluya en ese momento.

Gran parte de la atracción de la cafeomancia reside en lo sorprendente que resulta pensar en que algo tan cotidiano como beber una taza de café pueda ser un canal para revelar ciertos aspectos de nuestra vida y nuestro futuro.

Por Laura Keoroglian.
Más info: www.borradelcafe.com, o en Facebook

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.clarin.com

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