lunes, 12 de agosto de 2013

De la mesa a la salud: ¿Somos lo que comemos?

“Somos lo que comemos”, dice la máxima. Según ella –y quienes la sostiene- todo se traduce en nuestro bienestar y se refleja en nuestra salud y nuestro cuerpo. Por eso, cada día son más lo que renuncian a la carne, optan por productos orgánicos y buscan especias exóticas. El mercado, sin dudas, se abrió a las nuevas dietas, y las opciones  florecen en cada esquina. Algunos lo hacen por convicción, otros en busca del bienestar físico y el resto por simple placer. 

Por el motivo que sea, hoy son cada vez más los veganos, los macrobióticos, los ayurvedistas y seguidores del raw food que están haciendo crecer una nueva y muy distinta forma de comer.
Una guía para descubrir cada tendencia, sus particularidades y sus beneficios.  

Veganismo. Ser vegano consiste en abstenerse de consumir productos de origen animal: carne, lácteos, huevos y miel, entre otros. Pero es también una filosofía de vida, pues no se utiliza ropa de cuero, lana o seda. En tanto, cualquier producto cosmético que usen no debe de haber sido testeados en animales, ya que el veganismo promueve el derecho que éstos tienen a no ser considerados propiedad privada. ¿En que se basa la dieta? Soja, quinoa, seitán, verduras y frutas. Utilizan también mucho glúten de trigo, con el que se pueden hacer desde milanesas hasta pizzas. Es por eso, quizás, que el bajo nivel de colesterol de los veganos sorprende al mundo.

Macrobiótica. La cocina macrobiótica, a diferencia de las otras tendencias, no prohíbe nada ni exige practicar ningún tipo de creencia. En este caso, se prioriza el aspecto medicinal de la alimentación, considerándosela como determinante de la salud. Dado que la mayoría de las enfermedades están relacionadas con una flora intestinal débil o una mala irrigación sanguínea, los macrobióticos buscan un equilibrio tanto físico como emocional a través de su . Pero a no confundirse, los macrobióticos no son necesariamente vegetarianos. Hay dietas especiales para cada dolencia y para cada tipo de organismo. Al comienzo, cuesta desligar las ganas con lo que uno necesita pero, con el correr del tiempo, el practicante va notando los cambios y entendiendo que el ingerir determinados alimentos produce determinado resultado en su cuerpo. Con esta simple toma de conciencia de las causas y las consecuencias, el organismo entra en una dinámica de plenitud.

Ayurveda. El Ayurveda es una práctica milenaria nacida en la India cuya filosofía es: “la primera farmacia está en la cocina”. “Ayur” significa vida y “veda”, conocimiento. El ayurveda indica qué hacer para estar sanos y cómo sanar desequilibrios cuando se instalan. No pretende curar un cáncer avanzado, pero sí las molestias cotidianas que sufren la mayoría de las personas. ¿Qué basa? Es un sistema holístico que integra mente, cuerpo y espíritu. Se basa en las distintas energías que nos componen. Si bien siempre hay una que predomina en cada uno de nosotros, a veces el desequilibrio alimenticio nos lleva a un desequilibrio espiritual, por lo que podemos sufrir determinados problemas como sobrepeso, colesterol, caída del pelo o dificultad para engordar.

Raw Food. El Raw Food está sumamente relacionado con la movida ecológica. Es comida vegana, orgánica y sin cocción, ya que consiste en comer sólo cosas crudas. La dieta consiste principalmente en: vegetales, frutas frescas y secas, leche de semillas, alimentos fermentados y deshidratados. Evitando las temperaturas elevadas se mantienen intactas las enzimas de los alimentos. Esta corriente busca tanto el bienestar físico como la espiritualidad, ya que con su práctica se sostiene una comunión con los seres vivos y se renueva el amor por la tierra aceptando los alimentos como son en su esencia, sin enmascararlos con procedimientos de cocción.

El doctor Adrian Jaime es director de Medical Center Dermoestética & Antiaging.

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com

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