Con la compra de NQN, las familias Eurnekian y Viola se convirtieron
en uno de los grupos más importantes de Argentina. De hecho, la revista
Forbes los incluyó entre los 15 grupos vitivinícolas más importantes
del país. En esta entrevista, Julio Viola se refiere al futuro de la
empresa que comanda y al de la vitivinicultura argentina en general.
-¿Cómo surgió la idea de esta compra?
Es
una bodega vecina y uno a los vecinos siempre los mira con cariño
(ríe). Bodega NQN tenía cosas que nosotros no teníamos y viceversa. De
alguna manera, Del Fin del Mundo, entre viñas y bodega, es entre cuatro
o cinco veces más grande que NQN. Sin embargo, Del Fin del Mundo vende
14 veces más en volumen y 12 veces más en facturación. Teníamos una
potencialidad de comercialización que NQN no tenía hasta ahora y le
podíamos adicionar esta capacidad fácilmente. Esa fue una de las razones
y otra, la cercanía. Hay dos mil metros entre una bodega y la otra,
separados por viñedos que están juntos.
-¿Por qué decidieron seguir apostando a la región patagónica en lugar de llegar a otras?
Tanto
la marca NQN como Malma, tienen muchas fortalezas y no estaban
desarrolladas. Por eso vimos la oportunidad de desarrollar otra marca de
la Patagonia. Además, no teníamos restaurante y NQN lo tiene, así
como una posada muy linda y otros atractivos que se suman. De todos
modos, nuestra idea es seguir crececiendo en otras regiones como por
ejemplo en Mendoza.
-En este sentido, ¿qué tienen pensado?
No
se pueden hacer todas las inversiones al mismo tiempo. En la medida en
que vayamos creciendo, planeamos tener también una pata en la región
productiva más importante del país que es Mendoza.
-¿Planean comprar otra bodega y viñedos en Mendoza?
Por
ahora lo podemos llamar como "un desarrollo comercial en la zona de
Cuyo", sustentado con una base productiva una bodega y una viña. Por
supuesto, lo más importante en Cuyo es la bodega o las instalaciones,
porque después el resto es distinto. En la Patagonia es necesario tener
viñedos propios porque no hay productores sólo de uva. En cambio, en
Mendoza, muchas bodegas han desarrollado marcas, prácticamente sin
viñedos propios, comprando la uva o el vino.
-¿Cómo queda el paquete accionario de NQN?
El
50% es de la familia Eurnekian y el 50% de la familia Viola, en donde
se mantienen los mismos porcentajes que en Bodega del Fin del Mundo.
-¿Cuál es la capacidad de producción de las bodegas?
En
el mismo año, pasamos de 8 a 9 millones de litros de la capacidad de
Del Fin del Mundo y ahora, NQN tiene una capacidad de 180.000 litros
más. Aquí hay que aclarar que NQN es una bodega independiente. Si bien
la administración va a estar unificada y la gestión de la
comercialización también, los productos están separados. De hecho, NQN
sigue teniendo a Sergio Pomar como enólogo y a Roberto de la Mota como
asesor, mientras que Del Fin del Mundo tiene a Marcelo Miras como
enólogo y a Michel Rolland como asesor.
-Con esta nueva adquisición, ¿cuáles son las perspectivas para este año?
Mas
allá de las fortalezas que vemos en NQN y del crecimiento que puede
llegar a tener, sabemos que no es el mejor momento del mercado
internacional ni del mercado nacional. En el mercado externo, tenemos
los problemas del mundo más lo que nos nosotros le agregamos con el tipo
de cambio y con alguna política de tipo comercial. Por otro lado, el
mercado doméstico tampoco está en su mejor momento. Si bien espero que
no sea un año tan duro, al menos creo que no habrá un balance altamente
positivo.
-¿Cuánto tiene previsto crecer?
Nuestro
presupuesto de ventas de este año proponía un crecimiento del 15%
comparado con el año anterior. Por ejemplo, en Bodega del Fin del Mundo,
nos propusimos crecer 15% en volumen con respecto al año pasado, algo
que nos está costando mucho mantener. De todos modos estamos cerca y
vamos cumpliendo los objetivos con mucho esfuerzo.
-¿Y con respecto a la rentabilidad?
La
rentabilidad de dos dígitos es algo de lo que hay que olvidarse por un
tiempo largo. Esto es lo que hace que las compañías busquen escala y
sean más eficientes en sus procesos, porque cuando la rentabilidad se
achica, cualquier problema o inconveniente se transforma en un problema
grave, debido a que no hay margen para corrección.
-¿Cree que la marca Patagonia ayuda a traccionar la venta de vinos en el exterior de esta región?
Sí,
creo que sí. Además, es obvio que la marca Patagonia está teniendo un
peso fuerte en la comercialización de los productos y está traccionando
de una manera distinta los productos. Creo que las bodegas patagónicas
nos hemos visto favorecidas por este fenómeno.
-¿Cómo ve el resto de 2012?
No
creo que sea un año ni trágico ni espectacular, sino más bien
tranquilo. El gran desafío será tratar de ser lo más eficientes posible
para soportarlo.
No será un año en donde tengamos
rentabilidades importantes. Lo que podría llegar a cambiar un poco el
panorama, es toda la gran incógnita que se genera con China porque allí
tenemos una oportunidad con un vino con precio diferencial. El
problema es que este mercado es muy grande y atacarlo de forma
individual es todo un tema. Se debería hacer una sociedad de bodegas.
Bodega Del Fin Del Mundo
Bodega Del Fin Del Mundo
nace en 1999 con la plantación de los primeros viñedos, en San
Patricio del Chañar, Provincia de Neuquén. Fundada por la familia
Viola, la bodega inaugurada en 2003, cuenta con más de 800 hectáreas
propias de viña donde se cultivan variedades como: Malbec, Cabernet
Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah, Sauvignon Blanc, Semillón y
Chardonnay. En abril de 2009, la familia Eurnekian y la familia
Viola se asociaron en un proyecto para conquistar nuevos mercados y
posicionar los vinos argentinos en el mundo.
Fuente: Area del Vino
Fuente: Area del Vino
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