"Nos embarcamos en un objetivo difícil. La idea era cambiar de imagen pero sin dejar de lado nuestro pasado", explicó a Vinos & Bodegas Sebastián Goyenechea, actual director de la bodega y miembro de la quinta generación que, junto a hermanos y primos, actualmente está tomando la posta de la compañía, que comenzó a tomar forma allá por 1968, cuando la firma inició sus actividades como un almacén de ramos generales, hasta que en 1900 se adquirieron las primeras viñas.
Cabe destacar que actualmente la bodega produce unos 3,5 millones de litros y la mitad de esa producción está abastecida con uvas provenientes de unas 140 hectáreas de viñedos propios.
Goyenechea actualmente destina el 75% para el mercado interno, mientras que el 25% restante se envía a países como Alemania, Reino Unido, EE.UU., Canadá y México, entre otros.
Sebastián Goyenechea, la idea de encarar un cambio comenzó a gestarse cinco años atrás, cuando empezaron a modificar algunas prácticas en bodega, como la selección de racimos, para lograr vinos de mayor concentración, pensados para la alta gama.
"Hace años hablar de selección de racimos en la compañía era imposible, pero finalmente avanzamos con estos cambios y ya estamos viendo los resultados en los vinos", explicó el directivo, quien destacó que la idea, en esta nueva etapa, es apuntar los cañones a los segmentos de más alta rentabilidad, sin descuidar los grandes caballitos de batalla de la bodega, las líneas entry-level.
Pero el gran desafío, aseguró, fue el de poder elaborar vinos más modernos sin que perdieran el sello de la bodega centanaria.
"Nuestra generación vio que los vinos tintos estaban muy ligados al estilo de López. Lo que buscamos, sin perder de vista lo que hicimos todas estas décadas, era lograr un cambio de perfil en el estilo de los tintos, principalmente que no tengan tanta madera, buscar más fruta, más color y más concentración".
El segundo punto de la estrategia fue adaptar las etiquetas y el concepto de marca a la nueva realidad del mercado. Para ello, confiaron el trabajo en la Consultora Stg, que llevó adelante un trabajo de tres años hasta dar con la nueva identidad de marca.
"Con la consultora se hizo un estudio de mercado y ahí descubrimos que los consumidores tenían en cuenta la marca, pero no sabían en qué andaba la bodega, si seguía en la familia o no, sumado a que la denotaba una falta de modernidad y aggiornamiento", explicó Goyenechea.
En este contexto, Dolores Lavaque de Velasco, directora de Stg, aseguró que "era un punto fundamental entender cómo los veía la gente. Para ello hicimos focus groups con consumidores en cada gama de precios y realizamos entrevistas en vinotecas, restaurantes y supermerados. El paso siguiente fue ver su verdadero potencial con catas a ciegas. Con todos los resultados en la mano ahí sí llegamos a esta nueva imagen".
El nuevo concepto ya está viéndose plasmado en la mayoría de las etiquetas, pero también llegará a las redes sociales, donde buscarán aumentar la interactividad con los consumidores.
Radiografía de sus vinos
Actualmente, la bodega cuenta con seis líneas de vinos:
• Línea Espumantes: por ahora está conformada por un extra brut elaborado con uvas Chardonnay y Chenin (precio sugerido: $50).
• Línea Clásico: conformada por un Sauvignon Blanc y un Merlot Syrah ($19).
• Línea Varietal / Bivarietal: consta de seis variedades. Incluye un Chardonnay-Tocai y un Merlot Rosé ($26).
• Línea Centenario: conformada por tres etiquetas: un Malbec, un Cabernet Sauvignon y un Sauvignon Blanc ($46).
• Línea 5ta. Generación: es la línea de guarda e incluye un Malbec y un Cabernet Sauvignon ($76)
• 135 Aniversario: el tope de gama de Goyenechea. Se trata de una etiqueta que va variando añada tras añada y que puede ser un blend o un varietal, dependiendo de la calidad de las uvas ($160).
• Línea Clásico: conformada por un Sauvignon Blanc y un Merlot Syrah ($19).
• Línea Varietal / Bivarietal: consta de seis variedades. Incluye un Chardonnay-Tocai y un Merlot Rosé ($26).
• Línea Centenario: conformada por tres etiquetas: un Malbec, un Cabernet Sauvignon y un Sauvignon Blanc ($46).
• Línea 5ta. Generación: es la línea de guarda e incluye un Malbec y un Cabernet Sauvignon ($76)
• 135 Aniversario: el tope de gama de Goyenechea. Se trata de una etiqueta que va variando añada tras añada y que puede ser un blend o un varietal, dependiendo de la calidad de las uvas ($160).
La degustación se inició con el Sauvignon Blanc Centenario 2011, que tiene un precio sugerido al público de $46.
Para la bodega implica la incursión en el segmento de blancos de alta gama, dado que hasta ahora sólo producían blancos entry-level.
Al degustar este ejemplar nos encontramos con un Sauvignon Blanc hecho y derecho, con la tipicidad marcada a fuego, es decir, con una ruda que marca la columna vertebral de los aromas, para luego dar lugar a algunas notas cítricas.
Al no haber realizado maloláctica, en boca se vuelve sumamente fresco, convirtiéndose en un Sauvignon Blanc de perfil acerado. Y, a medida que avanza por el paladar, va liberando notas de cáscaras de naranja.
Es un ejemplar simple, sin grandes ambiciones pero que premia con una tipicidad arrolladora, definitivamente un valor agregado para quien busca salir un poco del maracuyá y encontrar el verdadero "ADN" del Sauvignon Blanc en un vino del segmento medio de precios.
Luego, fue el turno del Chardonnay 2011, que forma parte de la Línea Varietal y que tiene un precio sugerido de $26.
Se trata de un ejemplar muy sobrio y no del todo expresivo en nariz, con algo de fruta tropical y durazno pero en dosis muy leves. En boca se presenta levemente untuoso y con equilibrada acidez, lo que redunda en un vino balanceado.
Este Chardonnay es ideal para aquellos paladares amantes de los vinos sin estridencias. Sin embargo, Goyenechea destacó que la añada 2012 ya se perfila mucho más perfumada y con una nariz más vibrante.
El tercer vino a degustar fue el Goyenechea Merlot Rosé 2012, que también conforma la línea varietal, a un precio sugerido de $26.
Este ejemplar promete ser uno de los hits de la próxima temporada veraniega, de la mano de su chapa de best-value.
En nariz, sorprende con mucha fruta roja fresca, potente, que va de la cereza a la frutilla. En boca tiene algo de cuerpo, pero se vuelve grácil de la mano de una marcada y refrescante acidez. Antes de extinguirse, se potencia esa fruta percibida al comienzo.
Intenso y moderno, con una relación calidad/precio que habla por sí sola.
Intenso y moderno, con una relación calidad/precio que habla por sí sola.
A la hora de pasar a los vinos tintos, el director de la bodega destacó a Vinos & Bodegas que "con todos estos cambios queremos que los consumidores nos asocien más con vinos de alta gama y ya no tanto con las gamas más bajas. Y un buen exponente de esto es el 5ta. Generación".
El 5ta. Generación Malbec 2008, que tiene un precio sugerido de $76, es otra etiqueta con alma de best-buy, de la mano de una nariz en la que se luce una intensa fruta roja madura, como mermelada, acompañada por una vainilla marcada que con los segundos va virando hacia el caramelo, característcias estas heredada tras su paso de 13 meses por barricas de primer y segundo uso.
En boca muestra un buen volumen, es bastante estructurado y con taninos sedosos, rematado por un final de persistencia medio-larga.
Se trata de un vino amigable, listo para beber y a un precio más que atractivo.
Finalmente, fue el turno del 135 Aniversario 2009, una edición limitada del cual se elaboran apenas 3.600 botellas por cosecha.
Este vino registró un paso de 13 meses por barricas y, previamente, tuvo un exhaustivo control de racimos.
Sobre el 135 Aniversario, Sebastián Goyenechea explicó que "no es un vino que tenga cosecha todos los años. Solamente se elabora cuando logramos una excelente calidad de uvas. Además, cada año va variando en relación a qué es lo mejor que tenemos en bodega".
Así, mientras que actualmente en el mercado se encuentra la añada 2009, elaborada con uvas 100% Malbec, la anterior añada (2007) era un blend de Cabernet Sauvignon-Malbec.
En nariz, este Malbec de alta gama exhibe frutas rojas bien maduras, con notas de vainilla sobre un colchón tostado. En boca, sus taninos levemente dulzones y bien trabajados le aportan gran estructura. A medida que avanza por el paladar, se potencia la carga aromática, con marcadas notas de ciruela y más de ese atractivo tostado. Final intenso, pero sin resignar nada de elegancia.
Cabe destacar que el nuevo packaging de este vino recién estará disponible cuando llegue al mercado la añada 2011 que, según adelantó Sebastián Goyenechea, muy probablemente sea un blend Cabernet Sauvignon-Syrah.
Por J.D.W
Editor de Vinos & Bodegas iProfesional.com
(c) iProfesional.com
Cabe destacar que el nuevo packaging de este vino recién estará disponible cuando llegue al mercado la añada 2011 que, según adelantó Sebastián Goyenechea, muy probablemente sea un blend Cabernet Sauvignon-Syrah.
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