El consumo de vino anterior al diagnóstico podría reducir el riesgo de mortalidad y recaída entre los pacientes con linfoma no-Hodgkin (cáncer originado en el tejido linfático), según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Yale.
Este informe se dio a conocer en la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer que se celebra en Denver, EEUU. Xuesong Han, primer autor del estudio, señala que sus descubrimientos necesitan ser replicados antes de que se realicen recomendaciones de salud pública. De todos modos, el investigador remarca que cada vez hay más evidencias que muestran que el consumo moderado de vino tiene numerosos beneficios.
El estudio es el primero en examinar el vínculo entre los pacientes con linfoma no-Hodgkin. Los autores analizaron datos de unas 546 mujeres con linfoma no-Hodgkin. Descubrieron que aquellas que bebían vino tenían un 76% de supervivencia a los cinco años en comparación con el 68% en las pacientes que no tomaban vino.
Además, la investigación descubrió que la supervivencia libre de la enfermedad en un periodo de cinco años era del 70% entre las que tomaban vino en comparación con el 65% en las que no lo hacían. El consumo de cerveza o de licores no mostró ningún beneficio.
Los investigadores realizaron entonces un análisis para examinar el efecto del consumo del vino entre aquellos que habían tomado vino durante al menos 25 años antes del diagnóstico. Los pacientes de linfoma no-Hodgkin que tomaron vino durante este periodo tenían entre un 25 y un 35% menos de riesgo de mortalidad, recaída o cáncer secundario.
Fuente: Europa Press
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