Hace poco hablábamos en Vitónica sobre lo útil que resultan las clases de educación física para hacer que los niños sean más activos
y, por lo tanto, tengan un estilo de vida más saludable. Reflexionando
sobre el tema, como se ve en los comentarios de dicha entrada, creo que
todos llegamos más o menos a una conclusión similar: la educación física es más que hacer ejercicio.
Por educación física no solo debe permanecer el concepto de
asignatura obligatoria que cada vez ve más reducida su presencia en las
escuelas e institutos, puesto que no es simplemente una asignatura para
hacer ejercicio: La educación física es una asignatura para enseñar a
vivir, a alimentarse, a inculcar por qué es sano hacer ejercicio.
En el artículo que enlazo en el primer párrafo se habla de que
aumentando las clases de educación física se consigue que los niños
cumplan con el mínimo de actividad física que recomiendan los organismos
de salud (en este caso hace referencia a los de Estados Unidos). Sin
embargo, creo que es interesante hablar no solo de la cantidad, sino también de la calidad.
El objetivo de la educación física en escuelas e
institutos no puede ser únicamente “obligar” a que los niños estén
activos, sino que la idea principale es inculcarles valores, hábitos
saludables, conocimientos acerca de por qué hay que comer más de unos
alimentos que de otros, por qué unos son saludables y otros pueden
perjudicar… La educación física debe suponer un sustento en el que un
niño o adolescente pueda ir sentando las bases para una vida adulta
activa y saludable.
Como siempre en estos casos, parte de responsabilidad está en la escuela o insituto, así como en los educadores encargados de impartir esta asignatura, sin olvidar que la responsabilidad más grande es la de los padres.
De nada sirve enseñar en la escuela para que lo enseñado se pierda nada
más salir por la puerta. La casa de cada niño es el lugar donde
realmente la educación física puede calar hondo: padres que hacen
ejercicio transmitirán esta afición a sus hijos. Padres que salen a
montar en bicicleta o a hacer senderismo con sus hijos plantarán en
ellos la semilla de este estilo de vida.
También con temas de nutrición: los niños no solo
deben aprender que hay que comer de esto y no de lo otro: explicarles el
por qué ayudará a que las prohibiciones sean comprensibles. Por
supuesto, esto es solo mi punto de vista. Como seguro que me dejo muchas
cosas importantes en el tintero, os espero en los comentarios.
Imagen | ourbethlehem
Fuente: vitonica.com
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