Cronut mata al muffin. Al menos eso está pasando en Nueva York
y más que nunca queda claro por qué la Gran Manzana es la caja de
resonancia del mundo para instalar usos y costumbres, en este caso
gastronómicas. Esta vez la tendencia
tiene acento francés. En Nueva York: desde hace unos meses con el café
ya no se comen muffins, ni tampoco donuts; se acompaña con "cronuts".
Esta
pastelito, un híbrido entre un croissant y una donut, regado en su
interior por crema pastelera, mermelada o dulce de leche y decorado por
fuera, logró instalarse en el mundo entero desplazando el reinado del
muffin.
¿Por qué esta factura se volvió tan famosa? La
invención del pastel lo tiene registrado el chef francés Dominique
Ansel, de 35 años. Primero se popularizó en la pastelería de Ansel
ubicada en pleno Soho neoyorquino y luego varias celebrities hicieron lo suyo por la TV y las redes hasta invadir algunos restós que marcan tendencia en la gran manzana.
Y
la población fluctuante y tremendamente cosmopolita de NYC enseguida
expandió el boom. Ahora sí, calorías le sobran a este pancito lleno de
ingredientes.
"El cronut está hecho con masa de
croissant que en vez de enrollarse se estira y corta como un disco de
empanadas, un poco más grueso de 1 o 2 centímetros de espesor, y con un
sacabocado se le saca un orificio en el medio, para darle formato de
donut. Luego de que la masa fermente, se fríe como las donuts. Esa es
una diferencia con nuestra clásica berlinesa o pan de leche, esta es una
masa fermentada y luego frita. Una verdadera bomba de calorías, explica
Diego Irato, chef ejecutivo del Hotel Sofitel Reserva Cardales y
coordinador académico de pastelería del Colegio de Gastronomía Gato
Dumas.
Mientras en la Argentina, los panaderos están en
alerta ante la nueva suba de la bolsa de harina de entre un 20 y 25%, lo
que equivaldría a que la docena de facturas clásicas se consiga a 65
pesos.
Pleno Soho neoyorquino
Mientras
Ansel disfruta del monopolio de ser el chef que hoy impone la tendencia
en la ciudad y disfruta las colas interminables que se forman
alrededor de su "bakery" en el Soho neoyorquino, en medio del boom
apareció el mercado paralelo.
En la confitería de Ansel
se vende cada cronut a 5 dólares y se entregan un máximo de dos unidades
por persona. El boom sumado a la restricción por persona del pastelito
impulsó un mercado paralelo que llegó a cotizar un cronut a U$S30
dólares por internet y que al agregarle la entrega a domicilio se pagó
U$S 80 dólares.
"El chef francés (Ansel) que es el autor del cronut vive y trabaja en Estados Unidos,
por lo tanto tiene su cabeza corrompida por la grasa y la manteca. Es
contrario a la tendencia de la pastelería artesanal, agrega Irato.
También
asomaron los falsificadores de cronut, por lo que el pastelero francés
basa la legitimidad de su creación en que cada cronut que sale de su
panadería sale envuelto en un papel dorado glamoroso y la receta por
supuesto ya tiene patente.
Paladar local
"Los argentinos
somos muy dulceros y a pesar de que tenemos opciones autóctonas, somos
bastante fanáticos de importar pastelería extranjera como los muffins y
los macarrons. Con el estilo de la pastelería de Estados Unidos
que no es precisamente light. El cronut es manteca frita, es
devastador a nivel dieta y en contra de la tendencia hacia la comida
saludable. No obstante es muy posible que sea un éxito en nuestro país".
Frente
al cronut ahora convertido en tendencia masiva en la ciudad más cool
del mundo, el escocés Charles MacKay escribió sobre la raíz de los
fenómenos masivos ya en el siglo XVI: "Las personas enloquecen en
manada, pero luego recuperan el juicio lentamente una por una". Las
ilusiones en masa pueden provocar locuras cuando provocan persecuciones,
e intimidaciones y cuando envuelve valores profundos".
En este caso la única propuesta masiva que dispara la bomba calórica creada por Dominique Ansel es engordar.
Celebrities locos por el cronut
Un grupo de celebrities se fanatizaron e hicieron cola en
la panadería de Ansel para comprar cronuts. Entre ellos figuran Heidi
Klum, Keri Hilson, y Martha Stewart.
En el late night
más visto de los EE.UU, el conductor Jimmy Fallon le ofreció en cámara
un cronut a la actriz de moda Emma Roberts, quien además de ser la
sobrina de Julia es la veintiañera trendy del momento por su protagónico
en la serie Unfaboulous.
Fallon confesó no
conocer "nada más rico que el cronut.". Y eso que es amigo confeso de la
Primera Dama Michelle Obama , a quien apoyó en numerosas oportunidades
en sus campañas en contra de la obesidad infantil, Let´s Move.
Dos
fanáticos confesos de la "cronut manía" neoyorquina son el cómico Jerry
Seinfeld y el filoso chef y crítico gastronómico, Antony Bourdain.
Fuente: infobae.com
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