Los pueblos y religiones de nuestro planeta Tierra están ingresando en una era mística. Por ello no es casualidad que muchos seres humanos deseen volver a la fuente de sus orígenes y credos para que a partir de allí vuelvan a reconstruir sus vidas de un modo más "espiritual".
En la religión Judía, la más antigua de todas, a través de la Torá (Biblia: Antiguo Testamento) se rigen las normas para la elaboración de productos alimenticios, a los que se denominan KOSHER, cuya traducción exacta es " Correcto u Apto".
Esta introducción sirve para adentrarnos en el mundo de la alimentación "Correcta", aquella que fuera dictada por Dios para que los Judíos, mediante la ley religiosa, elaboren los productos para su consumo. Y es aquí donde el vino, bebida además sagrada que es utilizada para casi todas las festividades, tiene su protagonismo.
Los vinos Kosher son elaborados desde el cultivo de la uva hasta el producto final solamente por personas judías y ante la atenta supervisión de un Rabino. Todo el proceso de elaboración es similar al de los vinos "paganos", salvo por un tipo de hervor que se le da al vino que tiene bastante similitud con la conocida pasteurización la cual modifica el sabor final del mismo. No es mejor ni peor, es distinto. Lo que no deja dudas para el consumidor no Judío es que el producto que está por beber es de una calidad y sanidad inmejorable.
En nuestro país uno de los rabinos más reconocidos es el Rav. Daniel Oppenheimer que junto al Rav. Iosef Feigelstock de EE.UU realizan las certificaciones kosher más estrictas y de mayor prestigio internacional.
Hasta hace algún tiempo atrás, para el consumo interno de vinos kosher en Argentina se utilizaban vinos importados, norteamericanos, mas precisamente de Nueva York, los cuales eran bastantes desagradables en su sabor. Desde hace unos cuantos años y junto al progreso de nuestra vitivinicultura y más aun luego de la devaluación, varias bodegas y emprendedores comenzaron a elaborar vinos kosher en nuestro país para consumo interno y con fines de exportación también, tal es así que hoy se exporta casi el 50% de la producción de estos vinos, siendo EE.UU. el principal importador.
Los Pioneros
Hay tres bodegas y/o empresas que lideran el mercado de vinos kosher en nuestro país: Bodega Pribokaar, con sus productos Hagaon, Badgstein y Biblos; Bodegas Alvear, con sus productos Kotel; y Darom Sur dirigida por Gabriel Amar, con el cual tuvimos una charla exclusiva que fue el punto de partida para escribir este artículo.
Darom Sur es hoy dueña del 70% de las ventas del segmento de vinos kosher en la Argentina y tiene bien diferenciadas sus líneas de productos: una es "DAROM" y es a la que denomina como "Vinos amables y suaves, con bajo alcohol", destacándose el Vino Tinto Liviano (Dulce) compuesto por la variedad Bonarda y una pequeña cantidad de Moscatel, el Vino Tinto Dulce Natural (Semi seco) el cual tiene un grado más de alcohol (8,7) y menos de la mitad de azúcar de uva que el anterior, es decir solo "35 g/l".
En la religión Judía, la más antigua de todas, a través de la Torá (Biblia: Antiguo Testamento) se rigen las normas para la elaboración de productos alimenticios, a los que se denominan KOSHER, cuya traducción exacta es " Correcto u Apto".
Esta introducción sirve para adentrarnos en el mundo de la alimentación "Correcta", aquella que fuera dictada por Dios para que los Judíos, mediante la ley religiosa, elaboren los productos para su consumo. Y es aquí donde el vino, bebida además sagrada que es utilizada para casi todas las festividades, tiene su protagonismo.
Los vinos Kosher son elaborados desde el cultivo de la uva hasta el producto final solamente por personas judías y ante la atenta supervisión de un Rabino. Todo el proceso de elaboración es similar al de los vinos "paganos", salvo por un tipo de hervor que se le da al vino que tiene bastante similitud con la conocida pasteurización la cual modifica el sabor final del mismo. No es mejor ni peor, es distinto. Lo que no deja dudas para el consumidor no Judío es que el producto que está por beber es de una calidad y sanidad inmejorable.
En nuestro país uno de los rabinos más reconocidos es el Rav. Daniel Oppenheimer que junto al Rav. Iosef Feigelstock de EE.UU realizan las certificaciones kosher más estrictas y de mayor prestigio internacional.
Hasta hace algún tiempo atrás, para el consumo interno de vinos kosher en Argentina se utilizaban vinos importados, norteamericanos, mas precisamente de Nueva York, los cuales eran bastantes desagradables en su sabor. Desde hace unos cuantos años y junto al progreso de nuestra vitivinicultura y más aun luego de la devaluación, varias bodegas y emprendedores comenzaron a elaborar vinos kosher en nuestro país para consumo interno y con fines de exportación también, tal es así que hoy se exporta casi el 50% de la producción de estos vinos, siendo EE.UU. el principal importador.
Los Pioneros
Hay tres bodegas y/o empresas que lideran el mercado de vinos kosher en nuestro país: Bodega Pribokaar, con sus productos Hagaon, Badgstein y Biblos; Bodegas Alvear, con sus productos Kotel; y Darom Sur dirigida por Gabriel Amar, con el cual tuvimos una charla exclusiva que fue el punto de partida para escribir este artículo.
Darom Sur es hoy dueña del 70% de las ventas del segmento de vinos kosher en la Argentina y tiene bien diferenciadas sus líneas de productos: una es "DAROM" y es a la que denomina como "Vinos amables y suaves, con bajo alcohol", destacándose el Vino Tinto Liviano (Dulce) compuesto por la variedad Bonarda y una pequeña cantidad de Moscatel, el Vino Tinto Dulce Natural (Semi seco) el cual tiene un grado más de alcohol (8,7) y menos de la mitad de azúcar de uva que el anterior, es decir solo "35 g/l".
Por el lado de los blancos sucede lo mismo con el Vino Blanco Liviano (Dulce) y el Vino Blanco Dulce Natural (Semi seco), ambos elaborado con variedad Pedro Giménez y un pequeño corte con Moscatel.
La otra línea de productos es la que podríamos llamar premium y que lleva como nombre de marca "ONKELUS", a la que Gabriel define como "Vinos finos varietales con gran estilo" y está compuesto por tres vinos (2 tintos y 1 blanco): Vino Tinto Tempranillo con una graduación alcohólica de 12,7 grados, Vino Tinto Tempranillo Dulce Natural con 20 g/l de azúcar y solo 11° de graduación y Vino Blanco Torrontes compuesto por una azúcar de uva de 6 g/l y una graduación de 12,6 % v/v.
Gabriel admite que hoy por hoy su asignatura pendiente es la exportación, de la cual no tiene mayor penetración solo por una cuestión de disponibilidad de capitales de inversión. Así y todo, acaba de cerrar una exportación a EE. UU y otra a Israel.
La estrategia del mercado interno de todas estas bodegas es ir más allá de los consumidores cautivos (judíos religiosos) y se centra en el cada vez más ávido público no judío que se vuelca al consumo de productos kosher debido a su gran calidad y supervisación a la hora de la elaboración.
Gabriel admite que hoy por hoy su asignatura pendiente es la exportación, de la cual no tiene mayor penetración solo por una cuestión de disponibilidad de capitales de inversión. Así y todo, acaba de cerrar una exportación a EE. UU y otra a Israel.
La estrategia del mercado interno de todas estas bodegas es ir más allá de los consumidores cautivos (judíos religiosos) y se centra en el cada vez más ávido público no judío que se vuelca al consumo de productos kosher debido a su gran calidad y supervisación a la hora de la elaboración.
Fuente: lacavadebolotin.com.ar
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